Conclusiones. Análisis de las Perspectivas Energéticas Mundiales para el Próximo Cuarto de Siglo


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Como conclusión, el actual ritmo de crecimiento económico basado en la utilización de combustibles fósiles lleva a un futuro que no cumple con los requisitos de lo que se conoce como desarrollo sostenible.

Este futuro se caracteriza por un gran incremento del consumo energético; un mantenimiento proporcional del uso de los combustibles fósiles; un gran incremento, como consecuencia de estos dos puntos, de las emisiones de gases de efecto invernadero, y una mejora muy débil, si la hay, de la situación de los habitantes de las zonas más pobres del planeta. Además, el incremento en el uso de los combustibles fósiles implica una reducción de los recursos mundiales y un preocupante aumento de la dependencia de algunos países (la Unión Europea, los EUA,...), que cada vez tendrán que importar más energía.

Un futuro alternativo es posible, pero es necesario emprender acciones importantes de carácter político, tanto de ámbito nacional como internacional. Dada la gran inercia de los sistemas energéticos, se debe actuar de manera inmediata y de una forma mucho más drástica que la contemplada en el escenario alternativo de la AIE para los próximos 25 años.

Un futuro energético sostenible en los países de la OCDE requiere medidas gubernamentales, uno, de apoyo a energías más limpias y, dos, favorecedoras de la eficiencia energética a todos los niveles.

En el segundo aspecto, la mayor efectividad se logrará actuando prioritariamente a nivel de usuario final, forzando el uso de tecnologías más eficientes en los hogares, la industria, los servicios y el transporte.

En el primero, además de impulsar medidas a largo plazo (como la substitución de los derivados del petróleo en la automoción), es necesario plantearse seriamente la necesidad de apostar por la energía nuclear en un futuro próximo (alargando la vida de las plantas nucleares en operación y facilitando la construcción de nuevas instalaciones de este tipo).

De cara a los países más pobres, se requiere una acción enérgica que económicamente sólo puede proceder de los países desarrollados.

La aplicación estricta del Protocolo de Kioto puede ser la fuente de parte de las inversiones necesarias, a través de los Mecanismos de Desarrollo Limpio.

¿Qué mundo vamos a legar a nuestros descendientes?

Hacer posible otro futuro distinto del que se avecina, así como cambiar la suerte de los países más desfavorecidos, depende de la capacidad de la sociedad para corregir sus errores y de la fuerza de esta sociedad para hacer que los más ricos sean, también, más justos.

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