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La [[energía]] es un '''servicio fundamental para el desarrollo humano''', necesario para la provisión de servicios tan elementales como la cocción de alimentos e iluminación, así como para la provisión y/o mejora de otros servicios básicos como educación, salud, [[agua Potable|agua potable]], comunicaciones, y para la creación de empleo y mejora de ingresos.  
La fuerza del [[agua]] ha sido utilizada desde tiempos remotos para aliviar el esfuerzo humano en algunas tareas fundamentales para la subsistencia, como moler grano, serrar madera, chancar productos como caña de azúcar u otros; en muchos países en desarrollo aún existen estos sistemas, los denominados molinos hidráulicos –en Nepal, gatas–, que siguen dando servicios de molienda, en especial en las zonas más remotas donde otros sistemas, como los grupos diesel o los molinos eléctricos, aún no han llegado.
[[Archivo:Figura 1 Esquema de una MCH.JPG|thumb|right|310 px|Figura1. Esquema de una MCH.]]
Las '''Microcentrales Hidroeléctricas''' ([[MCH]]) fueron las principales fuentes de generación al comienzo de la era de la [[electricidad]] (finales del siglo XIX).  


Sin embargo, a pesar de los grandes desarrollos alcanzados por la humanidad en cuanto a tecnología, a las exploraciones espaciales y las comunicaciones instantáneas continentes, aún existe una enorme proporción de la población mundial sin acceso a este servicio y, por tanto, privada de servicios tan fundamentales como los mencionados y de mejorar su economía.  
Sin embargo, los avances de la tecnología y las economías de escala generadas en la construcción de grandes sistemas hidráulicos, así como la aparición de los grupos diesel, han ido desplazando o relegando al olvido a los pequeños sistemas: mientras que una gran central cuesta menos de US$ 1000.00 por kW instalado, las microhidroeléctricas  comerciales (construidas con tecnologías importadas) pueden costar entre 4 y 5 veces el monto señalado para un '''MCH'''.  


Dicha población se concentra en su gran mayoría en los '''países en desarrollo''' ('''PVD'''), en zonas rurales aisladas, y alejada de las prioridades de los gobiernos y sin oportunidades de participación o de influir en la política nacional y en la toma de decisiones.
Los grupos diesel pequeños pueden costar entre US$ 600 y 1.000 por kW instalado y exigen un tiempo muy
corto de implementación.  


Los '''coeficientes de electrificación rural''' en los '''PVD''' son '''desiguales'''.  
Todo esto ha provocado que los principales responsables de la planificación energética tengan opiniones negativas sobre esta opción energética, y que, por tanto, traten de evitar su uso con el simple argumento del costo.


En varios países del África aún no alcanzan en 10%, en Latino América, a pesar de su relativo mayor acceso a servicios, aún existen países que están por debajo de 30%.  
Como respuesta a este argumento, en las últimas décadas se ha generado y difundido con éxito el concepto de tecnologías apropiadas, que pone su atención en simplificar los diseños, emplear materiales y repuestos de menor costo y utilizar métodos de implementación más baratos.  


Esta realidad se debe en gran parte a la falta de recursos económicos por el costo cada vez mayor de las fuentes convencionales (redes) para llegar a un mercado disperso; pero también en buena parte a las dificultades encontradas en los sistemas alternativas a la red (sistemas descentralizados), especialmente en cuanto a su viabilidad y [[sostenibilidad]].  
No obstante, este concepto no ha sido suficiente para lograr una amplia difusión, de modo que a lo largo de ese tiempo la experiencia de trabajo de campo ha demostrado que para viabilizar el uso de pequeños sistemas
energéticos basados en [[energías Renovables|energías renovables]] en zonas remotas, se necesita no sólo bajos costos de implementación; se necesita contar con la capacidad técnica adecuada para fabricar equipos y repuestos,
al menos a nivel nacional o regional y establecer la capacidad técnica local para la operación y mantenimiento adecuados.  


Aún existen importantes barreras que limitan su rápida diseminación como sería necesario para mejorar la situación de la electrificación rural.
También se ha aprendido que, además de eso, '''es necesario un manejo administrativo apropiado del sistema''', incluyendo '''tarifas adecuadas''', '''personal capacitado''' y la '''participación de los usuarios en todas las fases de la implementación''' y luego en el '''manejo del sistema'''.


==Artículos Relacionados==
==Artículos Relacionados==
* [[La Energía Hidráulica, Alternativa para las Zonas Rurales]]
* [[Microcentrales versus Grandes Centrales Hidroeléctricas]]
* [[Microcentrales versus Grandes Centrales Hidroeléctricas]]
* [[Introducción. Sistemas Microhidráulicos: Análisis de Intervenciones a Pequeña Escala]]
* [[Microcentrales Hidroeléctricas y Tecnologías Apropiadas]]
* [[Microcentrales Hidroeléctricas y Tecnologías Apropiadas]]
* [[Rangos de Potencia. Aplicaciones de Tecnologías Apropiadas en MCH]]
* [[Rangos de Potencia. Aplicaciones de Tecnologías Apropiadas en MCH]]

Revisión actual del 18:05 18 nov 2009


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La fuerza del agua ha sido utilizada desde tiempos remotos para aliviar el esfuerzo humano en algunas tareas fundamentales para la subsistencia, como moler grano, serrar madera, chancar productos como caña de azúcar u otros; en muchos países en desarrollo aún existen estos sistemas, los denominados molinos hidráulicos –en Nepal, gatas–, que siguen dando servicios de molienda, en especial en las zonas más remotas donde otros sistemas, como los grupos diesel o los molinos eléctricos, aún no han llegado.

Figura1. Esquema de una MCH.

Las Microcentrales Hidroeléctricas (MCH) fueron las principales fuentes de generación al comienzo de la era de la electricidad (finales del siglo XIX).

Sin embargo, los avances de la tecnología y las economías de escala generadas en la construcción de grandes sistemas hidráulicos, así como la aparición de los grupos diesel, han ido desplazando o relegando al olvido a los pequeños sistemas: mientras que una gran central cuesta menos de US$ 1000.00 por kW instalado, las microhidroeléctricas comerciales (construidas con tecnologías importadas) pueden costar entre 4 y 5 veces el monto señalado para un MCH.

Los grupos diesel pequeños pueden costar entre US$ 600 y 1.000 por kW instalado y exigen un tiempo muy corto de implementación.

Todo esto ha provocado que los principales responsables de la planificación energética tengan opiniones negativas sobre esta opción energética, y que, por tanto, traten de evitar su uso con el simple argumento del costo.

Como respuesta a este argumento, en las últimas décadas se ha generado y difundido con éxito el concepto de tecnologías apropiadas, que pone su atención en simplificar los diseños, emplear materiales y repuestos de menor costo y utilizar métodos de implementación más baratos.

No obstante, este concepto no ha sido suficiente para lograr una amplia difusión, de modo que a lo largo de ese tiempo la experiencia de trabajo de campo ha demostrado que para viabilizar el uso de pequeños sistemas energéticos basados en energías renovables en zonas remotas, se necesita no sólo bajos costos de implementación; se necesita contar con la capacidad técnica adecuada para fabricar equipos y repuestos, al menos a nivel nacional o regional y establecer la capacidad técnica local para la operación y mantenimiento adecuados.

También se ha aprendido que, además de eso, es necesario un manejo administrativo apropiado del sistema, incluyendo tarifas adecuadas, personal capacitado y la participación de los usuarios en todas las fases de la implementación y luego en el manejo del sistema.

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