Las Barreras. Políticas de Desarrollo Energético Rural

De Construmatica


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Como quedó reseñado más arriba, las necesidades energéticas de las familias de menores recursos económicos, y en especial de la población rural, son modestas.

Una estimación global del Consejo Mundial de la Energía (CME) señala que las necesidades de los 2.000 millones de personas sin acceso a la energía eléctrica sólo equivale al 7% del total generado actualmente. Así mismo, el CME indica que todo ello resulta más dramático, si pensamos que esa desproporción ocurre en un momento de la historia con un desarrollo acelerado en todos los ámbitos tecnológicos, incluyendo la energía.

Además, las estimaciones sobre inversiones en energía, para mantener la tendencia actual de consumo durante las próximas 3 décadas ascienden a las astronómicas cifras de 16 ó 17 billones de dólares6. Por supuesto, no hay duda de que las empresas dedicadas a este negocio invertirán lo necesario para mantener la situación de suministro energético, e incluso más si fuera necesario.

La pregunta inmediata que surge es:

¿Por qué parte de esos billones de inversión esperada no van a cubrir ese modesto 7%, para paliar la falta de servicios energéticos en el mundo, contribuyendo así al cumplimiento de los Objetivos del Milenio?.

La respuesta se puede encontrar en los documentos de los diversos organismos y expertos que trabajan en el tema de la energía y el desarrollo:

Existen grandes barreras que detienen o, al menos, no permiten acelerar este proceso; y aunque hay discrepancias en cuanto a cuáles son esas barreras ( www.geni.org/globalenergy/research/ruralelectrification/barriers ), al menos hay un consenso en que están relacionadas con las realidades sociales, tecnológicas, económicas, financieras, institucionales y políticas de cada contexto en particular, y con los ámbitos de cada país en general.

Incluso si existiera el dinero suficiente para implementar la infraestructura necesaria para generar toda la energía requerida, el acceso universal a la energía moderna resultaría un enorme desafío. Las barreras, como se ha dicho, tienen connotaciones particulares para los diferentes contextos. Sin embargo, hay patrones comunes, de modo que, a grandes rasgos, se puede generalizar y sugerir soluciones o marcos de solución comunes (T. Sánchez, A. Williams, N. Smith, 2006).

Esas características particulares aumentan el desafío para afrontar la situación.

Este artículo tiene como objetivo proponer algunas sugerencias sobre políticas apropiadas para lograr un mayor acceso de los pobres a los servicios de energía moderna, tanto para la electrificación rural como para la cocción de alimentos. Sin embargo, antes comentaré brevemente algunos avances conseguidos hasta la fecha en cuanto a desarrollo y en cuanto a la eliminación de esas barreras.

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