Protecciones del Aluminio

Las formas de protección de la superficie de aluminio más difundidas son:

Como el aluminio posee una gran afinidad con el oxígeno, se oxida con rapidez generando una capa de alúmina muy dura, impermeable y adherente que actúa contra la corrosión. Dicha capa es heterogénea, con manchas y espesores irregulares. Para otorgar al aluminio un acabado de calidad y garantizar la durabilidad de la capa de protección de alúmina, se realiza un anodizado.

Para proteger las superficies de una pieza de aluminio, puede recurrirse al lacado.

Las pinturas empleadas en lacado se componen, por lo general, de ligantes, pigmentos, disolventes y adhesivos diferentes, fundamentalmente estabilizantes.

Éste es un recubrimiento resistente y homogéneo.

Para aplicarlo se usan pinturas electrostáticas tipo epoxi, acrílicos, poliuretanos y poliésteres que se aplican en forma de polvo mediante una carga eléctrica que generan la atracción electrostática entre la pieza y las partículas.

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