La Coordinación Dimensional.Elementos de Composición

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Cordinacion 80.gif Nota: Este artículo ha sido creado gracias al Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (ITeC) en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido pertenece a la publicación "Proyectar la Arquitectura desde la Coordinación Dimensional". Ver todos los artículos de "Proyectar la Arquitectura desde la Coordinación Dimensional" en la Construpedia.

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La composición es una de las disciplinas del diseño dirigidas a obtener la combinación integrada de órdenes diferentes con lógicas diversas a fin de lograr un orden superior sobre el que sustentar la configuración del objeto diseñado. La arquitectura tiene que conseguir la convivencia integrada de sus distintos órdenes técnicos, funcionales, estéticos, económicos, etc. En la fase primera de composición geométrica del edificio, las decisiones básicas que deben adoptarse son, en muchos casos, habituales. Las glosaremos seguidamente.

La relación estructura - cerramiento

Las estrategias proyectuales referidas a la relación geométrica entre los diferentes subsistemas constructivos del edificio ya deben haberse decidido en la fase de proyecto básico.

Una de estas decisiones básicas es la relación entre la estructura y los cerramientos. La elección de un modelo u otro de relación entre el sistema estructural y el sistema de cerramientos dará lugar a conflictos de coordinación dimensional muy diferentes: los giros de las esquinas, la inserción o la no inserción del pilar en el cerramiento, etc.

 
Esquemas de relación formal, explícita y radical, entre cerramiento y estructura (I. Paricio).


 
Esquemas de modulación del cerramiento según su posición relativa respecto a la estructura (I. Paricio).

La esquina

Los problemas para materializar, constructiva y compositivamente, el encuentro en esquina entre dos planos de fachada radican en la dificultad de mantener el orden compositivo aparente del edificio y considerar, al mismo tiempo, los espesores constructivos de la propia fachada. Este conflicto geométrico se amplifica cuando, en fase de proyecto básico, aún no se conoce con precisión el grosor material de la estructura y de los cerramientos.

 
Ejemplo de resolución de la esquina de un edificio mediante la modificación de la dimensión del módulo extremo de la fachada. Complejo residencial de Lake Meadows (SOM).


Cuando una fachada gira, su módulo extremo se ve reducido o ampliado dimensionalmente en función de si se mantiene jerárquicamente la modulación de la cara interior, o bien la de la cara exterior. Este incremento, positivo o negativo, en la dimensión básica del módulo será igual al grosor del cerramiento.

 
Reducción de la dimensión del módulo extremo en la cara interior para conferir jerarquía a la cara exterior.


Si el cerramiento de fachada está totalmente exento respecto de la estructura, habrá que modificar siempre este último módulo, ya sea acortando el módulo base de la estructura, ya sea ampliando el módulo base del cerramiento. Solo en el caso de que la estructura y el cerramiento giren siguiendo el mismo eje (cerramiento insertado en la estructura), la modulación de ambos subsistemas se mantiene.

 
Detalle del giro de un cerramiento acristalado de fachada: el cambio de modulación que se manifiesta en la esquina afecta tanto al cerramiento replegable como al practicable.

El alero de la cubierta

En el caso de la cubierta, un elemento que puede condicionar directamente la coordinación dimensional es el alero. El voladizo, variable y libre, de este elemento extremo de la cubierta respecto del plano vertical de la fachada puede ayudar a lograr, en cualquier caso, unas dimensiones totales del tablero de la cubierta independientes y siempre múltiplos de la anchura de la pieza de cobertura empleada. Se aplica, por tanto, una estrategia compositiva que se podría denominar "estrategia de superposición".

Por el contrario, si el plano de la cubierta linda perimetralmente con las fachadas y el alero es sustituido por un antepecho, las dimensiones de la cubierta deberán estar obligatoriamente en relación con las dimensiones de la pieza de cobertura, porque de no ser así, se deberían practicar en ella múltiples cortes.


El orden de la fachada

 
Casi todos los subsistemas del edificio participan en la composición geométrica de esta fachada: estructura, aberturas, instalaciones, cubierta, etc.

En la composición de conjunto de la fachada, pueden incidir también concordancias dimensionales con muchos otros subsistemas, tales como la estructura, las aberturas, los revestimientos, las instalaciones, etc.

Esta coordinación dimensional tan compleja que se observa en la fotografía de la derecha, ha sido posible porque la composición arquitectónica ha hecho un uso inteligente de casi todos los recursos de concordancia geométrica (superposición, aislamiento, voladizo, interposición, etc.). Con la ayuda de las imágenes adjuntas comentaremos algunos de ellos detalladamente:


  • El orden del subsistema estructural predomina en la composición de esta fachada de la siguiente fotografía, donde el cerramiento queda en un segundo plano. Las barras que forman la estructura se dimensionan habitualmente solo con criterios estructurales; en este caso, sin embargo, se han unificado posteriormente aplicando unos espesores aparentes mediante el revestimiento de toda la estructura con unos paneles metálicos.
 
Las nuevas tecnologías de construcción dan lugar a nuevos resultados compositivos que, cuando se ejecutan, aún no disponen de criterios sólidos de coordinación dimensional.


  • Debajo, composición de fachada con un claro predominio de la horizontalidad de los voladizos, dejando el plano de fachada totalmente en segundo término. El antepecho puede ser prefabricado y rígido, mientras que el plano posterior puede ser más convencional y flexible.



  • Vista de una fachada totalmente plana que combina un cerramiento ciego y unas aberturas ordenadas según una retícula de coordinación. Solamente el alero de coronación de la fachada y el núcleo de comunicación vertical sobresalen respecto del plano principal. Para coordinarlo todo dimensionalmente, el arquitecto ha pensado probablemente en un solo industrial para ejecutar toda la fachada.


  • La tendencia actual a descomponer la fachada en numerosas pieles superpuestas comporta la necesidad de un estricto orden dimensional común para evitar conflictos no deseados entre las distintas pieles.
 
Fachada con doble piel: una piel interior con revestimiento de piedra y otra piel exterior con un muro acristalado estructural. Ambas pieles están separadas, y al mismo tiempo interconectadas, por unas pasaderas que facilitarán también la limpieza de los cristales.


 
En los edificios en altura se amplifican algunos problemas de coordinación dimensional: la coincidencia entre plantas debe ser más estricta y los errores en la planta tipo se multiplican por el número de plantas.
  • En la composición de la fachada del edificio que puede verse a la derecha, se han tenido en cuenta adecuadamente los requerimientos de coordinación dimensional de cada una de las partes que la constituyen. En el centro se sitúa el elemento más rígido y preciso, una pieza prefabricada de hormigón que ya incluye las correspondientes aberturas; a continuación, un cerramiento practicable con perfilería metálica y cristales; por último, en cada extremo de la fachada –el elemento más flexible en lo que a coordinación dimensional se refiere–, una terraza que permite absorber los errores acumulados por los elementos anteriores.


Las aberturas: ¿unas perforaciones del muro o una composición de vacíos y llenos?

Actualmente, el subsector de la carpintería exterior más desarrollado tecnológicamente es el del muro cortina. Dado que un solo industrial es responsable de la totalidad de la fachada, esta se elabora y ejecuta como un todo único, con mucha previsión y esmero en el despiece: una composición constructiva única, pero que combina simultáneamente vacíos y llenos. El caso opuesto se da cuando la abertura se inserta muy posteriormente en la fachada, en un hueco reservado previamente en el cuerpo de la misma: siempre constituirá una discontinuidad.

El tabique de piezas de pavés o la fachada galería son ejemplos de dilución del conflicto entre abertura y paramento ciego, porque ambos se disuelven compositiva y constructivamente en una sola unidad gracias al uso extensivo de los cristales.

La fotografía que vemos más abajo muestra un subsistema de tabiques interiores prefabricados a base de paneles y una estructura diferenciada que permanece oculta: la coordinación dimensional es imprescindible para garantizar a pie de obra el ajuste de todos los elementos. En este caso, el tabique adopta la misma red modular del falso techo (cuadrado de 60x60 cm). Por este motivo, la puerta tiene una anchura nominal de 2M=120 cm, con una anchura útil de paso de 80 cm; las jambas miden 20 cm cada una.



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