Introducción. Evaluación de Riesgos en el Sahel


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La actividad pastoril en Mali y Níger, fuertemente dependiente de la disponibilidad de agua y forraje para la ganadería, reposa sobre un equilibrio ecológico frágil y particularmente vulnerable a las variaciones en las precipitaciones.

En el contexto saheliano, donde Acción Contra el Hambre-España (ACH-E) está presente desde 1996, el conocimiento de los recursos naturales disponibles a lo largo del año para los ganaderos, se reviste de un interés superior.

El régimen anual de las precipitaciones se caracteriza por una sola estación de lluvias, llamada comúnmente: Monzón de África del Oeste, que representa el único aporte de agua en todo el año, y que de hecho juega un rol muy importante, tanto para los sistemas de producción agrícolas como para los pastoriles. Por otro lado, las limitaciones relacionadas a la escasez crónica de agua se acentúan debido a una importante variación espacio-temporal de las precipitaciones, cuyos efectos pueden ser dramáticos para las poblaciones ganaderas y sus reses. Tal fue el caso de los tristemente célebres episodios sucesivos de las grandes sequías de 1973, 1984, y más recientemente la crisis alimentaria que afectó a Níger entre los años 2004 y 2005.

Tomando en cuenta la inmensidad de los territorios en cuestión, los sistemas de monitoreo en estos países se enfrentan a grandes dificultades para llevar a cabo una observación sistemática y continua de los factores de riesgo específicos de esa zona.

Basándose en las conclusiones sobre la fragilidad del equilibrio de la zona y en el impacto sobre la vulnerabilidad de la población, debido a las variaciones espacio-temporales de las precipitaciones, desde 1999, ACH-E ha tratado de desarrollar un Sistema de Información Geográfica (SIG) para proporcionar: en primer lugar, una herramienta que pueda ayudar a la organización y gestión de espacios de pastoreo; y en segundo lugar, proporcionar una metodología para la prevención de las crisis alimentarias. La teledetección a mediana resolución se ha convertido en una herramienta particularmente rápida, poco costosa y eficaz para la supervisión de la producción de vegetación a finales del invierno. En tiempo casi real, ésta permite localizar las zonas susceptibles que experimentan dificultades durante la estación seca.

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