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==Desarrollo Sostenible. Informe Brundtland==
En lo concerniente a la '''Gestión de los Recursos''', el criterio ordenador de fondo, lo que permite el mantenimiento de la capacidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras, es el cierre del ciclo de los materiales, que facilita el retorno de los residuos a la calidad de los recursos, renovando así su disponibilidad en el tiempo.  
El [[desarrollo Sostenible|desarrollo sostenible]], al menos en su versión más aceptada –la enunciada en
el [[informe Brundtland|informe Bruntland]]–, es ''una proposición estrictamente ética'' (la solidaridad con las generaciones futuras), ''configurada como una demanda ambiental'' (la conservación del medio y de los recursos) sobre un ''concepto socioeconómico'' (el desarrollo) y que tiene también como consecuencia una ''exigencia de solidaridad intrageneracional''.


Las demandas explicitadas en el [[Informe Brundtland|informe Brundtland]] para delimitar el concepto de desarrollo sostenible abarcan distintos ámbitos: el social, el económico y el estrictamente ambiental. Pese a ello, su aplicación a la edificación se ha reducido de forma prácticamente exclusiva a los aspectos de relación con el medio.
Esta renovación, producida con la ayuda de los sistemas naturales –en el caso de los materiales renovables- o con el reciclaje y la minimización -en el caso de los recursos no renovables–, ha de prestar especial atención a la cuestión energética por su trascendencia ambiental. De ahí la importancia de considerar como primera alternativa el uso de las [[energías Renovables|energías llamadas "renovables"]].


Efectivamente, si leemos las demandas de [[sostenibilidad]] a través de sistemas de medida vigentes –sistemas basados en mecanismos de calificación de proyectos en función del cumplimiento de una serie de exigencias
En relación con la conservación de los sistemas naturales, las exigencias derivadas de [[informe Brundtland|Bruntland]] se resuelven, en los sistemas de valoración de la [[sostenibilidad]], por medio de cuatro focos de control y actuación:
relacionadas con la [[sostenibilidad]]se puede llegar a la conclusión de que, mientras en algunas escalas predominan las demandas sociales o existe un equilibrio entre estas y las ambientales –como sucede, por ejemplo, en los sistemas de indicadores municipales hacia la [[sostenibilidad]], en el ámbito de la edificación las demandas sociales no están prácticamente contempladas.


La razón de este fenómeno estriba, probablemente, en el carácter de las instituciones promotoras, más preocupadas por el diseño y construcción de los edificios que por estudiar los efectos de su uso. Por lo tanto, los factores
#la consideración de las afectaciones de los ecosistemas causadas por la implantación del edificio,  
sociales fácilmente imputables a las actividades del edificio no se tienen en cuenta, de manera que el edificio, como artefacto, queda desvinculado de la actividad que cobija, aunque la actividad, paradójicamente, sea considerada
#la gestión del agua,  
como factor determinante en la valoración de ciertos aspectos, como la calidad del ambiente interior o el gasto energético o de [[agua]].
#la emisión de gases a la atmósfera y
#los impactos asociados a la extracción y transformación de los materiales empleados en el edificio.  


Esta reclusión en los aspectos ambientales de la sostenibilidad no implica un rechazo a Brundtland sino que, al contrario, aporta una respuesta muy concreta a las demandas ambientales de ese texto, particularmente en cuanto a los aspectos que hay que tener en consideración.
Dado que los problemas globales de afectación a la atmósfera están en gran parte relacionados con el consumo de [[combustibles Fósiles|combustibles fósiles]], y puesto que los impactos ambientales vinculados a los procesos de extracción y conformación de los materiales a menudo quedan minimizados por las estrategias
aplicadas a la ''gestión sostenible de los recursos'', dos de estos cuatro polos desempeñan un papel protagonista:
la implantación del edificio, en la medida que, como inserción traumática en el medio, altera o puede alterar los sistemas naturales funcionales, y la gestión del agua.


Así, la '''gestión de los recursos materiales''' y la '''conservación de los sistemas naturales''' son los dos grandes frentes que aglutinan respuestas.
Por otra parte, se han añadido a las demandas estrictas de [[sostenibilidad]] condiciones de contorno a menudo discutibles, como ''la calidad del aire interior'' – entendida como un conjunto de condiciones ambientales, pero de tipo
higiénico-sanitario– o ciertos ''parámetros de confort'' que se deben respetar en un entorno de minimización del uso de recursos. Ambos casos suponen demandas normativas ambientales de salubridad y habitabilidad, que en
realidad no tienen nada que ver con el medio natural. También aparecen en algún caso demandas de gestión económica puramente crematísticas, de difícil justificación.


==Artículos Relacionados==
==Artículos Relacionados==
* [[Gestión de Recursos. Sobre la Medida de la Sostenibilidad en la Edificación]]
* [[Valoración por Indicadores. Sobre la Medida de la Sostenibilidad en la Edificación]]
* [[Valoración por Indicadores. Sobre la Medida de la Sostenibilidad en la Edificación]]
* [[Desarrollo Sostenible. Sobre la Medida de la Sostenibilidad en la Edificación]]

Revisión actual del 11:50 17 mar 2010


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En lo concerniente a la Gestión de los Recursos, el criterio ordenador de fondo, lo que permite el mantenimiento de la capacidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras, es el cierre del ciclo de los materiales, que facilita el retorno de los residuos a la calidad de los recursos, renovando así su disponibilidad en el tiempo.

Esta renovación, producida con la ayuda de los sistemas naturales –en el caso de los materiales renovables- o con el reciclaje y la minimización -en el caso de los recursos no renovables–, ha de prestar especial atención a la cuestión energética por su trascendencia ambiental. De ahí la importancia de considerar como primera alternativa el uso de las energías llamadas "renovables".

En relación con la conservación de los sistemas naturales, las exigencias derivadas de Bruntland se resuelven, en los sistemas de valoración de la sostenibilidad, por medio de cuatro focos de control y actuación:

  1. la consideración de las afectaciones de los ecosistemas causadas por la implantación del edificio,
  2. la gestión del agua,
  3. la emisión de gases a la atmósfera y
  4. los impactos asociados a la extracción y transformación de los materiales empleados en el edificio.

Dado que los problemas globales de afectación a la atmósfera están en gran parte relacionados con el consumo de combustibles fósiles, y puesto que los impactos ambientales vinculados a los procesos de extracción y conformación de los materiales a menudo quedan minimizados por las estrategias aplicadas a la gestión sostenible de los recursos, dos de estos cuatro polos desempeñan un papel protagonista: la implantación del edificio, en la medida que, como inserción traumática en el medio, altera o puede alterar los sistemas naturales funcionales, y la gestión del agua.

Por otra parte, se han añadido a las demandas estrictas de sostenibilidad condiciones de contorno a menudo discutibles, como la calidad del aire interior – entendida como un conjunto de condiciones ambientales, pero de tipo higiénico-sanitario– o ciertos parámetros de confort que se deben respetar en un entorno de minimización del uso de recursos. Ambos casos suponen demandas normativas ambientales de salubridad y habitabilidad, que en realidad no tienen nada que ver con el medio natural. También aparecen en algún caso demandas de gestión económica puramente crematísticas, de difícil justificación.

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