Contexto. Tecnología para el Desarrollo Humano

De Construmatica


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Definición de Tecnología

La tecnología se define como:

Sistema de conocimiento e información inducido por la investigación, la experimentación y la experiencia, que permite crear un proceso reproducible para producir bienes y servicios .

(Benavides, 1998).

Por ello, se puede caracterizar a través de tres elementos:

Conocimiento, una actividad humana para la que el conocimiento es aplicable, es decir, acciones, y un fin práctico, que corresponde a ciertos deseos y valores. Además, de la clasificación internacional de materias de la UNESCO se puede deducir que la tecnología está directamente relacionada con todas las profesiones y estudios universitarios de ingeniería y arquitectura.

Para estudiar la relación entre tecnología y desarrollo, es útil mencionar la tríada compuesta por Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), ver Moñux (2000).

El estudio de la CTS tiene su origen en los años 60, tras el primer accidente nuclear en 1957, y se basa en los análisis filosóficos y sociológicos del papel de la tecnología en el modelo de desarrollo occidental. En este momento, y como consecuencia del boom de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), así como de otras ciencias aplicadas, existe un debate renovado entre los tecno-optimistas y los escépticos ante la dependencia que el sistema actual tiene del desarrollo tecnológico y ante el papel cada vez más importante que la tecnología tiene en la sociedad.

La promoción de la participación social en el avance tecnológico aparece como posible respuesta a estas tensiones.

De igual modo en que la relación entre los tres componentes de la CTS ha evolucionado, la relación entre tecnología y desarrollo ha cambiado desde la década crítica que fueron los sesenta. Muchas Organizaciones No Gubernamentales se fundaron al final de la década para abordar la CTS de forma aplicada; fue el caso de organizaciones tales como ITDG en 1966 y Greenpeace en 1969, así como las primeras agencias gubernamentales dedicadas al medio ambiente y la innovación tecnológica. Se acuñó inicialmente el término Tecnología Intermedia, aunque éste se vio deteriorado a medida que se le adscribían diferentes connotaciones políticas y evolucionó a Tecnología Apropiada, término que se hizo muy popular durante los años setenta.

El término TA se entiende a la vez en un sentido restringido y amplio. El primer caso corresponde a soluciones técnicas concretas, específicas y normalmente simples para problemas urgentes de comunidades pobres y de países en vías de desarrollo (ver Hazltine y Bull, 2003). El segundo caso se refiere a la coherencia y adecuación del desarrollo tecnológico y de las soluciones basadas en el uso intensivo de tecnología, simple o no, en actuaciones de cooperación para el desarrollo y contextos de escasos recursos (ver Pérez-Foguet et al., 2003). El sentido más restringido ha sido criticado por ser demasiado tecnocéntrico y no tener en cuenta problemas y realidades a escalas superiores a la comunitaria; es decir, dejando de lado problemas como, por ejemplo, la provisión de agua y servicios sanitarios en las grandes ciudades o la falta de preparación técnica de los gobiernos locales justo cuando los procesos de descentralización son ampliamente promovidos.

La dualidad que alberga el concepto de TA ha favorecido la creación y el uso de términos alternativos nuevos.

Concretamente, el paradigma del Desarrollo Humano, que apareció en el curso de los años noventa y ha servido para hacer frente a la concepción económica clásica del desarrollo como crecimiento económico, sirvió de base a la concepción de la idea de Tecnología para el Desarrollo Humano. El DH "tiene como centro al ser humano y entiende el progreso como un proceso por el cual aumentan las opciones de la humanidad" (Prats, 2001), enfatiza que el objetivo último tienen que ser las personas.

Una forma de acercarse al DH es a través del Índice de Desarrollo Humano (IDH) que se basa en tres factores:

esperanza de vida, posibilidad de llevar una vida digna (mediante el acceso a suficientes recursos económicos) y acceso al conocimiento (a través de la educación). Por otra parte, el DH puede entenderse como un compuesto de seis dimensiones (seguridad, igualdad, crecimiento económico, cooperación, sostenibilidad y autodependencia, que pueden agruparse bajo un enfoque de proceso en tres pares, por orden: condiciones previas, medios y fines (PNUD, 1996; Sellés, 1997).

Las prácticas tecnológicas nacidas en el contexto de la promoción de las TA así como la experiencia acumulada en intervenciones de desarrollo y de cooperación internacional desde la ingeniería, pasan a formar parte también de la propuesta TDH. El enfoque de la TDH no es sustitutivo del de la TA, sino más bien complementario (pudiéndose acuñar, por ejemplo, expresiones como Tecnologías Apropiadas para la promoción del Desarrollo Humano, que incorporan referencias explicitas a ambos orígenes).

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