Confort en Fachadas Ligeras

De Construmatica

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Exigencias de confort

En cualquier edificio actual no se entiende su evaluación sin considerar el confort que presta a sus usuarios. Dicho confort depende en gran manera de la capacidad de la fachada para actuar de filtro selectivo en la relación entre ambiente exterior y ambiente interior.

Confort Higrotérmico

Aislamiento Térmico

El Aislamiento Térmico es un factor determinante en el proceso de diseño de una fachada ligera ya que está ligado intrínsecamente con el futuro ahorro o despilfarro energético del edificio durante el periodo de su explotación. Se sabe que si un cerramiento no aporta un aislamiento térmico suficiente esta imprevisión repercute tanto en la fase de proyecto ( implantación de equipos térmicos de mayor envergadura y peso que la necesaria) como en la fase de explotación (mayor consumo energético a lo largo de toda la vida del edificio, tanto de calefacción como de refrigeración).

El arquitecto proyectista debe partir de la constatación que el Aluminio es un metal, y por ello buen conductor térmico, por lo que resulta imperativo asegurar el mayor aislamiento térmico posible eligiendo siempre los productos acompañantes que ofrezcan comparativamente un menor coeficiente de transmisión.

Las fachadas ligeras pueden presentar también puntos concretos con deficiencias locales de aislamiento, los llamados puentes térmicos, es decir, zonas que permiten, comparativamente con el resto de la fachada, un más fácil flujo de energía calorífica entre el interior y exterior del edificio, provocando no tan sólo una fuga o ganancia de calor adicional no prevista, sino también condensaciones por su temperatura diferencial respecto del entorno más próximo. Los puentes térmicos se localizan preferentemente en los montantes y travesaños, en los anclajes y remates, así como en las entregas con las ventanas practicables. Un acristalamiento inadecuado, térmicamente hablando, también se puede considerar como un puente térmico. Los puentes térmicos también se manifiestan en aquellas zonas de fachada con un marcado relieve o cerca de las esquinas cuando el perímetro exterior de fachada es proporcionalmente mayor que el perímetro interior que protege.

La solución más habitual para evitar los problemas derivados de la existencia de puentes térmicos consiste en disminuir al máximo el coeficiente de transmisión térmica de las zonas más débiles, bien mediante la utilización de perfiles compuestos, o bien mediante la inyección de espumas de elevado poder aislante en el interior de los perfiles huecos de aluminio.

Si se diferencia adecuadamente la red de montantes y travesaños de la fachada ligera, desdoblando la parte que forma la estructura auxiliar de la fachada respecto de la perfilería más exterior que sujeta los paneles de relleno, y separando ambas perfilerías mediante productos conectores elaborados con materiales no conductores del calor, se establece una "rotura térmica" y se aumenta así la resistencia local a la propagación de la energía calorífica.

Actualmente, la mayoría de las fachadas ligeras ya son diseñadas de entrada con este sistema de "rotura de puente térmico" consiguiendo así de forma simultánea un aumento significativo del ahorro energético y al mismo tiempo una mejora de la sensación de confort interior (disminución del efecto de pared fría).

El aislamiento térmico del conjunto de la fachada ligera se determina sumando la resistencia térmica de cada elemento que compone la fachada, ponderada con su participación porcentual en la superficie total de la fachada.

Control de las condensaciones

Los perfiles huecos de aluminio utilizados en fachadas ligeras deben estar provistos de dispositivos para facilitar la evacuación de las aguas ocasionadas por la formación de humedades de condensación en sus paredes interiores. Para garantizar dicha evacuación se disponen unas chapas de aluminio que forman unas bandas continuas fijadas entre la estructura del edificio y la fachada ligera. El agua que en ellas se recoge se vierte hacia al exterior a través de orificios o juntas de drenaje.

Protección solar

Existen múltiples posibilidades de elementos adicionales a la fachada ligera diseñados específicamente para disminuir el flujo de radiación solar directa incidente sobre la superficie acristalada, sin por ello impedir la visibilidad desde el interior.

Tipos más habituales de protección solar para fachadas ligeras:

- Protecciones ubicadas en la cara interior: como las cortinas, las persianas, los estores, etc. Resultan siempre más asequibles en precio y más fáciles de manipular por el usuario desde el interior, pero su situación en la cara interior de la fachada les otorga una eficacia de protección muy limitada.

- Vidrios especiales: existen en el mercado vidrios con propiedades óptico-térmicas especiales (mayor capacidad de absorción, mayor capacidad reflectante, etc.) cuyo uso se ha especializado en aplicaciones orientadas a limitar la intensidad de la energía solar incidente que penetra en el edificio a través de la fachada.

- Protecciones exteriores: son planos opacos, traslúcidos o semitrasparentes, denominados parsol o brise-soleil, bien fijos u orientables mediante mecanismos manuales o automáticos, adecuadamente situados en la cara exterior de fachada con el fin de proyectar sombras arrojadas sobre el propio plano de la fachada y así paliar la cantidad de energía solar incidente. La elección del tipo de protección solar más adecuada depende de la orientación del edificio, de la altitud cenital que alcanza el sol en cada latitud, de las sombras a proyectar, de la exposición al viento, de las posibilidades de mantenimiento, del campo visual exterior requerido, etc. Los productos más idóneos son siempre aquellos más ligeros y de mayor poder reflector.

Confort Acústico

Hoy en día, el aislamiento acústico se está convirtiendo en una de las exigencias más destacadas del edificio puesto que contribuye de manera importante a garantizar el nivel de confort adecuado en el interior de una edificación.

Confort Lumínico

La gran cantidad de acristalamiento de una fachada ligera incide en dos aspectos novedosos que el arquitecto debe considerar: la gran cantidad de luz exterior que penetra en el interior del edificio y el brillo de los materiales que componen la fachada.

Esta gran cantidad de luz y de brillo puede ocasionar una falta de confort interior en forma de deslumbramiento y de excesivo contraste que puede conllevar dificultades para los usos interiores, particularmente los actuales medios visuales con soporte informático.

Las nuevas tecnologías de la información demandan bajos niveles de iluminación y un carácter difuso de la misma, consideraciones que van a modificar en un futuro próximo el diseño de los acristalamientos. Además se requiere que los medios utilizados para la regulación del flujo luminoso no modifiquen la visualización de los colores ni las formas exteriores.

Confort al Tacto

Aunque no se trata de una exigencia aún explícitamente considerada, el arquitecto debe considerar el comportamiento al tacto que ofrece la fachada de vidrio y metal. Tacto entendido en su sentido más amplio, tanto desde el exterior como desde el interior.

Desde el exterior el vidrio ofrece una superficie lisa y brillante, sin aristas de corte, poco sensible a los ruidos de impacto y de fricción. También desde el interior el vidrio ofrece un comportamiento táctil continuo, solo pautado por el metal. Gracias a estas propiedades neutras y no agresivas, el vidrio y el aluminio se están incorporando con gran rapidez al diseño y construcción de mamparas de compartimentación interior a partir de los conocimientos adquiridos en la construcción de fachadas ligeras.