Ver el código de «Tuberías de Hormigón: Aspectos Físicos de las Condiciones de Instalación Hidrocinética de la Pared del Tubo»

[[Categoría: Durabilidad de las Tuberías de Hormigón]]
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Como se muestra en la  figura 4.1.3.a, ejemplo 1, si la presión a ambos lados de la pared del tubo es la misma, el hormigón se satura y no se producirán filtraciones a través de la pared del tubo. En el ejemplo 2, hay una diferencia de presión, y el gradiente hidráulico produce el movimiento de agua junto con las sales, sulfatos y otras sustancias que lleve disueltas. La dirección del flujo tiene importancia: si el agua agresiva se encuentra en el lado de la pared donde hay depresión , el movimiento del agua no agresiva tenderá a mitigar cualquier efecto. En cualquier caso, si no hay exposición a la atmósfera del tubo, no se producirán efectos derivados de la concentración de sustancias agresivas.



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Como se muestra en la  figura 4.1.3.a, ejemplo 1, si la presión a ambos lados de la pared del tubo es la misma, el hormigón se satura y no se producirán filtraciones a través de la pared del tubo. En el ejemplo 2, hay una diferencia de presión, y el gradiente hidráulico produce el movimiento de agua junto con las sales, sulfatos y otras sustancias que lleve disueltas. La dirección del flujo tiene importancia: si el agua agresiva se encuentra en el lado de la pared donde hay depresión , el movimiento del agua no agresiva tenderá a mitigar cualquier efecto. En cualquier caso, si no hay exposición a la atmósfera del tubo, no se producirán efectos derivados de la concentración de sustancias agresivas.

En los ejemplos 3 y 4 se considera el caso de que la superficie externa del tubo esté en contacto con la atmósfera. Las filtraciones de agua se producen bien por gradiente hidráulico o por capilaridad. En cualquier caso se producirá una concentración de sustancias agresivas en o cerca de la de la superficie expuesta a evaporación. Estas consideraciones no son relevantes en el caso de que se trate de un ambiente ácido, puesto que el ataque por ácidos se produce exclusivamente en la superficie expuesta. Sin embargo son relevantes en la evaluación de exposición a sulfatos o a cloruros.

El caso de exposición total a la atmósfera se ilustra en la  figura 4.1.3.b, ejemplo 1. Dependiendo del clima y de la localización de la tubería, la superficie exterior del tubo podrá estar sometida a heladas, variaciones bruscas de temperaturas, exposición a cloruros en zonas costeras, y a los efectos de la concentración de sales y sulfatos que se encuentren disueltos en el efluente.





[[Imagen:AthaManualTuberiasfoto6.jpg|center]]



Si el tubo se encuentra parcialmente enterrado, como se muestra en la figura  4.1.3.b ejemplo 2, los efectos de la concentración de sustancias nocivas en la superficie exterior del tubo son más complejos de evaluar. Las posibles direcciones del movimiento del agua se muestran en la figura.

El tubo enterrado no está expuesto a heladas o a variaciones bruscas de temperaturas. Cuando están instalados por encima del nivel freático se producirán flujos de efluente hacia el exterior y, en caso contrario, se producirán filtraciones del agua del terreno circundante. El primer caso es crítico para efluentes con altos contenidos de sulfatos y cloruros, mientras que el segundo caso es crítico si el agua del terreno es agresiva.