Terrazas, Torratxes y Miradores de la Arquitectura Española del siglo XVIII


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Durante el siglo XVIII, dentro del espíritu renovador de la Ilustración, se suceden los comentarios sobre las virtudes de las terrazas: la posibilidad de respirar el aire puro, de observar el cielo, de reunirse con las amistades, etc. Así, siguiendo una cierta moda ilustrada, la aristocracia construye terrazas y miradores en sus palacios y se suceden los observatorios astronómicos a la manera de París.

Terrazas y toratxes del Palau de la Virreina y del Palau Moja en la Rambla Barcelonesa.JPG

Carta del Virrey Amat a su hermano del 18 de Marzo de 1768

Saenz-Rico Urbina, Alfredo: El Virrey Amat. Precisiones sobre la vida y la obra de Don Manuel de Amat y de Junyent, 1967. Colección Jaume Rosell.

Esta carta está referida a la construcción de su palacio de la Rambla barcelonesa, en la que se describe el sistema de impermeabilización que desea para sus terrazas.

Observatorio astronómico de Madrid por Juan de Villanueva (1790).JPG

Receta para la argamasa que debe ponerse en los terrados y techos en lugar de enladrillados:

Cógese vna quartera o fanega de llobins (*), muélense en molino y esta arina se cueze mui bien en agua clara, de modo que se hagan vnas farinetas claras y mui claras capazes de amerar dos quarteras de cal y dos de arena mui fina, y así amasado se echa como medio dedo de torta en los terrados y techos; déjase secar y luego se pone otro medio dedo y, estando fresco, se bruñe con palet o piedra de río, y con el bruñimiento ba escupiendo la humedad y queda , en secándose, más duro que la piedra .

La regla es: a quartera de llobins, dos de cal cernida fina y dos de arena mui fina y limpia; y, en todo el grueso de la torta, quando más vn dedo.

Nota: (*) llobí, palabra en catalán en el original para nombrar el altramuz.

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