Reacción al Fuego de los Materiales Utilizados en la Construcción. Protección contra Incendios


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Estos materiales tienen un comportamiento frente al fuego determinado mediante unos ensayos que los clasifica en seis categorías:

M0, M1, M2, M3, M4 y M5

que van desde los materiales incombustibles a los altamente inflamables.

La legislación vigente limita la aplicación de cada categoría según los usos a que están destinados.

Resistencia al fuego. (RF)

Este concepto se utiliza en la protección estructural identificándose con las siglas RF y nos indica la resistencia de un elemento constructivo expresada en minutos, sin que pierda su estabilidad ni sus características estructurales y de aislamiento del fuego.

Protección contra incendios

Es el conjunto de acciones destinadas a complementar la acción preventiva para el caso en que se inicie el incendio, éste quede limitado en su propagación y reducidas sus consecuencias.

Protección estructural de edificios y locales

Esta protección se debe prever en la fase de proyecto y consiste en diseñar los elementos constructivos de tal forma y con los materiales adecuados para que formen una barrera contra el avance del incendio en caso de que éste se produzca, logrando su aislamiento en sectores de incendio controlados.

Esta actuación se llama sectorización o compartimentación.

Medidas de protección contra incendios.JPG

Actuación contra la propagación horizontal del incendio

a) Separación por distancia entre locales con riesgo.

b) Muros o paredes cortafuegos que dividen el edificio o local en zonas aisladas entre sí llamadas sectores de incendio.

c) Puertas contra incendios o puertas cortafuegos dispuestas en las aberturas necesarias de los muros cortafuegos.

d) Diques o cubetos para contener el líquido inflamable derramado en una fuga o rotura de un depósito.

Actuación contra la propagación vertical del incendio

a) Cortafuegos.

Se trata de elementos a modo de compuertas de cierre automático accionados por fusible o a distancia y que dispuestos en los conductos impiden que los humos calientes fluyan incontroladamente.

b) Techos.

Deben tener una resistencia al fuego adecuada. Deben impedir la propagación vertical del fuego y el debilitamiento de su resistencia. Si los forjados son de estructura metálica, deben recubrirse de hormigón o recubrimiento ignifugante en caso de riesgo de incendio.

c) Huecos verticales.

Es precisa la sectorización de los huecos de escaleras, ascensores y otras aberturas verticales mediante puertas o cerramientos incombustibles con alta resistencia al fuego y que además sean estancos al humo.

d) Ventanas.

En los edificios con riesgo elevado de incendio debe limitarse en lo posible la presencia de ventanales.

Las ventanas que se instalen deben tener marco metálico y montar vidrio armado que aunque rompe, no deja huecos a las llamas. Una protección eficaz para las ventanas son los salientes de los forjados (aleros o balconadas) que obligan a las llamas a separarse de la fachada. Si el riesgo proviene de la radiación del edificio de enfrente la protección básica proviene de la separación por distancia.

Actuación contra el humo

El efecto negativo del humo es muy superior al efecto de la temperatura, por su influencia sobre las personas, dificultando o impidiendo la evacuación de los locales.

Su eliminación es imprescindible pero debe ser controlada a través de zonas que no coincidan con vías de evacuación de personas.

Las aberturas en techos para salida de humos se denominan exutorios. Su apertura puede ser manual o automática mediante fusibles térmicos u otros mecanismos.

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