Peligros del Amianto

De Construmatica

Revisión del 01:41 19 feb 2009 de imported>Andrea Meglio (→‎Artículos Relacionados)
(difs.) ← Revisión anterior | Revisión actual (difs.) | Revisión siguiente → (difs.)
Logo ASEPAL.gif Nota: Este artículo ha sido creado gracias a ASEPAL en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido está disponible en el sitio web de ASEPAL.

¡Atención! Esté artículo está sujeto a Derecho de Autor.


En la segunda mitad de 2006 se inició una campaña de inspección en todos los estados miembros de la Unión Europea donde se llevan a cabo tareas de mantenimiento, demolición, retirada o eliminación de materiales que contienen amianto. Su lema, "El amianto es mortal. Prevenga la exposición". Su principal objetivo, proteger la salud de los trabajadores.

En el presente artículo se explica la naturaleza del peligro que representa la exposición al amianto, su evaluación ambiental y limitaciones, planes de trabajo, características y funcionamiento de los EPIs de protección, e información-formación que precisan los trabajadores para el desarrollo de estas actividades restringidas y sujetas a autorización administrativa.

Descripción del riesgo y límites permisibles

Con el término amianto se hace referencia a una serie de minerales metamórficos constituidos por varios silicatos metálicos fibrosos y ampliamente utilizados, hasta su prohibición, en productos de aislamiento para la protección contra incendios (placas de techo o proyectado sobre estructuras), en cubiertas, canalones, tuberías, juntas (cartulina o cordón), mantas, productos de fricción y un largo y variado etcétera.

La inhalación de microfibras respirables de amianto o asbestos -cuya longitud sea superior a 5 micrómetros, diámetro inferior a 3 micrómetros y la relación longitud-diámetro superior a tres- puede causar asbestosis y desarrollar tumores malignos, como el cáncer de pulmón y el mesotelioma, enfermedades que pueden ser mortales y que presentan un largo periodo de latencia (entre 20 y 40 años).

Micrografía mostrando una fibrosis intersticial alrededor de bronquiolos, conductos y paredes alveolares, causada por exposición prolongada al amianto


Los empresarios deben asegurarse de que ningún trabajador esté expuesto a una concentración de amianto en el aire superior al valor límite ambiental de exposición diaria (VLA-ED) de 0,1 fibras por centímetro cúbico, medida como una media ponderada en el tiempo para un periodo de ocho horas diarias y 40 horas semanales. La evaluación ambiental, el procedimiento para la toma de muestras y el recuento de fibras solo puede realizarla personal cualificado y especializado según los requisitos establecidos en Anexo I y II del RD 396/2006.

Planes de trabajo

Antes del comienzo de cualquier actividad con riesgo de exposición al amianto, el empresario debe elaborar un plan de trabajo y asegurarse de que se elimina el amianto o los materiales que lo contengan antes de aplicar las técnicas de demolición y, de que al terminar las obras no existan riesgos de exposición en el lugar de trabajo.

El plan de trabajo debe describir y detallar las medidas necesarias para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores involucrados en esta actividad. Debe especificar:

  • El tipo de actividad a realizar (demolición, mantenimiento o reparación, retirada de residuos, etcétera) y el tipo de material y la forma en que se presenta, así como las cantidades que se manipularán
  • Lugar, fecha de inicio y de terminación, relación del personal que interviene, categoría, formación y experiencia
  • Procedimientos que se aplicarán y su adecuación a la tarea, medidas preventivas para evitar la generación y dispersión de fibras, y evaluación de la exposición de los actuantes. Equipos de protección (EPIs) y características y métodos a utilizar para descontaminar equipos y personas
  • Medidas adoptadas para informar a los trabajadores de los riesgos y formarles para prevenirlos, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 31/1995 y particularmente en lo concerniente al amianto y sus efectos.
Equipos de protección personal necesarios para las actividades de exposición potencial al amianto.
  • Procedimientos para eliminación de residuos según lo legislado, indicando empresa gestora y vertedero
  • Recursos preventivos utilizados, propios o ajenos, para la evaluación y control del ambiente; periodicidad de las evaluaciones, y vigilancia de la salud de los trabajadores a cargo de personal sanitario competente siguiendo las pautas y protocolos determinadas por la autoridad sanitaria.


El plan de trabajo, junto con la ficha de inscripción en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (R.E.R.A.), debe remitirse para su aprobación a la autoridad laboral. Es preciso que el plan se actualice si se modifican significativamente las condiciones de trabajo. Existe un plazo de 45 días para resolver y notificar la resolución y en la tramitación del expediente es preceptivo recabar el informe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

Equipos de protección individual necesarios

Cuando la aplicación de las medidas de prevención y de protección colectiva, de carácter técnico y organizativo, resulten insuficientes para garantizar que no se sobrepasan los límites de exposición reseñados, el empresario debe proporcionar los EPIs necesarios y adoptar las siguientes medidas:

  • Disponer de equipos de protección respiratoria (EPR) adecuados al riesgo. Su utilización deberá limitarse al tiempo estrictamente necesario, sin que se sobrepasen las 4 horas diarias. Es preciso prever las pausas pertinentes en función de la carga física y las condiciones climatológicas.
  • Disponer de ropa de protección apropiada, que será de uso obligatorio durante el tiempo de permanencia en las zonas en que exista exposición al amianto. Deben existir instalaciones o lugares independientes y separados para guardar o desechar la ropa de trabajo y la ropa de calle.
  • Los EPIs utilizados tienen que almacenarse en un lugar determinado y hay que verificar su limpieza y descontaminación, comprobar su funcionamiento antes y después del uso, reparando o sustituyendo los equipos defectuosos antes de utilizarlos de nuevo.
  • Los trabajadores con riesgo de exposición tienen que disponer para su aseo personal, dentro de la jornada laboral, de al menos diez minutos antes de la comida y otros diez minutos antes de abandonar el trabajo


Todos los costes derivados de la aplicación de medidas relativas a la seguridad y salud en el trabajo no podrán recaer en modo alguno sobre los trabajadores.

Tipos y Características de los EPR

Dado el reducido valor permisible para la concentración de amianto en el interior de la pieza facial (VLA-ED = 0,1 fibras/cc) se precisa un elevado factor de protección al seleccionar el EPR adecuado a las condiciones de trabajo y a las máximas concentraciones ambientales que previamente hayan sido determinadas por la evaluación pertinente. Se describen a continuación las dos clases de EPR que se utilizan habitualmente:

Equipos filtrantes

Purifican el aire ambiental reteniendo las partículas contaminantes -en este caso fibras en suspensión- y precisan que la atmósfera en el lugar de trabajo contenga un nivel de oxígeno superior al 19.5% en volumen, requisito que comúnmente se cumple en los trabajos de eliminación y manipulación de amianto.

Para esta actividad se recomienda utilizar un equipo filtrante motorizado, denominado y conocido con las siglas PAPR, que asegura un factor de protección nominal (FPN) de valor 2000 cuando se usa una pieza facial del tipo máscara. El PAPR se lleva en el cinturón y consta de soplante, alimentada por batería recargable, que impulsa el aire ambiente a través del medio filtrante Tipo P3, es decir, de alta eficacia y capacidad (retención > 99,95%)

Equipo de protección respiratoria filtrante, tipo asistido (PAPR), completo que incorpora soplante, batería y filtros bajo la misma carcasa.


El EPR se coloca a la espalda del usuario, opuesto al frente de arranque o manipulación del amianto, para minimizar la aspiración de aire contaminado y alargar la capacidad de los filtros. El aire filtrado se conduce mediante traquea a la pieza facial con ligera presión positiva y a flujo constante, lo cual asegura lo siguiente:

  • El caudal del aire filtrado a la máscara hace que el esfuerzo en la fase de inhalación sea nulo y logra el efecto de ventilación facial, lo cual se traduce a un excelente confort para un uso prolongado
  • En caso de que se produzca un desajuste de la pieza facial y la consiguiente pérdida de estanqueidad, el exceso de aire sale al ambiente, evitando la entrada del contaminante
  • El caudal de aire es lo suficientemente elevado (130/160 l/min) como para garantizar el mantenimiento de la presión positiva en el interior de la máscara, incluso a ritmos respiratorios intensos. Así se asegura el cumplimiento del requisito anteriormente mencionado.
  • Los equipos disponen de elementos para verificar que el flujo mínimo de aire corresponde al de diseño prescrito por el fabricante e incorporan un sistema de alarma en caso de fallo de la aportación de aire. Al ocurrir el fallo debe abandonarse la zona de trabajo y salir al aire limpio; es posible respirar a demanda, mediante esfuerzo pulmonar a través del filtro, sin excesiva resistencia a la inhalación.
Operario con el equipo de protección respiratoria filtrante sobre cinturón y situado a la espalda, para minimizar la exposición sobre la aspiración de aire.


Estos EPR filtrantes deben cumplir los requisitos exigidos por la UNE EN 12942 y clasificarse como Tipo TM3 P3. Se caracterizan por ser livianos (típico <1.5 kg con los filtros), por permitir una gran movilidad para entrar y salir de la zona contaminada manteniendo la protección, y por facilitar la descontaminación.

Equipos aislantes

Independientes del medio ambiente, lo que permite su uso en atmósferas en que la concentración de oxígeno u otros contaminantes impiden la selección de EPR filtrantes, aunque estas circunstancias no son muy frecuentes en las actividades con exposición al amianto.

Los EPR aislantes adecuados para el caso que nos ocupa corresponden a los de línea de aire comprimido, denominados coloquialmente ‘semi-autónomos’, que aseguran un factor de protección adecuado (FPN > 2000) cuando se usan con pieza facial tipo máscara. La línea de aire comprimido puede ser de tipo ligero o pesado, en función de la tarea a realizar, con conexión a pieza adosada a cinturón, desde donde se conduce el caudal de aire, debidamente regulado, a la máscara mediante traquea.

Operario utilizando un equipo respiratorio aislante, tipo DUAL con línea de comprimido y disponiendo de filtro de partículas, para la entrada y salida del lugar de trabajo


El EPR aislante precisa utilizar alternativamente un filtro de partículas del Tipo P3, que permita entrar y salir de la zona contaminada, la cual esta aislada y no es posible su acceso mientras se está conectado a la línea de aire comprimido. Las características funcionales son las siguientes:

  • Estos equipos son tan ligeros como los EPR filtrantes y puesto que la fuente de aportación de aire es la red, su autonomía es ilimitada
  • El único inconveniente es su movilidad, limitada por la longitud de la línea de aire comprimido. Esta limitación esta subsanada en los equipos duales cuando es posible operar en modo filtrante sin estar conectado a la línea de aire. Cuando opera la aportación de aire comprimido, éste no escapa a través del filtro ya que en su conexión se incorpora una membrana que impide su salida.
  • Los EPR aislantes del modelo Dual, tal como se han descrito anteriormente, son a flujo constante cuando se conectan a la línea de aire, es decir, dentro de la zona contaminada. Por lo tanto ofrecen protección incluso cuando, por cualquier causa, pueda desajustarse la máscara.
  • La calidad del aire comprimido aportado por la línea debe ser conforme a UNE EN 12021.


Estos EPR aislantes deben satisfacer los requisitos exigidos por la UNE EN 14594 y clasificarse como Tipo 4A/4B, con caudal de aire constante, regulado mediante válvula desde un mínimo de diseño establecido por el fabricante. Tienen que incluir un adaptador facial hermético tipo máscara conforme a EN 136 y un filtro acoplado a la traquea o en la máscara.

Máscara completa conforme a EN 136, del Tipo 2 adecuada para EPR filtrantes y aislantes.

Características de las prendas de protección

Es preceptivo y obligatorio proteger totalmente el cuerpo para realizar los trabajos que comportan la exposición a las fibras de amianto, con el fin de poder eliminarlas antes de salir del lugar de trabajo mediante una descontaminación adecuada Es responsabilidad del empresario el lavado y descontaminación del vestuario de protección, para lo cual debe habilitarse una esclusa que aísle la entrada/salida del lugar de trabajo. Hay que disponer de duchas para la eliminación de las fibras adheridas a las prendas de protección del cuerpo.

Los EPIs de protección del cuerpo para estos trabajos son los siguientes:

  • Guantes de PVC o goma sobre sustrato textil, con manguito corto
  • Botas de PVC o caucho, impermeables, con suela antideslizante y protecciones de seguridad en planta y puntera en función del riesgo evaluado en la tarea
  • Mono integral de material impermeable a partículas sólidas, pero transpirable (por ejemplo, TYVEK o similar) y diseño de mangas, capucha y perneras para ajuste a guantes, máscara y botas respectivamente. No debe llevar bolsillos. Las costuras deben estar selladas por la parte interna. El modelo debe ser conforme a la EN ISO 13982-1, clasificado del Tipo 5 y fabricado con material fácilmente lavable o para un solo uso
  • Para asegurar la estanqueidad entre el traje y los guantes o botas puede utilizarse cinta plástica autoadhesiva.


En el caso del EPR filtrante (PAPR), que incorpora elementos eléctricos/electrónicos y batería, es necesario que el grado de protección contra la entrada de polvo y agua sea, como mínimo de clase IP 54, para poder descontaminarse mediante una intensa ducha estando operativo.

Traje protector del cuerpo contra partículas sólidas Tipo 5, transpirable, modelo con elásticos en capucha, puños y perneras.

Formación e información de los trabajadores

Los artículos 12 y 13 del RD 396/2006 hacen hincapié en la formación e información de los trabajadores, que el empresario debe garantizar de conformidad con la Ley 31/1995. Es preciso impartirse los cursos oportunos, sin coste para el trabajador, antes del inicio de las actividades, y repartirlos a intervalos regulares. No se detalla el contenido y sólo se comentan cuestiones importantes:

La formación debe permitir a los trabajadores adquirir los conocimientos y competencias necesarias en materia de prevención y seguridad respecto al amianto, incluido el efecto sinérgico del tabaquismo, así como todo los referente a los EPIs, procedimientos de emergencia y descontaminación y las exigencias en cuanto a la vigilancia de la salud

  • La información debe ser detallada y suficiente sobre lo riesgos potenciales debidos a la exposición, las medidas de higiene que deben adoptar, los resultados de las evaluaciones y controles del ambiente, así como cualquier control médico que sea pertinente efectuar con posterioridad al cese de la exposición
  • El artículo 15 del mencionado R.D. señala la necesidad de consultar a los trabajadores o sus representantes legales y el artículo 16 expone lo concerniente a la vigilancia adecuada y específica de la salud del personal.

Eliminación de residuos

Los residuos de amianto o que contengan amianto, incluidos los resultantes de operaciones de limpieza y mantenimiento, deben recogerse en recipientes herméticos y adecuadamente identificados (etiquetados). Deben transportarse lo más rápidamente posible fuera de la zona de trabajo a un almacén adecuado hasta su recogida por un transportista y/o gestor de residuos autorizado. Puesto que se trata de residuos peligrosos, el transporte y eliminación ha de realizarse de acuerdo con las disposiciones existentes tanto nacionales como autonómicas o locales.

Etiqueta que identifica productos o envases que contengan amianto según el Anexo II del RD 1406/1989

Comentarios

Como sustitutivos del amianto se han potenciado productos alternativos que tengan condiciones morfológicas y fisicoquímicas equivalentes, tales como:

  • Fibras minerales artificiales, lanas aislantes (vidrio, minerales, de roca y de escoria) y fibras refractarias (cerámicas).
  • Fibras orgánicas sintéticas (carbón y acero)
  • Fibras orgánicas naturales (yute, esparto, bambú).


No se dispone, en muchos casos, de datos que indiquen los efectos de estas fibras alternativas sobre el organismo y se carece de experiencia para afirmar que son más seguras que el amianto. Hay un gran número de personas expuestas a estos materiales. Su manejo e instalación corre a cargo normalmente de operarios o del propio usuario, sin tener en cuenta y/o desconociendo el riesgo potencial que representa la exposición a altas concentraciones ambientales de estos materiales, su inadecuada manipulación y la falta de protección.

Artículos Relacionados