Participación y Organización en los Proyectos Energéticos Rurales


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Definición de Roles en una Estructura Organizativa para la Participación

Desde esta perspectiva, el hecho de participar o no está influido por un conjunto de factores, desde las características de los individuos hasta aquellos que son parte del contexto y que interactúan con el ambiente social, lo que va configurando una estructura de oportunidades para la participación.

De ahí que sea necesario precisar que no se puede promover la participación sin asumir una estructura organizativa, pues es en esta última es donde se van plasmando las diversas manifestaciones de participación, ya sean de tipo individual o grupal. Esto significa que la participación debe estar referida a acciones colectivas provistas de un grado importante de organización y que adquieren una orientación propia a partir del hecho de que se definen por una decisión colectiva, la misma que debe aspirar a ser formalizada.

Esto llevará a una definición de roles o posiciones más o menos estructuradas y diferenciadas, lo que debe contribuir a la generación de una voluntad colectiva en el grupo u organización.

Asumir que la participación es un proceso comunicativo e interactivo continuo, sensible a las tradiciones locales, que incluye a todos de forma activa, nos debe remitir a considerar que para lograr este enunciado se deben tomar en cuenta las actitudes, normas y costumbres de una comunidad, las mismas que, consideradas o no, se pueden constituir en elementos vitales que pueden servir de factores favorables a la participación, o bien en obstáculos.

Este factor es particularmente relevante si consideramos la fragmentación de la sociedad y la infravaloración de la que han sido objeto la búsqueda de soluciones colectivas a los problemas comunes y la participación como elemento clave para viabilizar el desarrollo.

Figura 1. Aspectos que orientan la participación

Para el trabajo de promoción de un sistema energético rural, es imprescindible reconocer lo indicado anteriormente, pues el respeto a las costumbres y particularidades de la comunidad, sumado al reconocimiento de la existencia de una organización local, permitirá al promotor o profesional de campo un acercamiento y probable incorporación en un proceso que repercutirá favorablemente en una mayor y mejor participación.

Aspectos que Promueven la Participación

No obstante todo ello, podemos decir que son diversos los motivos que promueven la participación de la población, sea ésta activa o pasiva, dependiendo de los intereses y conveniencias que encierre lo individual y colectivo.

En efecto, esta participación puede estar motivada por:

  • La existencia de un conjunto de necesidades a satisfacer.
  • La creencia en que las organizaciones en que se puede participar representan un modo efectivo para alcanzar las metas que tiene el individuo.
  • La inexistencia de medios alternativos para satisfacer las mismas necesidades a un costo menor para el individuo.
  • Las predisposiciones generalizadas relevantes a la participación (actitud hacia participar y / o hacia quienes no lo hacen).
  • Los costos y beneficios percibidos de la participación.

En muchos de los casos, no todos los motivos confluyen en un solo proceso. De allí que es preciso que, ejerciendo de facilitador, el promotor o profesional de campo asuma el reto de involucrar a los actores sociales en forma plena, a fin de alcanzar los cambios que promueve y que espera lograr la organización.

Características de un Proceso de Participación

Para tal efecto es imprescindible que se tenga una idea clara de las características que debe tener un proceso de participación:

  • Ser abierto y amplio,
  • Ser libre y promover libertad,
  • Favorecer una cultura social de participación,
  • Ser revalorativo,
  • Redistribuir el poder y
  • Generar consensos.

Un factor importante que repercute en el trabajo de la promoción de la participación, desde nuestra perspectiva, es el político. Las organizaciones locales, en muchos casos, son manipuladas por instancias políticas que establecen relaciones paternalistas o de dependencia que van generando cierta pérdida de cohesión en la organización, pues muchas de las actividades que se promueven dentro de este tipo de organización son establecidas por consignas y metas predeterminadas fuera y sin intervención de la comunidad. Pese a ello, la libertad política es quizás una de las que permite consolidar mejor las demandas.

En esos casos en los que, de acuerdo a las particularidades de la realidad rural, la participación no es una situación estable, sino un proceso alimentado en varios momentos, durante los cuales los sujetos involucrados se forman y van formando a otros en el manejo de conocimientos y destrezas que dependen de la naturaleza de la experiencia participativa.

Todo lo planteado conlleva a reconocer que la participación es un proceso que implica mucha variabilidad, en función de los componentes que inciden en el contexto y momento en que este ocurre. Esto nos exige a que no se la puede identificar con una determinada instancia, sino que definitivamente se la tiene que comprender como un proceso.

Entendida así, debemos tender en contrapartida a que éste no sea un elemento de carácter universal, sino una construcción social, por lo tanto, múltiple, sujeta a valores y circunstancias contextuales que existen en determinados momentos. Eso significa que no exista un modelo único de participación, sino diversas formas que confluyen en un proceso.

Por consiguiente, y en la perspectiva de lograr una mayor y mejor participación, ésta debe desarrollarse considerando algunas particularidades:

  • Debe ser voluntaria, en tanto el imperativo de libertad es una razón para el individuo.
  • Debe ser responsable, pues existe compromiso con la organización; así se fortalece y puede representar a sus miembros.
  • Debe promover la libre determinación, en tanto existan mecanismos adecuados para expresar sus necesidades.
  • Debe tener diferentes instancias, utilizadas para plantear sus demandas.
  • Debe ser transparente, por cuanto se manejan criterios de información y da a conocer las decisiones que se van tomando.
  • Debe ser reflexiva, en tanto permite la posibilidad de influir en las decisiones de la comunidad.
  • Generar protagonismo, mediante el liderazgo de los participantes que son responsables de su propio desarrollo.

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