Gestión de Residuos y Demoliciones

El 40% de los residuos en Europa es originado por la industria de la construcción. El destino común de los llamados Residuos de Construcción y Demolición (en adelante, RCD), eran hasta hoy los vertederos o escombreras. La gradual saturación de estos espacios, más los obstáculos que hallan los municipios para lograr la habilitación de vertederos nuevos, hace que el asunto de los RCD, últimamente haya tenido que pasar por cierta agitación. En 2001, se publicó el Plan Nacional de Residuos de Construcción y Demolición (PNRCD) 2001-2006, en el que se fijan las bases para una gestión más sostenible de los RCD. Sus objetivos son los siguientes:

  • Crear una red de infraestructuras para el reciclaje de RCD.
  • Lograr el respeto del principio de proximidad, ya que por el gran volumen y peso de los RCD, es mucho lo que se paga en transporte. Por esa razón, las plantas de tratamiento se emplazarán en un radio de 25 km .
  • Poder articular un sistema que exija a constructores y a colegios profesionales competentes integrar en proyecto la apropiada gestión de los RCD.
  • Basar la gestión en el principio de jerarquía, donde se trata de:
    • Prevenir
    • Reutilizar
    • Reciclar
    • Valorizar energéticamente
    • Depositar en vertedero

Por la necesidad de ir en pos de una construcción que ahorre recursos y por el impacto de los RCD en el ambiente, se hace imprescindible emprender las actuaciones justas para lograr los objetivos del Plan Nacional de RCD.


Los Residuos de Construcción y Demolición (RCD)

Los RCD se producen en tres etapas de la construcción: En la excavación, en la construcción y en el derribo. En la excavación, lo principal es minimizar el volumen de tierras producido, programando apropiadamente y controlando las excavaciones y rellenos.

En la construcción y el derribo, los RCD producidos diferirán según el modelo constructivo empleado y del modo de hacer el derribo. La construcción tradicional utiliza, generalmente, materiales pétreos que provocan muchos sobrantes en la ejecución y de residuos en el derribo, con responsabilidad en la saturación de los vertederos. La construcción industrializada utiliza una diversificación de materiales mayor y un volumen menor, con más probabilidades de valorización. Asimismo, un derribo intensivo generará más RCD que un sistema que aliente la separación y recuperación.

El objetivo debe ser tratar de minimizar los RCD y en caso de existir buscar su reciclaje o reutilización, la denominada valorización económica. Lo principal es la recogida selectiva.

El diseño y la construcción de las viviendas tienen que establecer que la demolición posibilite la recuperación de los residuos valorizables, la llamada deconstrucción.

Frecuentemente, los residuos inertes se desechan en el vertedero. Como generalmente son de origen pétreo, pueden reciclarse para obtener áridos.

Los residuos banales, por su composición, pueden gestionarse del mismo modo que el resto de los residuos sólidos urbanos.

La mayor parte de los residuos de construcción son inertes o banales, y muy pocos, peligrosos para la salud. Se debe evitar la utilización, o garantizar su fácil recuperación. El tratamiento de estos residuos está basado en la recuperación selectiva para su tratamiento específico o deposición en vertederos especiales.


La Gestión de los Residuos de Construcción

Una de las tareas que garantizan un resultado favorable en todo el proceso, es la separación y recogida selectiva de los residuos. El objetivo es facilitar el reciclaje y la reutilización de los residuos. Cuando se finaliza el proceso de separación, se buscan los que son valorizables e integrables al circuito de reciclaje, y los que no, se destinan al vertedero.

Desde la etapa de proyecto, tienen que tenerse en cuenta criterios constructivos y funcionales aptos que alienten el uso de técnicas constructivas y materiales que sirvan para su valorización.


Materiales Reciclables:


Pétreos: Pueden machacarse para fabricar áridos o como relleno

Metales: Los restos metálicos permiten su fusión en otros metales

Plásticos: Su separación deberá ser muy rigurosa. De reciclaje complejo

Maderas: Pueden triturarse para tableros aglomerados o utilizarse como biomasa

Asfaltos y Cauchos: Pueden utilizarse en pavimentos de carreteras


La reutilización, por sus beneficios económicos y ambientales, es el modo más ventajoso de valorización de los residuos. Esto estriba en la recuperación de elementos constructivos completos reutilizables con la menor cantidad de alteraciones. Según las dimensiones de los elementos y del estado de conservación, serán los resultados que obtendremos. Los productos utilizados en construcción pueden ser generados en otras actividades industriales.

Es muy importante integrar criterios de construcción dirigidos a alentar el uso de materiales que generen residuos fácilmente valorizables, en la gestión de los RCD. Las acciones de derribo de un edificio que posibilitan una gran recuperación de materiales, se denominan deconstrucción. Ésta es más similar a una construcción al revés que a un desmantelamiento tradicional. cuadro

Las edificaciones nuevas deben ser diseñadas para una deconstrucción, no para una demolición. De esta manera se impedirán canalizaciones de servicios empotrados, se utilizarán techos falsos, suelos flotantes, etc.

Los Reciclados y su Reutilización

Todos los RCD se pueden reciclar, excepto los que necesitan tratamiento específico. Los generados en la fabricación se reciclan de un modo más fácil que los de la demolición.


Materiales Reutilizables:


Estructura: Vigas, pilares, cerchas, elementos prefabricados.

Fachada: Puertas, ventanas y revestimientos prefabricados.

Cubierta: Tejas, estructuras ligeras, soleras prefabricadas, lucernarios, claraboyas y chapas.

Partición Interior: Mamparas, tabiques móviles, barandillas, puertas y ventanas.

Acabado Interior: Falsos techos, pavimentos sobrepuestos, flotantes, revestimienos verticales en zonas húmedas, decoración, perfiles y piezas de acabado, mobiliario de cocina.

Instalaciones: Maquinaria de acondicionamiento térmico, radiadores.


Los residuos generados en el lavado de la amasadora no se reciclan, porque son insignificantes, pero sí se debe controlar dónde se vertirán. El hormigón que en el camión retorna a la central, se lava y se coloca en una fosa de decantación.

Los residuos originados en la elaboración de elementos prefabricados en taller en serie, se pueden utilizar en canteras como relleno. Los generados en la demolición, como árido para hormigones en masa o armado o para relleno. Por la separación de las armaduras, la tarea se hace compleja .


No hay técnicas para quitar el yeso de la obra de fábrica empleada como soporte. En las placas de cartón yeso, es preciso separar sus componentes. A partir de ese punto, el yeso vuelve al horno, y el cartón es enviado a la industria papelera.


Son estables y muy inertes, sumamente reciclables. Los residuos originados en las diversas etapas de producción del material pueden ser reintegrados al circuito de elaboración de la materia prima.

Los de obra de fábrica, generalmente van al vertedero; sin embargo, podrían triturarse y utilizarse en la elaboración de hormigones o en firmes de carretera.

Se distinguen, entre los cerámicos, la baldosa artística o antigua, restituida luego de un proceso caro y complejo, los sanitarios que pueden recuperarse en piezas completas y las tejas viejas, muy pedidas para su reutilización.


Reciclar el vidrio resulta muy simple, así sea el proveniente del proceso de fabricación como el de la puesta en obra, por medio de la fusión. Suelen terminar en vertedero porque no hay circuitos de reciclaje. Son menos fáciles de reciclar los que están formados por varias hojas y los de color.


Los residuos son llevados a vertedero, y pueden ser utilizados para la elaboración de nuevo material, por lo que tienen que tener homogeneidad, evitando las láminas de aluminio o cartón-yeso adherido.


Su alta durabilidad hace que deje poco residuo. Los únicos plásticos que se reciclan son los poliestirenos, los provenientes del embalaje y los PVC. No se sugiere la incineración porque emiten contaminantes muy dañinos, sobre todo furanos.


Constituye el mejor ejemplo de recuperación del material para transformarlo en metal nuevo. Sus residuos no presentan dificultad para separarse de otros elementos, por su disposición en obra.


Sus residuos son fácilmente reciclables o valorizables. Es desaconsejable su incineración.

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