Requerimientos de Información Geográfica, Sistemas y Aplicaciones. Aplicaciones de las TIG en las ONG

De Construmatica


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Las ONGD tienen requerimientos particulares de información geográfica, diferentes a los de otro tipo de organizaciones.

La revisión bibliográfica y el análisis de experiencias de empleo de TIG en proyectos humanitarios, ha permitido detectar cómo se concretan en la práctica tales requerimientos.

Hay consenso en señalar unas características básicas que debe cumplir la información geográfica para atender sus necesidades: Información actualizada, de confianza, disponible rápidamente para todos los implicados (sobre todo ante situaciones de emergencia provocadas por desastres), en un formato de fácil manejo e integración en los sistemas utilizados y que, además, permita su intercambio (Peinado et al., 2002; Shaw, 2003; Smith, 2000).

Estas exigencias no difieren mucho de las deseables por cualquier usuario de información y tecnología de la información geográfica, pero se podrían concretar más.

¿Qué Información Necesitan las ONGD?

Es imprescindible disponer de una buena información geográfica de base del territorio en el que se va a intervenir, especialmente la relacionada con divisiones administrativas y asentamientos de población (Smith, 2000); resulta esencial no solo para conocer el territorio, sino también para poder plantear posteriores análisis espaciales con el SIG, y para ser utilizada como base de posibles adquisiciones o extracciones de información de otras fuentes (teledetección o GPS).

De especial importancia para las actividades de estas organizaciones es la información sobre localización de núcleos poblados, que conviene que sea lo más detallada, exacta y actual posible (Rain y Leddy, 2003).

Los gazetteers, o diccionarios de nombres geográficos, generados por algunos organismos (como la NGIA estadounidense), aquí adquieren gran valor.

En ellos se recoge la localización (coordenadas x,y) de gran cantidad de elementos y objetos espaciales, prácticamente de todo el mundo, fácilmente integrable en el SIG, entre ellos la de asentamientos poblados. Éstos son puntos de servicios donde las ONGD centralizan, y desde donde distribuyen su ayuda (albergue, alimentos, medicinas…). De ahí la gran utilidad de la información de estos diccionarios para tareas humanitarias, sobre todo si son actualizados o corregidos sus posibles errores de precisión (con GPS).

La demanda de información demográfica, desagregada (a escala inferior a la nacional) y actual, también crece entre organizaciones que desarrollan actividades en países donde no existen censos, o éstos son de escasa calidad o actualidad.

La información censal es muy útil y necesaria para la planificación, la toma de decisiones y el ajuste de la respuesta humanitaria a las necesidades reales.

Las ONGD requieren información lo más detallada posible sobre puntos poblados donde prestar asistencia y ayuda; necesitan saber, por ejemplo, cuánta población es la potencialmente beneficiaria y cuánta la afectada por una situación de emergencia.

La metodología del Global Rural Urban Mapping Programme (GRUMP), de la NGIA estadounidense, puede ser de enorme interés para muchos proyectos y actividades de ONGD, cubriendo las carencias en este sentido. Se basa en el empleo de imágenes de luces nocturnas, gazzetters, cartografía digital (la Digital Chart of the World de ESRI), datos demográficos oficiales… para estimar la población (Pozzi et al., 2004).

Una metodología similar es la desarrollada por Rain y Leddy (2003), que partiendo de la información censal disponible (a nivel nacional o provincial) estima la población a niveles administrativos inferiores, hasta llegar a nivel de asentamiento de población o comunidad (recogidos en los gazetteers); el dato de población a nivel de distrito se distribuye y pondera en cada localización, en función de la proximidad a luces nocturnas de mayor o menor intensidad, del tipo de ocupación del suelo, de la pendiente del terreno, de la proximidad a redes de transporte y de agua, etcétera.

Respecto a sistemas o aplicaciones es aceptado que para ser útiles a las ONGD deben ser fáciles de utilizar, con una interfaz gráfica amigable para el usuario (Peinado et al., 2002). Siempre es preferible, al menos inicialmente, la utilización de tecnología ligera (Smith, 2000), pues, en principio, debe ir destinada a usuarios –en su mayor parte voluntarios– que no están acostumbrados ni familiarizados con la forma de operar de estas herramientas. Los conocimientos y el manejo de la informática, al igual que el empleo de tecnologías de comunicación (correo electrónico e Internet), ya están extendidos en el ámbito de las ONGD. Sin embargo, es menos común contar con experiencia en SIG, con suficiente competencia como para emprender análisis espaciales y aprovechar el gran potencial de este tipo de herramientas.

La formación y el entrenamiento surgen nuevamente como necesidad, no solo para el manejo de sistemas y aplicaciones concretas, sino también para aprender a "pensar espacialmente" y comprender las ventajas y beneficios que el empleo de los SIG, en general, y el análisis espacial, en particular, pueden aportar a sus actividades.

Algunas recomendaciones generales para cualquier ONGD en cuanto al uso de estos sistemas, podrían ser (Aurensa y Departamento de Geografía, 2001; Baxa, 2000): que sea un sistema sencillo, con interfaz de usuario intuitiva, cuya instalación y características se ajusten en lo posible al equipamiento disponible en la organización; que incluya suficiente documentación, manuales, ayuda en línea, foros de discusión sobre el sistema y su uso, con el objetivo de facilitar su manejo y comprensión; con funciones mínimas exigibles, como: visualización de información geográfica en formato SIG, imágenes de satélite u otras imágenes en los formatos más extendidos, elaboración de cartografía temática de forma sencilla y rápida, búsquedas y consultas a la base de datos, ingreso de datos (de nueva información espacial y temática, especialmente aquélla capturada durante trabajos y reconocimientos sobre el terreno), modelado cartográfico (funciones de análisis espacial, al menos las básicas, como mediciones, superposiciones); entre otras.

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