Racionalismo y Universalismo en Planificación Urbana

De Construmatica


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Planificación Urbana

La Planificación , según la versión modernista, es:

Una especie de tecnología de la decisión y una ciencia de la sociedad (Sandercock, 1998).

La planificación, en particular en el momento en la que se constituye en profesión después de la Segunda Guerra Mundial, habría sido secuestrada por una visión particular del conocimiento, visión que valora la racionalidad técnica e instrumental en la resolución de problemas por encima de otras formas de saber más empíricas y más experimentales.

John Friedman, por ejemplo, que ha trabajado mucho en países en desarrollo, propone una ruptura con el modelo racionalista en planificación. Sanderock (1998) resume así la aproximación propuesta por John Friedman:

Describió la polaridad creciente entre los llamados expertos y sus clientes, una polaridad exacerbada por el lenguaje inaccesible en el cual los profesionales por lo general formulan problemas, y él argumentó que ninguna parte tiene todas las respuestas.

La solución obvia era la de conciliar las dos para entrar en un proceso de estudio mutuo, desarrollar una relación personal entre el experto y el cliente mediante adopción de lo que él llamó un estilo transitivo de planificación.

La cuestión excede el problema de dónde se producen los conocimientos y dónde son elaborados los modelos de planificación aplicados en los PVD.

La cuestión está en los instrumentos cognitivos, financieros, técnicos puestos en marcha por las sociedades industriales con vistas a ejercer su dominio sobre el resto del mundo tras la Segunda Guerra Mundial. El ejercicio de este dominio por los países desarrollados pasaba por la creación de instituciones nuevas encargadas de administrar la ayuda pública al desarrollo. Hacía falta poner en marcha también un nuevo discurso y un sistema de representación del desarrollo compatible con esta nueva misión del mismo de los países pobres. Era preciso, según Escobar (1995, 45), profesionalizar el desarrollo:

El concepto de profesionalización se refiere principalmente al proceso que incluye al Tercer Mundo en la política del conocimiento experto y la ciencia occidental en general.

Ésto se consigue a través de un juego de técnicas, estrategias y las prácticas disciplinarias que organizan la generación, la validación y la difusión de conocimiento de desarrollo, incluyendo las disciplinas académicas, los métodos de investigación y enseñanza, los criterios de expertos y prácticas diversas profesionales; en otras palabras, aquellos mecanismos por los cuales una política de verdad creada y mantenida, a través de los cuales se da aciertas formas de conocimiento el estado de verdad.

Marcos de interpretación para ciudades en desarrollo:

Las categorías utilizadas por los intelectuales y los expertos para hablar de ciudades de países en desarrollo refuerzan los marcos de interpretación de los problemas y las soluciones propuestas a los planificadores del Sur. Una vez aceptado un marco por los intelectuales, los expertos y los planificadores de los PVD deberían generalizar la explicación de los procesos urbanos y normativizar las acciones en forma de programas y de proyectos de desarrollo.

Los universalistas de primera generación dirán que una ciudad es una ciudad, cualquiera que sea el contexto, y que los principios de planificación siguen siendo los mismos, con los pertinentes ajustes.

Los dualistas insisten en la importancia de tener en cuenta las especificidades y los saberes locales, sin cuestionar el sistema global de representación de las ciudades y de la planificación en el Sur, por una parte, y, por otra, la influencia determinante de las grandes agencias internacionales sobre las prácticas profesionales en urbanismo en el Sur.

Dentro de este debate de escuelas, los intelectuales ignoran demasiado a menudo que sus saberes forman parte de las relaciones de poder entre el país del Norte y el del Sur y legitiman la expansión de los sistemas de acción.

La formación en planificación impartida en las universidades del Norte desde hace cuatro décadas ha reforzado la idea de que los procesos de urbanización de un periodo de la historia u otro, o de un territorio u otro, son similares y que las técnicas de planificación son relativamente independiente de los contextos donde se elaboran y aplican. En esta visión del mundo, los intelectuales, los formadores y los expertos del Norte, incluso antes de cualquier contacto con las realidades de los PVD, disponen en principio de la pericia necesaria para planificar el desarrollo del Sur.

Las instituciones internacionales ya no lo necesitan como verdad para organizar y hacer plausible, a los ojos del mundo, el proyecto utópico que persiguen desde su creación: el desarrollo de los países en desarrollo.

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