Quién Decide Sobre la Transferencia

De Construmatica


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En general, se puede decir que:

La tecnología que se transfiere es la que se conoce plenamente y en la que se tiene confianza.

No obstante, ésto no implica necesariamente que se esté seleccionando la tecnología más adecuada y eficiente para la solución de un determinado problema, ni que ésta sea acorde con el contexto específico.

Transferencia de Tecnologías Acorde a las Necesidades y Problemáticas Locales

Una dificultad aún mayor reside en el hecho de que se seleccionan las tecnologías buscando la solución a nuestra propia percepción del problema. Muchos ingenieros viven en las grandes ciudades y han sido formados para afrentar los problemas que se presentan en este contexto y, por lo tanto, tienen una percepción urbana de sus soluciones.

Cuando estos ingenieros deben abordar problemas parecidos en otras zonas, su percepción urbana les puede llevar a sugerir, por ejemplo, que se construyan sistemas de electrificación con generadores convencionales, construir sistemas de alcantarillado convencionales en las pequeñas comunidades rurales o proponer una dotación de agua per cápita que no está en armonía con la disponibilidad del recurso, las necesidades o la capacidad de pago de la comunidad.

¿Transferir o Compartir Tecnologías?

La transferencia de tecnología siempre ha incluido un elemento de paternalismo, ya que en muchos países el Gobierno o el donante, como autoridad, asume la responsabilidad de satisfacer las necesidades y regular el comportamiento de la gente bajo su influencia directa (Saunders, 1983). Casi siempre las instituciones estatales y los donantes han tomado decisiones en los proyectos, sin incluir a las comunidades en la selección de la tecnología y de los niveles de servicio. Sin embargo, la población es, en última instancia, la que decide sobre su uso o mantenimiento, situación que se refleja en los múltiples ejemplos de sistemas que no se usan.

Por otro lado, las fuentes financieras y los asesores internacionales ejercen un gran poder, introduciendo su propia concepción de los problemas y de las soluciones. De esta forma, las instituciones nacionales se encuentran, en general, en condiciones de poca autonomía, no permitiéndoseles apenas gestionar los problemas de forma diferente.

Una complicación adicional la constituye el hecho de que la gran mayoría de estos asesores permanecen sólo algunos años en los países en los que aplican sus soluciones. Como resultado, no llegan a enfrentarse a los fracasos de sus intervenciones, ni estos tienen consecuencias en el desarrollo de sus propias carreras profesionales. Además de esto, existen presiones políticas, limitaciones en recursos humanos, experiencia reducida en el cumplimiento de proyectos y falta de conocimientos sobre las condiciones locales, todo lo cual pone en tela de juicio las decisiones que se toman a nivel central (Vaa, 1990).

La nueva situación mundial, con una creciente tendencia a que los usuarios paguen por el servicio, implica que el papel del Gobierno también debe cambiar porque los usuarios van a exigir cada vez más participar en las decisiones sobre los sistemas que ellos mismos pagan.

Si la comunidad tiene que apropiarse de la tecnología y de sus sistemas, que en este momento es una de las tendencias más importantes a nivel internacional (IRC, 1995), es necesario evolucionar desde el concepto de transferir hacia el de compartir tecnologías, de manera que se posibilite su apropiación, poniendo un mayor énfasis en la investigación y creando espacios para el aprendizaje en equipo. Ya no se trata de introducir las soluciones desde "nuestra percepción" de los problemas, sino de empezar a trabajar, como lo señalaba Platón, en un proceso en el que si uno presenta las preguntas oportunas, las personas por si mismas descubren la verdad sobre cada tema.

Esto implica una orientación que tome en cuenta las ideas de Paulo Freire (1972 citado por García et al., 1996) sobre procesos de aprendizaje, los cuales no son procesos de enseñanza que asumen que los alumnos tienen cerebros vacíos, sino que promueven la estrategia de presentar problemas a los alumnos que los motive a buscar sus propias soluciones.

Procesos de Aprendizaje en el Ámbito Tecnológico

En este sentido, es clave buscar un Proceso de Aprendizaje que, en términos generales, siga los siguientes pasos:

  • experimentar,
  • procesar (pensar, discutir),
  • generalizar y
  • aplicar (García et al., 1996).

Este proceso implica un cambio importante, sobre todo para los ingenieros, quienes han sido educados en procesos sistemáticos, muy buenos para solucionar problemas claros y bien estructurados, pero que no son suficientes para afrontar procesos sistémicos donde los problemas y sus soluciones tienen múltiples interpretaciones (Checkland, 1989).

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