Mejoras en Yaundé. El Papel de las Infraestructuras y Servicios en el Desarrollo Urbano

De Construmatica


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Infraestructuras y Servicios. Enfoques

La cuestión infraestructural tiene un indiscutible impacto sobre el desarrollo económico de los países.

En el mundo industrializado la lógica de mercado es la que permite la introducción de las redes de infraestructura y servicios.

Su extensión y su carácter universal no se consiguen hasta el período comprendido entre el último cuarto del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, gracias a una intervención del Estado. Por el contrario, en los países menos avanzados, las estrategias para recuperar el retraso infraestructural han tenido poco en cuenta la demanda existente y las carencias de los gobiernos se han intentado suplir con un sector privado incapaz de garantizar un acceso universal.

En los años 50 y 60 las intervenciones de las organizaciones se plantean tres objetivos principales:

  • Fomentar la empresa privada.
  • Construir infraestructuras para favorecer el crecimiento del sector privado.
  • Movilizar recursos financieros para infraestructuras e inversiones productivas.

Así, lo que se busca es el despegue de la economía mediante inversión extranjera, invirtiendo en grandes equipamientos e infraestructuras, sobre todo de transporte y de producción eléctrica, en detrimento de los equipamientos sociales.

Una consecuencia de esta ideología es el Urban bias, cuyos teóricos afirman que las ciudades son los motores del desarrollo y que, por tanto, hay que concentrar en ellas las inversiones y el superávit agrícola, en detrimento de las poblaciones rurales.

En los 70 las organizaciones internacionales dan un giro en sus políticas, y se entra en una nueva era en la que se tienen más en cuenta las dimensiones sociales del desarrollo. Aparecen programas de redistribución de la riqueza y programas específicos destinados a los grupos de población más pobre. A finales de la década, al mismo tiempo que se toma de conciencia del "urban bias" y se impulsa un reequilibro regional, se diseñan los primeros proyectos específicamente urbanos, en los que el sector informal adquiere una gran relevancia.

En el sector urbano, los programas de ajuste estructural aparecidos en los 80 implican una fuerte disminución de los préstamos destinados a infraestructuras y servicios. Sin embargo, a pesar de esta disminución cuantitativa, la provisión de infraestructuras y servicios continúa viéndose como una buena herramienta para compensar las dificultades y los efectos negativos que los programas de ajuste estructural tienen sobre los más pobres (Menendez, 1991). Afortunadamente, a partir de los 80, las agencias prestan más atención a la demanda de los usuarios y tienen más determinación en el refuerzo de las capacidades de las instituciones y la población local.

Durante los años 90, y hasta la actualidad, las grandes cuestiones ligadas al desarrollo experimentan una profunda transformación. La gobernabilidad y el papel de las instituciones locales pasan a un primer plano, y se crea un marco para un desarrollo más sensible con el contexto político y cultural local.

Al mismo tiempo, existe una revalorización de beneficios "colaterales" de la ayuda por proyectos: creación de espacios para la innovación política, desarrollo de capacidades, apoyo a las valúas personales entre los grupos clave de decisión o beneficiarios. En otras palabras, el fortalecimiento de la sociedad civil.

Es en este contexto en el que el usuario se convierte en un actor principal de las intervenciones urbanas. Se pasa de planificar en base a la oferta a orientarse hacia la demanda, lo que implica una planificación de infraestructuras que responde a las necesidades del usuario.

Cuestiones Críticas a Tener en Cuenta

Guliani y Connors (2002) subrayan algunas cuestiones críticas que hay que tener en cuenta cuando se actúa en asentamientos informales:

Los estándares de las infraestructuras y los niveles de servicio

Las intervenciones deben buscar un equilibrio entre les estándares máximos, que podrían no beneficiar a las capas más pobres e impedir la extensión de los proyectos a otros barrios, y los estándares mínimos, que provocan un aumento de los costes de gestión y mantenimiento y disminuyen la durabilidad. Al mismo tiempo, deben dar servicio a los diferentes grupos de usuarios: mujeres, hombres, mayores, jóvenes, niños y niñas, discapacitados, etc.

El recubrimiento de costes

Existen pocas dudas sobre la importancia del pago por parte de los usuarios para financiar los proyectos y garantizar su gestión y mantenimiento. Sin embargo, los resultados a menudo son insatisfactorios y los niveles de cotización lejos de sus objetivos. Por tanto, se pone de relieve la importancia de mejorar los mecanismos para estimular la voluntad de pago, así como los dispositivos de colecta de las tasas. En consecuencia, durante la identificación, los estándares de las infraestructuras y los niveles de servicio deben también ser determinados de acuerdo a la predisposición para pagar por parte de los usuarios.

Los costes de operación y mantenimiento

El gran desafío de los proyectos de infraestructura y servicios es la durabilidad. Para ello, algunos elementos clave que deben tomarse en consideración son:

1. graduar las inversiones en función de la capacidad financiera de los usuarios para pagar la gestión y el mantenimiento,

2. apoyarse en el trabajo de las ONG y las asociaciones vecinales allí donde sea posible,

3. no cargar una excesiva responsabilidad a los vecinos, o dicho de otro modo, no delegar las responsabilidades de las autoridades municipales,

4. y enlazar la gestión y el mantenimiento a nivel del barrio a una provisión de servicios a una escala más grande.

Hoy en día estos criterios caracterizan la metodología de intervención seguida por la mayoría de gobiernos, agencias de desarrollo y ONG. Se puede afirmar que el Programa-Barrios de Yaundé 6 se enmarca en estas prácticas. A pesar de ello, el Programa presenta algunas particularidades como el hecho de que los promotores del mismo sean principalmente actores de la sociedad civil, que exista una colaboración activa de la universidad, o que las acciones tomen como punto de partida la ejecución de micro-estructuras.

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