Mejoras en Yaundé. Cambio de Escala: La Extensión de Experiencias Piloto

De Construmatica


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Cambio de Escala en las Acciones de Desarrollo

En las acciones de desarrollo, el concepto de cambio de escala, en inglés conocido como scaling-up, hace referencia a las iniciativas que se llevan a cabo para compartir entre comunidades buenas prácticas o experiencias positivas.

Suele criticarse que uno de los puntos débiles de los proyectos de desarrollo ejecutados por ONG y comunidades de base es que tienen un alcance reducido y se quedan en una escala muy pequeña. Para superar esta limitación varias agencias internacionales y ONG realizan programas con la finalidad de favorecer la difusión del conocimiento generado localmente.

En definitiva, el concepto de cambio de escala y el de compartir el conocimiento están íntimamente relacionados.

Formas de Cambio de Escala

Existen diferentes formas para posibilitar este cambio de escala.

De un modo genérico puede hablarse de un cambio de escala vertical y uno horizontal.

El vertical implica una transferencia del conocimiento generado localmente hacia instancias administrativas superiores, para que éstas, a su vez, lo vuelvan a aplicar en otros contextos locales. Un ejemplo típico sería el caso de realización de un proyecto piloto en un barrio para luego extender los resultados al conjunto de la ciudad.

Por su parte, el cambio de escala horizontal contempla el intercambio directo de conocimientos y experiencias entre comunidades de base, asociaciones, ONG, grupos vecinales, etc.

El Programa-Barrios de Yaundé 6 nace con la voluntad de extender a otros contextos las lecciones aprendidas gracias a las microrealizaciones, ya sea de un modo vertical u horizontal.

Esta vocación pedagógica no nace por casualidad, sino que se explica por la fuerte relación con el mundo universitario que ERA y ESF tienen desde sus inicios. Verticalmente, el cambio de escala buscado pretende difundir las prácticas propuestas entre los gestores urbanos. De hecho, las experiencias del Programa-Barrios suscitan un gran interés tanto entre las autoridades de Yaundé como entre los responsables de las agencias internacionales de desarrollo. Metodologías parecidas están ya siendo utilizadas en otros programas gubernamentales de mayor envergadura.

Por otra parte, en el caso del Programa-Barrios, el cambio de escala horizontal hace referencia al intercambio de información y experiencias entre los representantes del barrio de Melen IV, el primero en el que se actuó, y los cinco nuevos barrios con los que se continuó la experiencia. Del mismo modo, durante la ejecución actual del Programa los encuentros entre los miembros de los diferentes CAD son regulares, para poder compartir los logros y problemas encontrados. Estos intercambios permiten a los CAD tener conciencia de la marcha del Programa en sus barrios y analizar convenientemente posibles alternativas para mejorarlos.

Sin embargo, a pesar de esta búsqueda continua de cambio de escala, es importante reconocer que el Programa tiene todavía desafíos importantes que afrontar.

Primeramente, se pone de manifiesto la necesidad de integrar las infraestructuras surgidas de las microrealizaciones en las redes primarias y secundarias de la ciudad. Así por ejemplo, es importante asegurar la coherencia entre el tramado viario peatonal en el interior de un barrio con las redes viarias principales, así como la continuidad de los ejes más allá de los límites del barrio. La retrocesión de las infraestructuras a las entidades gestoras es otro de los grandes retos que hay que afrontar en el futuro. En este sentido, es importante clarificar quién garantizará la futura explotación y mantenimiento. Y en el caso de que estas entidades sean privadas, cómo podría ser la compañía de agua, en qué condiciones las inversiones realizadas repercutirán positivamente en el usuario.

Finalmente, otra cuestión que plantea interrogantes es el efecto real de las infraestructuras sobre la población, especialmente sobre la que vive bajo régimen de alquiler y tiene una renta baja. En efecto, el aumento de la calidad infraestructural del barrio podría desembocar, siguiendo la dinámica de la mayoría de ciudades del mundo, en un aumento de los precios del alquiler, excesivos para la población con menos recursos, provocando un mayor empobrecimiento o su partida forzosa del barrio. Por otro lado, también parece evidente que los habitantes de alquiler no deberían estar igualmente interesados en participar en el proyecto de los propietarios.

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