Introducción: Mapeo de Puntos de Agua en Tanzania

De Construmatica


Logo isf 1.gif Nota: Este artículo ha sido creado gracias a la Ingenieros Sin Fronteras en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido está disponible en el sitio web de Ingeniería Sin Fronteras
¡Atención! Esté artículo está sujeto a Derecho de Autor.


Introducción

El séptimo objetivo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se enfoca a la sostenibilidad medioambiental, y en concreto hacia el abastecimiento de agua potable.

Una de sus metas –la Meta 10– es reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carecen de acceso sostenible a agua potable y saneamiento mejorado.

Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró la década 2005-2015 como el Decenio Internacional para la Acción: Agua para la Vida (2004), y expone que debe darse un mayor enfoque hacia los aspectos relacionados con el agua en todos los niveles, y a la implementación de programas orientados al abastecimiento de agua, para alcanzar los objetivos internacionales relacionados con la misma.

Simultáneamente, los donantes están haciendo esfuerzos para mejorar la eficacia de la ayuda, según lo demuestra la Declaración de Roma para la Armonización de la Ayuda, de febrero del 2003, y la Declaración de París para la Eficacia de la Ayuda, de marzo del 2005.

La Unión Europea ha adoptado su propio compromiso a través del Consenso Europeo para el Desarrollo (2006). La mejora de la efectividad de la ayuda se basa en los principios de apropiación, alineamiento y armonización. En la práctica, al menos el 85% de la ayuda fluirá por medio de los presupuestos nacionales y usará sistemas públicos de gestión financiera (Declaración de París), lo que significará que una gran proporción de ésta será canalizada a través de los presupuestos generales o sectoriales, y que los de los ministerios aumentarán considerablemente. Se espera que los fondos para el sector del agua, administrado a través de los gobiernos nacionales que reciben la ayuda, se incrementen.

De acuerdo con nuestras estimaciones, este incremento podría representar alrededor del 70% de los fondos totales para los sectores agua y saneamiento de los países receptores, lo que significaría unos 20.000 millones de dólares anuales; por lo tanto, la capacidad de monitoreo de los gobiernos nacionales es crucial para la lucha contra las deficiencias de agua y el aumento al acceso a este servicio.

Diversas investigaciones indican que hasta ahora, el apoyo a los presupuestos no ha significado una mejora de la prestación de cuentas a nivel nacional (De Rienzo, 2006): la última revisión del informe sobre el Apoyo a los Presupuestos Nacionales (GBS, por sus siglas en inglés) para Tanzania (1995-2005) expone que "el impacto sobre la pobreza permanece incierto para la última mitad de decenio –el periodo más relevante–, ya que no ha habido ningún censo a nivel domiciliar desde el 2001" (Lawson y Rakner, 2005).

Usualmente, el apoyo a los presupuestos sectoriales para el agua y la salud están basados en informes anuales elaborados por los donantes, gobiernos y otros actores (como el sector privado y la sociedad civil), y es evaluado sobre sus resultados.

El principal problema es la falta de indicadores objetivos y fiables para llevar a cabo esta evaluación. Por otro lado, debería evitarse un intervalo tan largo entre el desembolso de los fondos y la evaluación de los resultados, ya que esta situación incita a la corrupción y compromete las decisiones políticas sobre aspectos relacionados a la reducción de la pobreza.

Es importante dar un seguimiento anual basado en los resultados dentro del sector del agua, ya que de esta manera se construirán rutinas de recolección de datos específicos del sector, tal y como lo implementan otros sectores sociales básicos como el de la salud. Por lo tanto, a corto plazo la información debe ser asequible a nivel local y a un coste razonable, aunque algunos aspectos deban simplificarse. La integración de las rutinas de recolección de datos desde los niveles apropiados más bajos, debería mejorar simultáneamente la transparencia y la rendición de cuentas a todos los niveles, y al mismo tiempo aumentar la sensibilidad hacia la importancia de sistematizar la recolección de datos a nivel nacional.

Además, la inequidad en la cobertura del servicio de agua sigue siendo un problema determinante, ya que la mayoría de los fondos para el sector no se distribuyen de acuerdo a las diferencias internas (Taylor, 2008); por lo que el seguimiento de las actividades de los gobiernos hacia ese sector se vuelve un aspecto fundamental, que requiere de un análisis detallado de la distribución de la ayuda en relación a las diferencias de cobertura.

Debería evitarse un intervalo tan largo entre el desembolso de los fondos y la evaluación de los resultados, ya que esta situación incita a la corrupción y compromete las decisiones políticas sobre aspectos relacionados a la reducción de la pobreza.

A nivel internacional, la tarea más importante de monitoreo del sector agua es llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) a través del Programa Conjunto de Monitoreo para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento (JMP, por sus siglas en inglés), orientado a contribuir plenamente con los ODM.

El indicador utilizado por la Meta 10 es el número de personas con acceso a mejorar sus fuentes de abastecimiento de agua (WHO/UNICEF, 2000, 2005, 2008) (tabla 1). No obstante, los indicadores de cobertura basados en criterios tecnológicos no aportan información suficiente acerca de la calidad del agua abastecida o sobre el uso de las mismas (WHO/UNICEF, 2000). Además, no aporta información acerca de la sostenibilidad del servicio.

Tabla 1. Fuentes de Agua Mejoradas y No Mejoradas

Fuente: WHO/UNICEF, 2005.

Abastecimiento de Agua . . . .
Mejoradas No Mejoradas
Conexiones domiciliares en el interior de la casa, patio o parcela Pozo no protegido
Fuentes o puntos de agua públicos. Manatial no protegido
Perforación con bomba. Venta ambulante de agua
Pozo protegido. Agua embotellada
Manatial protegido Venta de agua a travésde tanques
Agua de lluvia Río, arroyo, laguna o lago.

Existen muchas formas de interpretar el término acceso.

En las zonas rurales de Tanzania, por ejemplo, se entiende que el nivel básico de servicio para el abastecimiento de agua domiciliar en las zonas rurales debe ser un punto de agua protegido, que provea durante todo el año la cantidad de 25 litros de agua potable por persona al día, a una distancia de menos de 400 m de la familia más alejada y sirviendo a 250 personas en cada punto (Gobierno de Tanzania, 2002).

Aún así, en Mozambique estos puntos de agua deben servir al menos a 500 personas en un radio menor a 500 m (Gobierno de Mozambique, 1995); lo que demuestra cómo los indicadores no sólo deben ser cuidadosamente definidos, sino también estandarizados y aplicados internacionalmente.

El uso de indicadores equivalentes en las diferentes naciones ahorraría confusiones y facilitaría la comparación de las actuaciones, uniformaría los sistemas de recolección de información de cada sector, y evitaría una mala interpretación de las definiciones.

Durante más de una década, una gran variedad de actividades de Mapeo de Puntos de Agua (WPM, por sus siglas en inglés) han sido llevadas a cabo; sus alcances y objetivos han sido muy diversos (WaterAID y ODI, 2005). En la mayoría de los casos, estas actividades proporcionan información local detallada y fiable para los programas internacionales y los gobiernos locales en la planificación de inversiones; esto es sumamente importante en países en proceso de descentralización, ya que esto conlleva una transferencia de responsabilidades de planificación y distribución de los recursos locales.

Además, el problema de la ineficacia en los programas internacionales proviene, a menudo, de la falta de coordinación con otras iniciativas en la misma zona de trabajo (Birdsall, 2004). De hecho, los ODM tienden a enfocarse en aquellos sin acceso, pero no se conseguirán las metas solamente alcanzando un balance regional de las inversiones, sino poniéndose como objetivo llegar a las zonas donde los servicios se encuentran bajo los requerimientos mínimos. Tal y como demuestra Stoupy et al. (2003), dado suficiente capital, inversiones mal dirigidas debido a una información poco fiable a nivel local pueden hacer la diferencia entre alcanzar o no los ODM.

WPM

El WPM (Mapeo de puntos de agua) puede ser definido como un ejercicio a través del cual se recolecta información (técnica, demográfica y de gestión) sobre todos los puntos de agua mejorados de una zona, junto con su posición geográfica. Esta información se obtiene mediante un GPS y un cuestionario de cada punto de agua. Los datos son introducidos en un sistema de información geográfica, y seguidamente vinculados con la información demográfica, administrativa y física disponible. La información se muestra a través de mapas digitales (WaterAID y ODI, 2005).

La función principal del WPM es demostrar de una forma simple y objetiva cómo están distribuidos los puntos de agua en el territorio, lo que sirve como una valiosa herramienta de análisis y planificación para mejorar la eficacia y la responsabilidad a la hora de rendir cuentas en los gobiernos descentralizados.

Además, ayuda a definir indicadores fiables de acceso, elaborados desde el nivel geográfico más bajo con los datos disponibles (Jiménez y Pérez-Foguet, 2008). Los siguientes puntos muestran los resultados del WPM llevado a cabo en el distrito rural de Same, Tanzania, durante el segundo semestre del 2006, y su aplicación en la planificación del gobierno local. En este caso de estudio, la campaña de Mapeo Base de Puntos de Agua, tal y como ha sido definida, ha sido complementada con un análisis de calidad del agua.

En este distrito rural se utilizaron kits de agua portátiles para analizar todos los sistemas de agua en funcionamiento, así como uno o dos puntos de las redes, dependiendo de su tamaño.

Todos los puntos de agua individuales en funcionamiento fueron analizados.

Los parámetros medidos fueron: pH, turbidez, cloro, conductividad eléctrica y concentración de coliformes fecales. Fueron mapeados un total de 723 puntos de agua y realizados 138 análisis de calidad de agua.

La campaña duró 29 días, sobre un área de 5.186 km2, en la que habitan unas 185.169 personas en el ámbito rural.

Artículos Relacionados