Estándares Abiertos e Interoperabilidad

De Construmatica


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Para entender la importancia del uso de estándares abiertos, es primordial comprender el concepto de interoperabilidad.

La interoperabilidad es la capacidad de poder emplear conjuntamente aplicaciones y datos diversos de forma que éstos se entiendan entre sí y no existan dificultades derivadas del empleo de distintos formatos o estructuras.

Por ejemplo, cuando consultamos una página web utilizamos un cliente (nuestro navegador web) y un servidor (aquel instalado en la máquina donde se almacena la página consultada, y que nos proporciona el servicio de enviarla hasta nuestro ordenador), y hacemos uso de unos datos (los que constituyen la página en sí).

El proceso es posible gracias a que cliente y servidor se comunican en una lengua común, y a que los datos que el cliente recibe también se expresan según una forma estandarizada que permite que dicho cliente pueda interpretarlos y mostrarnos el resultado en pantalla.

Si en lugar de trabajar con una página web, con su contenido de texto y gráficos, lo hacemos con datos geográficos, debemos también aspirar a disponer de una lengua común que permita realizar operaciones relacionadas con esos geodatos.

Los servicios proporcionados por una IDE (que pueden ir desde servir directamente unos datos a servir cartografía ya elaborada a partir de éstos, o incluso servir procesos de análisis geoespacial) pueden ser consultados desde un cliente tal como un SIG de escritorio o una aplicación SIG web. Si la comunicación que se produce entre los elementos implicados en el proceso se realiza sobre la base de estándares abiertos, se garantiza un acceso óptimo a los datos, con las ventajas que todo ello conlleva.

El término estándares hace referencia a su surgimiento a partir de acuerdos consensuados por las partes implicadas. Por su lado, el término abierto índica que esos estándares están descritos de forma pública y son accesibles a todos.

Es decir, que cualquiera puede aprender esa lengua común y crear un cliente o un servidor que la utilice; los que, por la propia definición de ese estándar, serían compatibles e interoperables con otros clientes o servidores que también hagan uso de ésta.

Existe una relación muy directa entre los estándares abiertos y el software libre. En general, y particularmente en el campo de los SIG, las aplicaciones libres han implementado en mayor grado los estándares a medida que éstos se han definido, haciendo énfasis en la necesidad de utilizar dichos estándares y respetarlos a la hora de crear datos y aplicaciones que trabajen en esos datos. Por su parte, y aunque también implementan en muchos casos los principales estándares, los fabricantes de software privativo han utilizado formas no estandarizadas y cerradas como estrategia comercial, persiguiendo objetivos contrarios a los que se buscan con el uso de estándares abiertos.

Así, algunos fabricantes han definido sus propios formatos, cuyas especificaciones no son públicas, de tal modo que otras aplicaciones no pueden hacer uso de ellos. Si un servicio se ofrece empleando esos formatos cerrados, solo podrán acceder a él aquellos clientes que conozcan la especificación, es decir aquellos del mismo fabricante o de otros fabricantes que hayan podido tener acceso a la especificación por medio de algún acuerdo comercial.

Igualmente, si el fabricante modifica el formato y éste no es compatible con una versión anterior, la utilización de una nueva versión de un servidor implicará también la necesidad de actualizar los clientes.

Este tipo de situaciones tienen un lógico interés para estas compañías, pero suponen una restricción importante en el uso eficaz de los datos y la libertad de los usuarios; por tanto, están alejados de la situación idónea que se ha de favorecer en países en desarrollo. Por el contrario, los estándares abiertos continúan la idea de libertad implícita en el modelo de software libre, y son el complemento ideal para que el binomio datos-herramientas sea lo más productivo y beneficioso posible.

La organización principal en lo que a la creación de estándares para información geográfica se refiere es el Open Geospatial Consortium (OGC), una organización formada por más de 360 grupos, que incluyen desde empresas privadas a centros de investigación, y cuyo fin es específicamente el desarrollo y promoción de dichos estándares.

Más información sobre OGC y sobre los principales estándares desarrollados por esta organización puede encontrarse en su página web: http://www.opengeospatial.org

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