El Papel de la Mujer en el Mundo Rural Saheliano. Proyecto Naaj

De Construmatica


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Tareas de la Mujer Saheliana

La mujer en mundo rural saheliano dedica la mayor parte de su tiempo a unas durísimas tareas que tradicionalmente le han sido asignadas:

  • procurar agua y leña,
  • obtención y preparación de alimentos,
  • atención al ganado,
  • limpieza de las viviendas y entornos,
  • cuidado y educación de los menores,
  • asistencia y apoyo a los ancianos.

Estos trabajos ocupan a la mujer durante toda la jornada sin posibilidad de destinar tiempo alguno a actividades que mejoren su nivel formativo. Se inician desde muy temprana edad, por lo que madre e hijas pasan a engrosar las mayores tasas de analfabetismo del mundo.

Y entre las faenas que más tiempo ocupan a la mujer, se encuentra la molienda del cereal.

La imagen típica de la mujer africana descargando el mazo en el pilón representa una actividad diaria de unas dos horas que requiere un enorme esfuerzo y que con los años es causa de problemas de salud: (agotamiento físico, problemas en la columna, etc.).

En informes de la FAO, se indican las dificultades de la molienda:

Esta actividad es ineludible para la mujer, dado que el mijo (y también el sorgo, variedad de aquél), cereal por excelencia en el mundo rural saheliano, requiere siempre de una molienda previa a la cocción (y unas seis horas antes de la molienda se humedece para que adquiera un grado de humedad óptimo).

Punto de Partida del Proyecto Naaj

El proyecto Naaj partió de una reflexión muy evidente:

Si a las mujeres se les liberara de una parte de estas faenas contarían con tiempo para alfabetizarse o formarse en actividades productivas que le permitiera obtener rentas complementarias. También contribuiría a la alfabetización de las niñas, que se implican en estas tareas desde muy jóvenes.

De manera genérica puede decirse que cualquier intervención que sustraiga a las mujeres de sus tareas más duras permitiría incrementar considerablemente su contribución a la mejora de la calidad de vida de la población rural. Estas intervenciones, sobre las que numerosos agentes de desarrollo han participado, pueden ser de diverso tipo: creación de pozos y distribución del agua, desarrollo de medios de transporte ligeros y de tracción animal para la recogida leña o de productos agrícolas y, en nuestro caso, la molienda.

Todas estas innovaciones representan, sin duda alguna, grandes ventajas para la mujer que dispondrá de más tiempo para actividades formativas, verá reducida su fatiga, mejorando su salud.

Las diferentes agrupaciones de mujeres sahelianas entrevistadas durante los estudios previos, manifestaron que el tiempo que se ganara a partir de innovaciones técnicas podrían destinarlo a proyectos colectivos directamente relacionados con asuntos alimentarios o formativos, lo que a su vez les permitiría acceder a rentas extras y, por tanto, un mayor acceso al mercado alimentario y a actividades que mejoraran su nivel de vida.

No hay que olvidar que las diferentes experiencias en África han demostrado que la mejora de la calidad de vida en las zonas rurales y, en definitiva, la mejora de la seguridad alimentaria y de la nutrición de la familia dependen del acceso que las mujeres tengan a rentas, al decidir éstas la administración de los gastos familiares, priorizando la comida. (Véase el informe de la FAO Women in Agricultural Development, Gender Issues in Rural Food Security in Developing Countries ).

Las rentas de las mujeres procedentes de empleos colectivos agrícolas o ganaderos y de otras actividades remuneradas tienen una importancia fundamental para los hogares rurales.

El poder de compra de las mujeres les permite no sólo aprovisionarse de víveres y otros productos básicos para ellas y su familia, sino pagar los inputs utilizados en la producción alimentaria, ya que al ser la agricultura de subsistencia una agricultura de autoconsumo, los inputs deberán provenir de las ganancias obtenidas en otras actividades ya sea agrícolas o no agrícolas.

Por todo esto, para mejorar la producción alimentaria de la familia, hará falta establecer como prioridad el incremento de la participación de la mujer en la producción comercial así como en general otras actividades generadoras de rentas. De ahí que liberarlas de la molienda tradicional era un requisito fundamental para facilitar los nuevos horizontes demandados por las mujeres sahelianas.

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