Desarrollo Energético Rural. Desafíos del Sector de la Energía

De Construmatica


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Los servicios energéticos modernos ayudan a impulsar el crecimiento económico a través de la mejora en la productividad y de la generación de ingresos.

En las zonas rurales, estos se pueden obtener gracias a un desarrollo agrícola mejorado y a la creación de puestos de trabajo no agrícolas (industrias auxiliares, normalmente agroalimentarias).

Acelerar la introducción de servicios energéticos es pues una estrategia clave para promover el desarrollo en las áreas rurales de los países en desarrollo.

En el sector productivo ello implica:

  • Combustibles líquidos y electricidad para mecanizar la agricultura.
  • Electricidad a un precio suficientemente bajo para atraer la actividad industrial a las zonas rurales (generando puestos de trabajo y ayudando a frenar la migración hacia las zonas urbanas).

La generación de electricidad mediante sistemas mini-hidráulicos permite, normalmente, producir un excedente que puede utilizarse de forma muy flexible en todo tipo de procesos productivos: pequeñas industrias artesanales, granjas, comercios y servicios (incluyendo, por ejemplo, los turísticos).

El uso de la energía hidráulica como fuente de energía mecánica, conocida desde antiguo, no debe desestimarse; las tecnologías mejoradas en este ámbito permiten mejorar su grado de aprovechamiento en los sectores productivos rurales.

Salvo algunas excepciones, las tecnologías eólicas y fotovoltaicas, debido a la baja potencia instalada, no suelen utilizarse para usos productivos, aunque sí pueden tener aplicación en el sector servicios (pequeños comercios o servicios de restauración) y, por supuesto, para el bombeo de agua (aplicable al riego con el consiguiente aumento de la productividad de las explotaciones agrícolas). Recientemente se está investigando en el uso de estos sistemas para actividades agroindustriales como la molienda de grano.

La prolongación de la jornada, mediante electrificación doméstica, también permite la realización de pequeñas actividades artesanales con las que incrementar los ingresos familiares.

Las tecnologías de la biomasa y la [[energía Solar| térmica permiten obtener calor suficiente para abastecer las necesidades de pequeñas industrias en el sector agroalimentario (secado o curado de alimentos). Estos procesos amplían las posibilidades de comercialización de productos perecederos.

En el ámbito de la biomasa, el aprovechamiento energético de los residuos que genera la propia industria agroalimentaria, permite cerrar el ciclo energético y hacer que sea prácticamente autoalimentado.

Por otro lado, el ahorro de combustibles tradicionales mediante el uso de tecnologías más eficientes en el ámbito doméstico ofrece la posibilidad de utilizar tanto el combustible ahorrado, como el tiempo o el dinero que se gastaba en obtenerlo, para usos productivos y generación de ingresos.

World Energy Assessment (PNUD, 2000):

La prestación de servicios energéticos en las zonas rurales plantea dificultades específicas. Pero también ofrece una excelente oportunidad de mejorar las vidas de miles de millones de personas en un período relativamente corto. Los enfoques prometedores incluyen soluciones descentralizadas, tecnologías apropiadas, convenios de crédito innovadores y la participación local en la toma de decisiones.

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