Despiece y Distribución de la Vivienda

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Nota: Este artículo ha sido creado gracias al Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (ITeC) en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido pertenece a la publicación "La vivienda contemporánea". Ver todos los artículos de "La vivienda contemporánea" en la Construpedia.

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Edificio de viviendas De Kaai, Amberes. Bélgica (Arqs. Neutelings y Koonig, 1990-92)
Edificio de viviendas en barrio del Raval, Barcelona (Arq. J.Llinás 1992-95)
Planta tipo en Berlín-Hohenschonhausen, Alemania (H. Kolhoff, H. Timmermann)
Planta tipo edif Berlín-Charlottenburg. Alemania (Kolhoff, Timmermann y Essig, 1983-87)

Casi siempre las viviendas se dividen en espacios que se ajustan a piezas universalmente tipificadas.

Despiece de la vivienda

El despiece de la vivienda permite:

a) El aislamiento de actividades molestas o incompatibles con otras desarrolladas en la misma vivienda.

b) Facilita la independencia necesaria entre sus diversos ocupantes para que puedan disponer de un territorio propio que proteja su vida íntima, de manera que puedan estar, respecto a los demás, «juntos pero separados".

La vivienda desarrollada en un único espacio abierto y continuo, con la exclusión del equipo higiénico más íntimo, sólo parece adecuada para personas que viven solas o en pareja.

Normalmente, cuando se concibe una vivienda, la distribución de las piezas se basa en una previa división de la vivienda en zonas de características. La distribución más ampliamente difundida es la que divide la vivienda en una zona de día, que contiene básicamente la cocina y la sala de estar, y una zona de noche, que contiene básicamente los dormitorios. Otra distribución muy aceptada es la división de la vivienda en zonas servidas, constituidas básicamente por la sala de estar y por los dormitorios, y zonas de servicio, constituidas básicamente por la cocina, los aseos y el lavadero.

Pero hoy día la validez de estas distribuciones está en discusión. Como se expondrá más adelante, actualmente las piezas denominadas tradicionalmente como dormitorios son, de hecho, habitaciones de uso privado en las que se no son únicamente el espacio destinado a la preparación de la comida. Son también un espacio activo para la vida comunitaria.

Los baños son también un lugar para el relax y el ejercicio. En definitiva, cada vez son menos claras las diferencias entre los espacios servidos y los servidores.

La vivienda, además, es en la mayoría de los casos demasiado pequeña como para que se pueda organizar a partir de un criterio estricto de zonas. En todo caso es quizás más apropiada la sustitución de los conceptos díanoche, servido-servidor por otros como los de común-privado, padres-hijos o, incluso, equipados-desequipados.

División en niveles

Las viviendas, muchas veces, se dividen en dos o más niveles que pueden coincidir con la división en zonas. Es una solución que permite independizar diversas partes de la vivienda pero que tiene como inconvenientes más importantes:

a) la necesidad de incluir una escalera en el interior de la vivienda, con el consiguiente consumo de mayor espacio y encarecimiento de la construcción,

b) la pérdida de flexibilidad por culpa del fraccionamiento del espacio,

c) la molestia de tener que subir y bajar escaleras y

d) la aparición de barreras arquitectónicas para ciertos discapacitados.

Es una solución, en general muy lógica, en viviendas individuales con acceso directo desde un espacio público, en las que la independencia respecto a otras viviendas es una cualidad prioritaria frente otras consideraciones. En cambio, y a pesar de ser una solución discutible en edificios colectivos de vivienda, es muy valorada por parte de muchos arquitectos porque, debido al tipo de acceso que requieren las viviendas, hace posible un amplio juego arquitectónico en los espacios comunitarios del edificio. Y también es con frecuencia valorada por la gente porque sugiere la imagen de la casa individual, la casa que querrían pero que no pueden tener.

Espacios de distribución y comunes

La relación entre las diversas piezas de la vivienda se suele realizar a través de espacios específicos de comunicación, tales como pasillos y distribuidores, pero también se realiza a través de otros espacios de uso común o compartidos.

Doble circulación

Una cualidad positiva para las viviendas es que la comunicación entre las diversas piezas pueda ser doble, es decir, que para ir de una a otra pieza se puedan recorrer dos caminos diferentes.

La doble circulación hace más confortable la vivienda porque permite

  • la reducción de ciertos recorridos,
  • que se evite el paso por lugares no deseados por el uso que tienen en un determinado momento
  • que las habitaciones tengan mayor flexibilidad de uso ya que no se hipoteca su acceso por un solo recorrido.

Aunque la vivienda deba dividirse en piezas, el despiece no debe estar realizado necesariamente cuando la vivienda se entrega a sus ocupantes sino que lo pueden realizar ellos mismos en un acto posterior a su recepción pero anterior a su ocupación, de una manera semejante a cómo se compartimentan actualmente los locales de oficinas.

No obstante esta fórmula de acceso a la vivienda es, posiblemente, de interés minoritario, pues la mayoría de la gente, por comodidad y por carecer de unos requerimientos especiales, prefiere que se le entregue la vivienda totalmente despiezada y acabada. A pesar de ello, con toda seguridad, siempre será necesario realizar algunos retoques para ajustar completamente la vivienda a sus gustos. La preferencia por una vivienda acabada también puede defenderse por el hecho de que una determinada realización siempre es más económica y menos molesta cuando se ejecuta formando parte de una obra mayor que cuando se ejecuta individualmente.

Pero para algunos puede ser una fórmula de gran interés, tanto por la posibilidad de proporcionar una formalización más personal y, posiblemente, de mayor calidad a la vivienda como por razones económicas. El encarecimiento de una ejecución individual se puede compensar mediante una realización por etapas ajustada a la aparición real de nuevas necesidades y a la disponibilidad económica. Por otra parte, tampoco hay que despreciar las posibilidades que ofrece hoy día el bricolaje. Por lo menos, hay que suprimir los obstáculos que algunas disposiciones normativas presentan a la promoción de este tipo de vivienda sobre la que existe un interés creciente manifestado especialmente en la popularización de las viviendas loft.

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