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[[Categoría: La Coordinación Dimensional. Conclusiones: Un Libro de Estilo]]
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'''La coordinación dimensional''' es una disciplina instrumental que generalmente
permanece oculta y que, por lo tanto, no goza del aplauso del sector. Para que
aumente su implantación, es necesario que todos y cada uno de los agentes
que intervienen en el proceso de edificación sean conscientes de las ventajas
que les reporta y del esfuerzo que supone.


'''Cuando se proyecta un edificio''', los arquitectos lo conciben fundamentalmente como un artificio ya acabado y en funcionamiento, sin dedicar probablemente todo el esfuerzo requerido para imaginar y prever el vasto conjunto de tareas intermedias necesarias para alcanzar el resultado final. Podemos afirmar que '''se proyecta más de cara al usuario que pensando en el constructor''', quizá porque la arquitectura, a diferencia del diseño de los objetos comunes de consumo cotidiano, es una actividad que se proyecta a muy largo plazo.
==Antes de la obra==


'''El proyecto''' es un documento cuya realización es laboriosa, especialmente al
inicio y al final de su redacción. Al inicio, avanzarse en la toma de decisiones es
lento y dudoso; al final, los cambios, modificaciones y actualizaciones son interminables,
la cantidad de información manipulada muy elevada y los riesgos de
errores inadvertidos aumentan.


Es casi seguro que, por esta razón,''' la arquitectura nunca se ha proyectado apuntando a optimizar el factor tiempo'''. De hecho, este factor no ha sido muy relevante a lo largo de la historia de la construcción y hasta ahora nunca había figurado entre las principales prioridades de la arquitectura.
La coordinación dimensional, al favorecer la aplicación de un método riguroso
de trabajo, agiliza especialmente el avance en las primeras fases. Por otro lado,
al ofrecer una base geométrica de referencia sólida,''' independiente de los elementos constructivos implicados''', permite ejecutar mucho más rápidamente todos los cambios sin perder el orden geométrico de conjunto del proyecto: se trata de una ventaja que, en las fases finales, se agradece.


==Durante la obra==


En estos momentos, sin embargo, el tiempo es, sin duda, uno de los elementos prioritarios de cualquier proceso de producción. El usuario, llámese cliente o consumidor, desea gozar inmediatamente del bien inmobiliario. '''Así, el tiempo ha pasado a ser un recurso más en la determinación de la productividad de un proceso''' y se ha convertido, cada vez en más obras, en uno de los factores más determinantes en el precio de su construcción.
'''Durante la obra los cambios son numerosos''': unos para mejorar, otros debidos a
nuevas dificultades surgidas, muchos originados por imprevisiones, algunos por
voluntad del usuario, etc. Todo ello, obviamente, afecta al proyecto, que, como
documento, debe ser remendado y hay que efectuar en él refundidos, modificaciones
y, si es menester, ''as build'', para que la dirección de obra sea capaz de mantener
la visión de conjunto que otorga la capacidad de gobierno necesaria para
tomar decisiones idóneas. Una buena coordinación dimensional de base permite
'''actualizar más rápidamente el proyecto''' y evaluar enseguida el impacto de los
cambios ordenados o propuestos por cualquiera de los agentes involucrados.


==Después de la obra==


Esta circunstancia exige que el proyecto de arquitectura propicie procesos constructivos más ágiles, que no generen tiempos muertos y actividades accesorias, como preparaciones lentas, repasos trabajosos, despieces complejos, etc., ni imprevistos o retrasos.
Cuando el edificio ya está acabado y plenamente ocupado por sus usuarios, la
coordinación dimensional '''es un esfuerzo invertido que pasa totalmente desapercibido'''.
Es normal, pues, que los usuarios no la valoren excesivamente. En
general, los primeros que la echan en falta o que, por el contrario, detectan
inmediatamente su presencia, son los profesionales de la obra interior que trabajarán
con posterioridad en el edificio para adaptarlo sucesivamente a los gustos
y necesidades, siempre cambiantes, del usuario final.


La experiencia demuestra que '''los edificios bien coordinados dimensionalmente permiten un uso mucho más flexible''', porque las modificaciones cotidianas más básicas pueden ser ejecutadas con mayor facilidad (desplazar [[abertura]]s, eliminar o añadir divisiones interiores, etc.).


Asimismo, en un futuro cercano, '''el proyecto arquitectónico se perfila como un simulador del propio proceso de ejecución''', dirigido a elegir siempre la opción más equilibrada de costes y beneficios. También es cierto que cada vez son más numerosas las obras donde se exige una reducción del tiempo sin discutir de entrada ni la calidad ni el precio. El tradicional acto de "colocar" un producto en la obra debería ser cada vez más simple y rápido, y ello solo será posible si el proceso se ha simulado previamente en la fase de proyecto.
Igualmente, las reparaciones y el mantenimiento son actividades más económicas
cuando existe una buena coordinación dimensional, puesto que las tareas
de [[deconstrucción]] y sustitución son más rápidas y simples.


[[Archivo:Coordimtiempo.png|center|frame|La construcción con elementos prefabricados y coordinados dimensionalmente puede permitir una reducción significativa del tiempo de ejecución; pero para lograrlo, es necesario que el proyecto utilice adecuadamente estos nuevos productos, aprovechando al máximo sus potencialidades.]]
==Una inversión==
 
Todas estas características perfilan la coordinación dimensional''' no como un ahorro,''' '''sino como una inversión''' que, con el tiempo, va devolviendo réditos. Por ello, para los promotores actuales, inmersos en el mundo de la venta inmediata (construir para vender), no supone todavía un atractivo suficiente. En cambio, los promotores de inmuebles, para uso propio o alquiler, comienzan a apreciar y a exigir la coordinación dimensional en los proyectos.


==Artículos Relacionados==
==Artículos Relacionados==


 
* [[La Coordinación Dimensional: Libro de Estilo]]
* [[La Coordinación Dimensional en el Proyecto: Calidad]]
* [[La Coordinación Dimensional en el Proyecto: Coste]]

Revisión actual del 20:56 23 feb 2010

Cordinacion 80.gif Nota: Este artículo ha sido creado gracias al Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (ITeC) en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido pertenece a la publicación "Proyectar la Arquitectura desde la Coordinación Dimensional". Ver todos los artículos de "Proyectar la Arquitectura desde la Coordinación Dimensional" en la Construpedia.

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La coordinación dimensional es una disciplina instrumental que generalmente permanece oculta y que, por lo tanto, no goza del aplauso del sector. Para que aumente su implantación, es necesario que todos y cada uno de los agentes que intervienen en el proceso de edificación sean conscientes de las ventajas que les reporta y del esfuerzo que supone.

Antes de la obra

El proyecto es un documento cuya realización es laboriosa, especialmente al inicio y al final de su redacción. Al inicio, avanzarse en la toma de decisiones es lento y dudoso; al final, los cambios, modificaciones y actualizaciones son interminables, la cantidad de información manipulada muy elevada y los riesgos de errores inadvertidos aumentan.

La coordinación dimensional, al favorecer la aplicación de un método riguroso de trabajo, agiliza especialmente el avance en las primeras fases. Por otro lado, al ofrecer una base geométrica de referencia sólida, independiente de los elementos constructivos implicados, permite ejecutar mucho más rápidamente todos los cambios sin perder el orden geométrico de conjunto del proyecto: se trata de una ventaja que, en las fases finales, se agradece.

Durante la obra

Durante la obra los cambios son numerosos: unos para mejorar, otros debidos a nuevas dificultades surgidas, muchos originados por imprevisiones, algunos por voluntad del usuario, etc. Todo ello, obviamente, afecta al proyecto, que, como documento, debe ser remendado y hay que efectuar en él refundidos, modificaciones y, si es menester, as build, para que la dirección de obra sea capaz de mantener la visión de conjunto que otorga la capacidad de gobierno necesaria para tomar decisiones idóneas. Una buena coordinación dimensional de base permite actualizar más rápidamente el proyecto y evaluar enseguida el impacto de los cambios ordenados o propuestos por cualquiera de los agentes involucrados.

Después de la obra

Cuando el edificio ya está acabado y plenamente ocupado por sus usuarios, la coordinación dimensional es un esfuerzo invertido que pasa totalmente desapercibido. Es normal, pues, que los usuarios no la valoren excesivamente. En general, los primeros que la echan en falta o que, por el contrario, detectan inmediatamente su presencia, son los profesionales de la obra interior que trabajarán con posterioridad en el edificio para adaptarlo sucesivamente a los gustos y necesidades, siempre cambiantes, del usuario final.

La experiencia demuestra que los edificios bien coordinados dimensionalmente permiten un uso mucho más flexible, porque las modificaciones cotidianas más básicas pueden ser ejecutadas con mayor facilidad (desplazar aberturas, eliminar o añadir divisiones interiores, etc.).

Igualmente, las reparaciones y el mantenimiento son actividades más económicas cuando existe una buena coordinación dimensional, puesto que las tareas de deconstrucción y sustitución son más rápidas y simples.

Una inversión

Todas estas características perfilan la coordinación dimensional no como un ahorro, sino como una inversión que, con el tiempo, va devolviendo réditos. Por ello, para los promotores actuales, inmersos en el mundo de la venta inmediata (construir para vender), no supone todavía un atractivo suficiente. En cambio, los promotores de inmuebles, para uso propio o alquiler, comienzan a apreciar y a exigir la coordinación dimensional en los proyectos.

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