Riesgo de Altura y Utilización de EPI en Construcción y Conservación

De Construmatica

Revisión del 12:10 23 feb 2009 de imported>Monylit
(difs.) ← Revisión anterior | Revisión actual (difs.) | Revisión siguiente → (difs.)
Logo ASEPAL.gif Nota: Este artículo ha sido creado gracias a ASEPAL en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido está disponible en el sitio web de ASEPAL.

¡Atención! Esté artículo está sujeto a Derecho de Autor.


Protección colectiva e individual

Como en cualquier actividad profesional, y de acuerdo con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y su desarrollo reglamentario, debe prevalecer la protección colectiva sobre la individual. Con una simple ojeada a las grandes obras, vemos que este principio se suele observar de manera más o menos generalizada y con mejor o peor criterio. Así el uso de barandillas, redes de seguridad, andamios, plataformas elevadoras etc. es algo común.

No es raro observar un excesivo celo en la utilización de esta protección colectiva sin observar que tiene unos límites en los que debe dejar paso a los EPI. Así a la hora de valorar la protección colectiva, además de fijarnos en su obligada primacía, debemos tener en cuenta otros factores como su efectividad real y si genera un riesgo mayor al que va a evitar. Ante el riesgo en altura es mejor impedir una caída que detenerla después de haberse producido; la protección colectiva en algunos casos no logra impedir la caída (ejemplo: redes de horca). En ocasiones la instalación de la protección colectiva requiere el uso de protección individual y se debe valorar el riesgo de esta colocación frente a la protección que va a brindar y valorar una vez más el uso directamente de EPI. Por último la protección colectiva y la individual no son antagónicas y pueden ser complementarias.

Por desgracia, en algunas obras observamos que si bien los operarios llevan EPI contra caídas de altura, los equipos que les han proporcionado no son los idóneos para trabajar o no los saben utilizar, de manera que no les sacan el máximo provecho o lo que es peor, resultan peligrosos dando una falsa sensación de seguridad.

Algunos de los errores más comunes que se pueden observar son:

  • Colocación incorrecta del arnés con altísimo riesgo de provocar lesiones en caso de caída. Como principales causas, podemos indicar el desconocimiento del usuario para ponérselo por no tener formación y la dificultad de regular algunos arneses (atención a los arneses importados que pueden incumplir las exigencias esenciales obligatorias de cualquier EPI).
  • Uso de arneses que no están diseñados para la actividad que se va a realizar. Se puede ver a operarios en el tablero de un puente con arneses diseñados para torres de telecomunicaciones.
  • Utilización de elementos de amarre estáticos para parar una eventual caída.
  • Uso de cascos sin barbuquejo.
  • Total desconocimiento de la compatibilidad de equipos. ¿Se puede usar cualquier elemento de amarre en una línea de vida?
  • Uso de equipos desfasados o diseñados para otros fines, con absoluta ignorancia de la evolución de la técnica.
  • Desconocimiento de técnicas apropiadas para cada caso por parte de los operarios y rechazo de técnicas que en muchos casos son más espectaculares que arriesgadas.
  • Falta de puntos de anclaje para unir los EPI o utilización de anclajes sin fiabilidad. ¿Se puede considerar línea de anclaje flexible horizontal a cualquier cable sujeto por perrillos?
Trabajo en puente

La primera solución para corregir estos errores está en la formación que se debe dar a los operarios. Esta formación será impartida por empresas especializadas que ayuden al trabajador y al responsable a utilizar correctamente los equipos, a conocer las limitaciones de estos equipos y también sus ventajas para poder utilizarlos de forma rápida, sencilla y segura. De hecho en muchas ocasiones es fácil encontrar la solución para un trabajo determinado teniendo los conocimientos apropiados.

Hay otras circunstancias que también dificultan la ejecución segura de los trabajos. Quizá una de las situaciones más complicadas se da por la falta elementos de seguridad (esencialmente puntos de anclaje) en la infraestructura para su conservación, algo que se debería tener en cuenta, según la legislación actual, en el mismo proyecto inicial (R.D. 1627/1997|R.D. 1627/1997 Art 5.6). A esta dificultad se unen los diseños cada vez más atrevidos de las diversas infraestructuras.

Por otra parte tanto la construcción como el mantenimiento de una infraestructura es muchas veces un entorno cambiante en la que se deben ir tomando medidas que se adapten a esa situación transitoria. A esto debemos unir la habitual urgencia de los trabajos y la necesidad de que una obra no influya en otras infraestructuras operativas. A pesar de todos estos condicionantes la técnica pone a nuestra disposición elementos que pueden ser de bastante utilidad. Algunos ejemplos de estos elementos pueden ser:

  • Arnés. Podemos distinguir dos tipos: en primer lugar el arnés únicamente anticaídas (EN 361), especialmente dirigido para trabajos en los que no se tiene que estar en suspensión. Puede tener anclaje dorsal y esternal. Este último muchas veces se desprecia siendo en ocasiones muy útil. En segundo lugar el arnés de asiento, pensado principalmente para trabajo en suspensión (EN 813-EN 361-EN 358). El cinturón (EN- 358) por si solo no debe utilizarse jamás para detener una caída.
Arnés anticaídas


  • Modulador. Aparato especialmente diseñado para regular la longitud de cuerda. De gran importancia para lograr evitar la caída en vez de detenerla, muy útil para trabajos en el borde de estructuras.
  • Combinado doble. Elemento con dos puntos de anclaje que permite mantenerse siempre anclado. Especialmente indicado para el montaje de cimbras y andamios.
Combinado doble


  • Dispositivos retráctiles. Funcionan como el cinturón de seguridad de un coche, dando cinta o cable al alejarnos y bloqueándose en caso de caída. (EN-360).
  • Absorbedores de energía. Elementos especialmente diseñados para parar una caída al disminuir la fuerza de frenado que recibe el cuerpo. (EN-355).
  • Líneas de anclaje flexibles. Formadas por un cable o una cuerda a la que se une un dispositivo que acompaña los movimientos verticales de un operario. Muy útiles como sistema anticaídas de seguridad para proteger escalas verticales (acceso a pórticos de señalización, subida a torres de iluminación), andamios colgantes… La línea de anclaje se considera rígida cuando el elemento guía es un raíl o un cable de 8 mm o más anclado en sus dos extremos.
Línea de anclaje flexible de cable (Papillón)

Puntos de anclaje

En muchas ocasiones se equipa al trabajador con un arnés y un elemento de unión (no siempre idóneo), pero de nada sirve esto si no definimos un punto fiable al que se pueda anclar. Estos puntos junto con las líneas de anclaje flexibles o rígidas son elementos que no sólo deberían utilizarse en la construcción de la infraestructura sino que tendrían que quedar fijos para los trabajos de mantenimiento.

Cinta de anclaje


Existe una norma (EN 795) que desarrolla los dispositivos de anclaje y habla de 5 tipos distintos que repasaremos someramente para ver su aplicación en este tipo de construcciones:

  • Clase A. Anclajes estructurales, especialmente diseñados para quedarse permanentemente en la estructura de la construcción. Indicados para cuando necesitamos un anclaje en un punto determinado. Para su certificación se someten a una prueba de carga para verificar su solidez. Muy utilizados en presas, puentes etc. Si se tienen que realizar trabajos en suspensión (trabajos verticales) lo más aconsejable suele ser instalar éstos sistemas.
  • Clase B. Anclajes transportables. Sin ninguna duda los más útiles tanto para la construcción de la infraestructura como para su mantenimiento. Son una gran gama de dispositivos, muy distintos entre si, que habitualmente se unen a elementos estructurales y se convierten así en un punto de anclaje. Podemos citar las cintas de anclaje, muy indicadas para realizar un punto de anclaje rápido rodeando un punto estructural. La mayoría de líneas de anclaje flexibles horizontales transportables se acogen a la clase B.
  • Clase C. Líneas de anclaje flexibles horizontales (Línea de Vida ®). Dispositivo de anclaje formado habitualmente por un cable que se dispone en posición horizontal al que unimos, bien directamente o a través de un punto de anclaje móvil, el elemento de unión al que está anclado al arnés. Estas líneas de anclaje no pueden separarse más de 15 grados de la horizontal y deben ir acompañadas de un estudio que nos de, entre otros datos, las fuerzas que se producen en los extremos (el fabricante incluye a veces absorbedores de energía para disminuir este esfuerzo), y si es necesario utilizar un punto de anclaje móvil y con que elementos de unión nos podemos anclar a él. Existen líneas de anclaje fijas especialmente estudiadas para quedarse instaladas en la construcción y otras pensadas como anclaje ocasional, las llamadas transportables. Las líneas de anclaje fijas están especialmente indicadas para mantenimientos. Su utilización puede abarcar desde el trabajo en coronaciones de presa, hasta el mantenimiento de carteles en carretera. Algunas líneas de anclaje transportables del mercado se certifican de tipo C.
Línea de anclaje flexible horizontal (Línea de vida)


  • Clase D Dispositivos con las mismas características de la clase C pero formados en vez de por cable por un perfil rígido que no se desvía de la horizontal más de 15 grados.
  • Clase E. Elementos de contrapeso que formarán un punto de anclaje. Muy útiles en la construcción en la que disponemos de maquinaria para mover estos contrapesos.


Especial atención debemos prestar a las líneas de anclaje horizontales transportables. Son líneas de utilización ocasional que en el desarrollo de la construcción se muestran muy útiles. Se debe prestar especial atención a los puntos de anclaje y su resistencia necesaria, marcada por el fabricante, así como la distancia máxima entre los soportes que hacen de puntos de apoyo y el elemento de unión compatible. Existen soportes especialmente diseñados para colocarlos de una forma rápida. Estas líneas de anclaje pueden ser de cuerda, cable o cinta.

Línea de anclaje flexible horizontal TA transportable


Como podemos ver existe una gran variedad de sistemas para proteger un lugar de trabajo en el que está presente un riesgo por altura. A veces es necesario utilizar una unión de dispositivos. Así por ejemplo ¿Cuál sería el sistema más adecuado para el ascenso por un tirante de un puente?.

Suponiendo que el tirante es suficientemente amplio y con una inclinación superior a 15 grados pero con la posibilidad de progresar andando, parece indicado utilizar dos sistemas: una barandilla para evitar una caída lateral o al menos para ayudar a la progresión y una línea de anclaje flexible (EN 353-2) o rígida (EN 353-1) compatibles con la inclinación del plano de progresión que puedan detener una caída provocada por la inclinación del tirante y que también pueda detener una caída lateral si las barandillas no llegan a ser una protección. Si el tirante desemboca en una zona con pendiente menor de 15 grados, pasaremos a una línea de anclaje flexible horizontal (EN 795-C). Quizá así lleguemos a lo alto de un pilar desde dónde sea necesario utilizar un sistema de posicionamiento mediante cuerdas para alcanzar otros puntos. En ese caso se podrían colocar anclajes estructurales con plaquetas de anclaje para colocar las cuerdas de suspensión y de seguridad.

La elección de los EPI mejor adaptados a la obra en particular, la formación específica de los técnicos y operarios y la participación de una empresa especializada para definir, desarrollar e instalar los sistemas de seguridad en función de las circunstancias particulares de cada caso serán claves para proteger de manera operativa los trabajos en los que esté presente la altura.

Trabajos en paneles informáticos
Trabajo en talud

Artículos Relacionados