Experiencias Municipales. Energía en el Ámbito Local

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Plan de Mejora Energética de Barcelona

Desde el ámbito municipal son innumerables los procesos y experiencias en marcha.

Una experiencia referente es el Pla de Millora Energètica de Barcelona, resultado de un largo proceso que se inició con la suscripción de la Declaración de Ámsterdam en 1993 y la Declaración de Heidelberg en 1994.

Un gran paso para la ciudad fue la adhesión a la Carta de Aalbörg en 1995; en 1997 Barcelona se incorporó a la Asociación Internacional Klamabündnis vinculada a los compromisos de Kioto, que se fija como objetivo una reducción del 27% de las emisiones de CO2 en el año 2010 respecto a 1997.

En 1999 se crean trece grupos de trabajo y estudio que abordan el análisis de la situación y el desarrollo de estrategias y propuestas de intervención, se realizan estudios sobre clima y territorio, y se elabora la información sobre los balances energéticos de la ciudad, abordando el estudio de la situación y las potencialidades de cada uno de los sectores: residencial; edificios e instalaciones públicas, que incorpora el alumbrado público, los edificios municipales, señalización y otros elementos; industrial, que no ha sido incorporado a la primera fase de proyectos ejecutivos; servicios y comercial; oficinas; transporte; residuos, y las redes de distribución que han sido consideradas sector específico.

El Plan aborda la diagnosis y el conocimiento exhaustivo de la realidad del municipio, la modelización y la construcción de escenarios que permitan hacer un análisis tendencial y prospectivo, con el fin de establecer las hipótesis de evolución de la demanda en los plazos que abarca el plan.

Otro aspecto muy importante es la definición de compromisos y objetivos de la ciudad, así como las líneas de actuación; este aspecto es determinante y el que fija la amplitud y profundidad con que serán abordados los temas, cuál es el grado de importancia y compromiso municipal con los aspectos tratados.

Sobre esa base se aborda el cuarto aspecto, que es la concreción de los programas de actuación y las actividades a desarrollar, y, por último, la evaluación económica, los impactos ambientales y sociales esperados, y el calendario de trabajo.

La parte ejecutiva del Plan de Mejora Energética de Barcelona se concreta en el Plan de Acción para el Ahorro de Energía y la Reducción de Emisiones a la Atmósfera (PAE), formado por 54 proyectos se organizan en ocho programas y se clasifican a su vez en los sectores de estudio.

La ejecución de los proyectos contemplados en el PAE supone una inversión de 668 millones de euros, un 1,7% del PIB del año 1999 ó un 0,15% del PIB previsto para la década 2000-2010.

Estos proyectos se complementa con algunas otras iniciativas como el Plan Director de Infraestructuras, dirigido esencialmente a la mejora del transporte público, el aprovechamiento del biogás del Vertedero del Garraf y cuatro ecoparques para el tratamiento de residuos, que en conjunto elevan las inversiones previstas a algo más de cuatro mil millones de euros.

Los resultados esperados de la aplicación del PAE significan unos beneficios económicos acumulados durante el proceso de ejecución, hasta el 2010, de 224 millones de euros, resultado de la venta directa de energía producida y de los ahorros en la compra por mejoras en la eficiencia, la reducción en los consumos previstos respecto al análisis tendencial es de un 3,12% y equivale a un ahorro de 49.650 Tep al año en energía final.

La reducción de las emisiones de CO2 se elevará a 92.900 tCO2 al año, lo que supone una reducción del 1,54% respecto a las previstas. Estos resultados mejoran significativamente si se incluyen las medidas dirigidas a la gestión de residuos y a la mejora del transporte público, alcanzándose un ahorro energético del 7,46% y una reducción en las emisiones del 26,93%.

El proceso de Barcelona es un ejemplo de cuán complejo es el proceso de reorientación de las tendencias en el consumo energético y en el control de las emisiones, la amplia gama de posibilidades de intervención que existen y lo diferentes que son los resultados obtenidos según sea el nivel de compromiso de la ciudad y el grado de cumplimiento con los objetivos establecidos.

Los objetivos más ambiciosos del plan se alcanzan con unas inversiones que se sitúan sobre el 0,9% del PIB anual de la ciudad, lo que indica hasta qué punto son asumibles los retos planteados, más aún si son descontados los ahorros económicos por compra y venta de energía. Si se tiene en cuenta las mejoras logradas en calidad ambiental en la ciudad y en el cumplimiento con compromisos globales, también deberían contabilizarse como beneficios los resultados que se obtengan en la ampliación del tejido productivo, creación de empleo, empresas y microempresas.

Plan Energético de Sevilla

Otro ejemplo referente como experiencia municipal es el proceso que conduce al Plan Energético de Sevilla (2002-2006).

La estrategia de Sevilla arranca con la creación de la Agencia Local de la Energía, a partir del programa SAVE en 1995, que inicia sus actividades en 1997 y que convierte la planificación energética en su objetivo fundamental.

Plan Energético de Sevilla:

Es el instrumento de planificación estratégica y coordinación que define los objetivos y diseña las actuaciones a realizar durante el período considerado, en el marco de una gestión energética municipal encaminada a conseguir una ciudad energéticamente sostenible.

Este Plan propone cuatro campos de actuación:

  1. Formación y concienciación ciudadana,
  2. Gestión y organización,
  3. Implementación de las energías renovables y
  4. Actuaciones de ahorro y eficiencia energética.

Pretende delimitar cuáles son los campos concretos en los que cabe actuar, razonar los motivos para ejercer las acciones derivadas del plan, desde una estructura local propia, determinar la situación energética de la ciudad de Sevilla, determinar cual es la situación energética del propio Ayuntamiento de Sevilla, proponer un plan de actuaciones que defina una política energética del Ayuntamiento de Sevilla y la forma de llevarla a cabo y considerar posibles fuentes de financiación de las actividades propuestas en el plan.

En cuanto a objetivos concretos, el Plan pretende que para el 2010, el 12% de la energía consumida en la localidad provenga de fuentes renovables.

Ese objetivo se hará posible a partir de objetivos en los diversos campos de actuación, para el 2006 se pretende conseguir pasar de los actuales 20.000 m2 de paneles solares térmicos a 80.000 m2 y a 120.000 para el 2010, para el 2020 se duplicaría esa cantidad con el Proyecto Sevilla Ciudad Solar.

En energía fotovoltaica se pretende alcanzar para el año 2006 una potencia instalada de 2 MWp, esta potencia se duplicaría para el 2010, y para el 2020, el 10% de la energía eléctrica demandada, debería de suministrarse desde paneles fotovoltaicos.

Si los estudios eólicos lo consideran viable se instalará un parque eólico urbano, con una potencia de 6 a 8 MW. Se proyecta la construcción de una tercera planta de tratamiento de los residuos de poda, que vendrá a sumarse a las dos plantas de valorización de biogás de 3,5 MW en total, que existen.

Entiéndanse estas referencias solo como muestra de las potencialidades de actividad que en el ámbito municipal se abren en el ámbito de la energía.

Actualmente, infinidad de municipios y comunidades locales construyen sus propios procesos locales y consideran el sector de la energía como un sector de innovación local y una fuente de oportunidades para el propio desarrollo.

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