Tratamientos Químicos. Limpieza en Intervención de Fachadas

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La limpieza química constituye una vía de intervención que requiere un control muy cuidado del proceso.

Los sistemas se fundamentan en la aplicación de productos químicos, ácidos o básicos, dependiendo del tipo de soporte sometido a limpieza y del agente contaminante.

A Tener en Cuenta en los Tratamientos con Químicos

Se debe prestar atención a una serie de aspectos, de cariz genérico, tales como:

Concentraciones diluídas

En general, las concentraciones deben ser bastante diluidas porque:

  • Por su agresividad pueden alterar la base (cromatismo, textura, etc.)
  • Pueden perjudicar a otros materiales cercanos de diferente naturaleza
  • Pueden ser causa de reacciones no previstas

Seguridad personal

La agresividad de estos de tratamientos pueden afectar a la seguridad personal, de modo que es preciso dotarse de:

Utilización del agente limpiador

Es posible dividir los tratamientos de limpieza química en dos grandes grupos, en función de la forma de utilizar el agente limpiador:

  • Aplicación líquida del agente, en diferentes grados de disolución.

Este sistema requiere un estudio cuidadoso del grado de disolución del producto a aplicar para que no se produzca ninguno de los perjuicios antes relacionados. Gracias a la experiencia adquirida, el proceso de intervención se plantea en las siguientes secuencias:

a. Humectación del paramento o del elemento objeto de la intervención, para impregnar la porosidad superficial e impedir una absorción demasiado importante.

b. Limpieza con el producto diluido, acompañada de un cepillado.

c. Aclarado final con agua para evitar problemas posteriores.

  • Aplicación en forma de emplasto.

Este sistema se emplea para eliminar manchas aisladas o residuos de una limpieza líquida. Existen diversas versiones de aplicación: la más utilizada consiste en diluir arcillas en una cantidad de agua desionizada o destilada, posteriormente se aplica la pasta —en forma de emplasto— sobre la mancha, se deja secar la arcilla que actúa como un absorbente y finalmente se elimina limpiando con agua.

Si no fuera suficiente, se pueden añadir pequeñas cantidades de productos químicos mezclados con el agua destilada para lograr una mayor eficacia.

Se recomienda usar estos tratamientos sólo donde haya costras muy difíciles de arrancar y en casos muy concretos.

Eliminación de los residuos y contaminación

Debe prestarse atención en la eliminación de residuos; muchos de los residuos resultantes de la limpieza química no deben ser vertidos al alcantarillado, ya que, por su elevado grado de agresividad, es muy posible que ninguna depuradora sea capaz de diluirlos eficazmente.

El uso de tratamientos químicos no permite riesgo de error debido a las graves consecuencias que pueden acarrear, tanto las originadas por el agente usado como por los diversos materiales base y también por parte del operario limpiador.

En general, se han admitido ciertos criterios, en función del tipo de material:

Para piedras calcáreas (sensibles a los ácidos) se utilizan la sosa cáustica y la potasa cáustica como agentes limpiadores: es la denominada limpieza alcalina;

Para piedras arenosas (más porosas) se emplean mayoritariamente los ácidos, básicamente el fluorhídrico y el clorhídrico; en este último caso, más para reaccionar con el material base que con la suciedad, por lo que el aclarado posterior resulta fundamental.

Proceso de Actuación

Los sistemas de limpieza de fachadas han evolucionado considerablemente. La tendencia general hoy dia se orienta a la eliminación de las soluciones extremas o agresivas. Por lo tanto, los tratamientos químicos y los procedimientos mecánicos han dado paso al agua, en todas sus variantes, y a procedimientos de proyección de micropartículas.

No obstante, este primer paso en la intervención sobre fachadas es tan importante que conviene sistematizar el proceso de actuación de acuerdo con los puntos siguientes:

a.Inspección ocular

Se hará la inspección ocular y se determinarán los materiales de la fachada, con su grado y tipo de suciedad.

b. Pruebas y ensayos

En casos determinados se pueden practicar pruebas en la superficie para ensayar los diversos sistemas. En otros casos, es preciso recoger muestras para los oportunos análisis de laboratorio (como mínimo para determinar el pH).

c. Determinar el método adecuado al caso

Determinación del método más adecuado para cada parte, fundada en las diferentes variables: eficacia, protección del entorno, precio, etc.; y en el posible análisis precedente.

d. Protección, obturación y sellado

Trabajos previos de sellado, obturación o preparación de utensilios para evitar contactos con otros elementos de la fachada.

e. Limpieza

Se efectuará la limpieza considerando los aspectos siguientes:

a. Personal especializado.
b. Sistemas de recogida de suciedad y posible selección de desechos.

En definitiva, ante todas estas variables, no se pueden generalizar criterios de limpieza. Es preciso estudiarlos y concretarlos en función de los diferentes tipos de elementos y por los diferentes tipos de materiales y características de agresión, objeto, en muchos casos, de un tratamiento especial.

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