Sector Agua. El Contexto General

De Construmatica

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Una aproximación muy generalizada al tratar la problemática del agua es considerarla como un recurso natural fundamental para la vida y la actividad económica y social; tanto es así que la disponibilidad de sistemas de agua potable y saneamiento se asume actualmente como un condicionante fundamental para el desarrollo sostenible.


Resulta coherente con este planteamiento el hecho de que uno de los objetivos de desarrollo del milenio adoptado por las Naciones Unidas en 2000 sea, precisamente, el de reducir a la mitad, en 2015, el número de personas sin acceso al agua potable. Como es sabido, este objetivo se amplió durante la Cumbre de Johannesburgo de 2002, a la consideración adicional y en los mismos términos temporales del acceso al saneamiento. Posteriormente ambos objetivos han sido refrendados en las distintas reuniones internacionales que han tenido lugar sobre el tema.


Se trata, sin duda, de un compromiso de gran calado toda vez que se estima que actualmente son 1.100 millones las personas que no disponen de acceso al agua potable y cerca de 2.400 millones las que no cuentan con sistemas de saneamiento adecuados. Según estimaciones de UNICEF, para conseguir lo que se pretende será necesario que cada día hasta el año 2015 unas 300.000 personas accedan al agua potable y cerca de 500.000 a nuevos sistemas de saneamiento.


A efectos de definir una estrategia para cumplir los objetivos aludidos, hay que tener en cuenta que las cifras anteriores enmarcan el problema pero no lo caracterizan en toda su dimensión y complejidad, ya que son el reflejo cuantitativo de una realidad que presenta grandes diferencias geográficas y, dentro de una misma zona, desigualdades radicales entre el ámbito rural y el urbano. Esto queda palmariamente reflejado en el Cuadro:


ÁREA % POBLACIÓN URBANA CON ACCESO A MEJORES FUENTES DE AGUA. 2000 % POBLACIÓN RURAL CON ACCESO A MEJORES FUENTES DE AGUA. 2000 % POBLACIÓN URBANA CON ACCESO A MEJORES SERVICIOS DE SANEAMIENTO. 2000 % POBLACIÓN RURAL CON ACCESO A MEJORES SERVICIOS DE SANEAMIENTO. 2000
Mundial 95 71 85 40
Regiones desarrolladas 100 94 100 93
Regiones en desarrollo 92 69 77 35
África septentrional 95 83 96 81
África subsahariana 83 45 74 43
América Latina y Caribe 94 66 86 52
Asia oriental 94 66 70 27
Asia centromeridional 95 80 70 25
Asia sudoriental 91 71 80 55
Asia occidental 88 71 97 61
Oceanía 76 40 87 71

Coberturas de abastecimiento y saneamiento


Es inmediato concluir que, aunque a escala mundial la cobertura de abastecimiento de agua es de un 82% y la disponibilidad de sistemas de saneamiento alcanza tan solo el 60%, los déficit más relevantes, por cuanto al abastecimiento se refiere, se dan en las zonas rurales de África Subsahariana y Oceanía –que alcanzan coberturas de tan solo el 66%-, mientras que el saneamiento tiene su menor cobertura también en el ámbito rural de África Subsahariana y Asia oriental y centromeridional, donde la cobertura desciende a valores del 25%.


En otro orden de cosas, y de acuerdo con datos del Informe sobre Desarrollo Humano de 2003 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), resulta que, de los 46 países que tienen una cobertura de abastecimiento de agua menor al 75%, todos están en África o Asia, excepto tres que son de Oceanía (Islas Solomón, Fiji y Papúa Nueva Guinea), uno de Oriente Medio (Yemen), otro de América (Haití) y otro de Europa del Este (Rumanía). En lo que respecta al acceso al saneamiento, son 58 los países con una cobertura menor del 75%, de los cuales 32 están en África, 13 en Asia, 8 en América, 3 en Oceanía, 1 en Europa del Este y otro en Oriente Medio.


Es evidente que cualquier política encaminada a cumplir el objetivo del milenio relacionada con el agua debe necesariamente tener en cuenta la realidad geográfica y geopolítica que se deduce de los párrafos anteriores.


Por otra parte, es relevante el hecho de que de los países con coberturas de abastecimiento menores al 75%, más del 90% tienen la categoría de países pobres altamente endeudados; este porcentaje es menor –casi el 50%–, cuando se trata de países con coberturas menores del 75% de sistemas de saneamiento. Estos datos deben asumirse como condicionantes del tipo de ayuda destinada al sector agua en el que, sin duda, debería primar la modalidad de donaciones frente a los créditos, para que el cumplimiento de los compromisos del milenio se inscriba, tal como fueron concebidos, en la dinámica de lucha contra la pobreza y la consecución del desarrollo sostenible.


Por último, y a efectos de tener en cuenta todos los factores que implica asumir los compromisos del milenio, se estima que, para cumplirlos, será necesario movilizar un esfuerzo inversor estimado en unos 60 millardos de dólares anuales, frente a los 30 millardos que actualmente se destinan al sector agua; sin embargo, no se cuenta, todavía hoy, con estudios globales al respecto y todas las iniciativas institucionales que se han abordado –el Informe Camdessus, las Europeas de Water for Life y las del Banco Mundial– se apoyan en el papel preponderante del sector privado, en la consideración del agua como un bien económico, que debe estar sujeto a las reglas del mercado, y en la consideración de cláusulas de condicionalidad que viabilicen los aspectos anteriores.


A pesar de lo anterior, una parte sustancial de la inversión se canalizará a través de la ayuda oficial al desarrollo y, en consecuencia, es conveniente que las políticas asociadas se correspondan con los objetivos asumidos. La comprobación de este hecho es, precisamente, lo que se pretende con el análisis que se realiza a continuación con la AOD española destinada al sector agua.

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