Problemas Prácticos Encontrados: Lecciones Aprendidas

De Construmatica


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Podemos diferenciar dos tipos de problemas, los encontrados en terreno y los surgidos en oficina. Los primeros están muy relacionados a los condicionantes locales, sobre todo por tratarse de un barrio informal, de calles de arena, estrechas y erosionables, en el que sus habitantes no cuentan con documentos de tenencia legal y las parcelas se encuentran indefinidas; y los segundos, desafortunadamente, muy comunes en actividades de recogida de información.

En terreno los contratiempos fueron variados. El levantamiento topográfico se realizó con una herramienta antigua: un teodolito de los años 80, que sigue usando el único topógrafo del GDM, como herencia de la construcción del principal drenaje de la ciudad en esa época. El trabajo diario tuvo sus dificultades, por ser las calles del barrio de mucho movimiento de personas, sobre todo durante las horas de salida de alumnos de los colegios. Los puntos base de referencia, marcados con estacas de hierro, podían desaparecer al día siguiente, lo que dificultaba enormemente un trabajo posterior de corrección de errores.

Además, la forma cóncava de las calles, debido a la erosión, dificultaba la definición de cotas útiles para la definición del drenaje; asimismo, este proceso condicionaba la validez del levantamiento, ya que al tratarse de calles de arena y contar con épocas de fuertes lluvias, la fisonomía y las cotas de todas las calles se modifican anualmente.

Activista de ASCHA realizando una encuesta familiar barrio Maxaquene.JPG

Una vez realizado el trabajo en terreno, se tuvo que trasladar todos los puntos a tablas de Excel para realizar el Modelo Digital del Terreno (MDT). Esta tecnología no era utilizada por el topógrafo local, quien hasta el día de hoy sigue realizando los levantamientos topográficos de forma manual. No obstante ello, tuvo un beneficio mutuo, ya que los dos voluntarios de ESF-Cat que ayudaron en el levantamiento, formaron al topógrafo en la utilización de Excel –quien además necesitaba de formación básica en informática–; por su parte, el topógrafo les enseñó a dibujar los mapas topográficos manualmente.

Durante la definición del parcelario, el principal miedo fueron las posibles inconformidades que se podrían generar en la definición de los límites de los terrenos, a menudo ambiguas; sin embargo, el proceso fue muy pacífico, al contar siempre con la presencia de los jefes locales o delegados.

La técnica ya mencionada, muy básica pero utilizada por profesores de la FAPF en otros barrios, fue útil, por ser los voluntarios estudiantes sin experiencia. La utilización de GPS de mano y de alta precisión era inviable: los primeros por dar errores de más de 10 m, y los segundos por tener un coste inaccesible para el proyecto. También se planteó la posibilidad de utilizar imágenes de satélite de gran precisión (Quickbird, Ikonos, Spot, entre otros), pero también eran económicamente imposibles y, además, el trabajo hubiese sido íntegramente de oficina, perdiéndose la componente social y de cooperación estudiantil. El proceso de definición de las parcelas fue sorprendentemente rápido: en el primer año se delimitaron las 344 parcelas en dos días, más una sesión de AutoCAD para convertir los mapas a formato digital.

La delimitación de las calles, utilizando una cinta métrica, tuvo mayores problemas, sobre todo en el trabajo de campo. El principal inconveniente era la falta de puntos fijos en ciertas parcelas, las cuales en algunos casos eran delimitadas con plantas, neumáticos usados, piedras, trozos de metales o hasta con piezas de un coche desmantelado.

Esta dificultad se acentuaba cuando se debía volver a terreno para corregir errores o verificar medidas. La solución, aunque parcial, fue definir en el plano la naturaleza del punto escogido.

Los beneficios colaterales a la definición del parcelario y de la triangulación los encontramos en la cooperación que se dio entre estudiantes del Norte y del Sur. Los primeros formando en técnicas de parcelación y triangulación, así cómo la utilización básica del AutoCAD. Y los segundos ayudando en la adaptación de estas técnicas en los barrios informales y, sobre todo, al trato con las familias, dando legitimidad al proceso y facilitando la comunicación en las lenguas correspondientes –portugués, shangana, ronga, etcétera.

Las encuestas fueron, y siguen siendo, una historia interminable de corrección y mejora. Desde el inicio del programa había conciencia de la necesidad de unas encuestas consensuadas por todas las partes y adaptadas al barrio, pero la realidad superó las expectativas: la primera versión de la encuesta se realizó desde el Norte, con los voluntarios que irían a campo y miembros del equipo de ESF-Cat, habiendo pasado por 7 versiones.

Cuando se llegó a Mozambique, la contraparte local y la FAPF hicieron nuevas modificaciones.

Al iniciar el trabajo en terreno con las familias, también se debieron modificar ciertas preguntas. Una vez en el proceso de digitalización de la información y realizadas unas primeras consultas, se vio de nuevo la necesidad de mejoras.

Antes del viaje de los voluntarios del segundo año, se hicieron otras modificaciones, y todavía en terreno, se hicieron más. Esta continua modificación de las encuestas puede crear dificultades en el futuro, al no poderse comparar los resultados, debido a que las preguntas y respuestas no son las mismas en los diferentes años.

Los barrios informales acostumbran ser asentamientos transitorios para las familias, a la espera de una mejor situación económica para desplazarse a un barrio formal. Este fenómeno dificulta cualquier iniciativa de prestación de servicios, ya que no existe un sentimiento de pertenencia o apropiación de las infraestructuras por parte de los beneficiarios, y hay poco interés en la mejora del asentamiento, afectando así la sostenibilidad del proyecto. Sin embargo, una mejora de las condiciones de vida del barrio, al aumentar la calidad de los servicios básicos, encarecería el nivel de vida –tanto en términos de pago del servicio como de arrendamiento o compra de casas–, obligando a las familias con menores recursos a desplazarse a otros asentamientos.

En Maxaquene ‘A’, aproximadamente un tercio de la población vive ahí hace menos de diez años, por lo que se deberá contemplar este factor en las futuras evaluaciones.

En el trabajo diario, a veces no se encontraba a ningún miembro de la familia, requiriendo de reiteradas visitas a la misma casa. A menudo, los activistas del barrio tenían que ir en otros horarios o en fines de semana para poder completar las encuestas.

Pero la principal lección aprendida en la realización de las encuestas fue la necesidad de diferenciar entre parcelas y familias. En el primer año se asumió, erróneamente, que una parcela equivalía a una familia; sin embargo, en la encuesta del segundo año se contempló la posibilidad de tener varias familias en una sola parcela, diferenciando información asociada a la parcela y a la familia.

Esta mejora fue fundamental para definir la estructura de relaciones de la base de datos del SIG.

Los problemas surgidos en oficina estuvieron asociados al levantamiento de información en terreno. Se encontraron errores de escritura, muy comunes en el uso de encuestas: omisión de información por parte del encuestador, sobre todo de datos clave de parcelas o familias; incoherencia de las respuestas, marcando dos casillas cuando solo debería marcarse una; respuestas sin sentido, tal y como definir la profesión del jefe de familia como "fallecido"; letra ilegible; errores de trascripción de la encuesta del papel a la tabla de Excel, con nuevas omisiones de información, rellenar parcelas erróneas o faltas de ortografía que provocan duplicación o triplicación de respuestas en la base de datos; entradas de encuestas dobles o conmutación de celdas clave; así como trascripción errónea de las coordenadas del GPS, tanto en terreno como en oficina.

Figura 6 Delimitación de calles con cinta métrica barrio Maxaquene 'A' en Maputo, Mozambique

Muchos de estos errores son inevitables aunque se lleven a cabo muchas formaciones, o por continuas iteraciones de mejora de las encuestas. Las principales lecciones fueron: la necesidad de realizar encuestas cerradas –contemplando todas las posibles respuestas en casillas, para evitar el uso de la escritura por parte del encuestador–, y llevar a cabo una formación de varios días con prácticas de campo.

Durante la toma de la información técnica –levantamiento topográfico, y la delimitación de parcelación y de calles– también aparecieron contratiempos que cabe mencionar: en el traslado de las parcelas y de las calles del papel a AutoCAD, salieron líneas dobles y extras; algunas veces, los estudiantes definían un espacio como una parcela única y seguidamente los activistas que realizaban las encuestas se daban cuenta que eran dos parcelas separadas, o a la inversa; en la triangulación aparecían líneas que no se sabía si eran paredes fijas, delimitación de parcelas con plantas o neumáticos, callejuelas de entradas de casas interiores o calles secundarias.

De igual forma que en las encuestas, estos errores son difíciles de evitar completamente, pero según nuestra experiencia, se recomienda una buena formación en oficina y prácticas en terreno.

Para finalizar, los desagradables problemas informáticos, ya sea por falta de planificación o por "misterios" de la informática: incompatibilidad de ciertos programas con versiones de Windows; fallos en el momento de convertir archivos DXF a los programas de SIG; conexión a Internet lenta que no permitía bajar programas o archivos; entre otros.

La principal lección aprendida en la realización de las encuestas fue la necesidad de diferenciar entre parcelas y familias"

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Bibliografía

  • ALÀ, Ferran. 2008. Projecte d’Urbanització i Sanejament amb Tecnologies Apropiades al barri de Maxaquene ‘A’ de la ciutat de Maputo (capital de Moçambic).

Proyecto de Fin de Carrera. Barcelona: ETSECCPB – Universidad Politécnica de Cataluña.

  • MENAL, Ivan. 2007. Trabajos de definición del espacio público en el barrio de Maxaquene ‘A’, Maputo, Mozambique. Trabajo de posgrado. Barcelona: Universidad Abierta de Cataluña.
  • PÉREZ CASAS, Marc. 2008. Projecto Básico de Urbanização asociado ao Plano Urbanístico do bairro de Maxaquene ‘A’ em Maputo, Mozambique. Proyecto de Fin de Carrera. Barcelona: ETSECCPB – Universidad Politécnica de Cataluña.