Prevención de Enfermedades Profesionales

De Construmatica

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Las enfermedades profesionales se definen como aquellas en las que existe una relación causa-efecto probada entre la exposición a un determinado riesgo laboral y una enfermedad específica.

En nuestro país, el Real Decreto 1995/1978 de 12 de mayo (B.O.E. de 25-8-78) establece las enfermedades reconocidas y las actividades profesionales dónde se puede producir la exposición a los agentes causantes. Este listado sólo se ha modificado en dos ocasiones desde su publicación: en primer lugar para incluir la infección por carbunco debida a la manipulación de productos de origen animal; y en segundo lugar para incorporar el "síndrome de Ardystil".

Enfermedades profesionales reconocidas

El Real Decreto 1995/1978 incorpora unos sesenta grupos de enfermedades clasificadas en seis grandes grupos.

  • A. Enfermedades profesionales causadas por agentes químicos.
  • B. Enfermedades profesionales de la piel producidas por sustancias y agentes no incluidos anteriormente.
  • C. Enfermedades profesionales provocadas por la inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados
  • D. Enfermedades profesionales infecciosas y parasitarias.
  • E. Enfermedades producidas por agentes físicos.
  • F. Enfermedades sistémicas.


Para cada una de estas enfermedades figuran actividades de riesgo que representan una orientación sobre las ocupaciones que pueden originarlas. El reconocimiento de las enfermedades profesionales en nuestro país se realiza por tanto mediante este sistema de lista cerrada, que incorpora además un procedimiento de declaración y registro. El sistema de lista cerrada tiene el inconveniente de que únicamente comprende un determinado número de enfermedades profesionales, pero presenta la ventaja de que, en las condiciones señaladas, se presume su origen profesional de manera que el trabajador no tienen necesidad de demostrarlo y se garantiza la uniformidad de las prestaciones.

Por otro lado, existen trastornos en los que resulta más difícil establecer una relación directa con una profesión. La Ley General de Seguridad Social (LGSS) de 1994 incluye dentro de la cobertura de accidente de trabajo las siguientes situaciones:

  • Las enfermedades que no estén catalogadas como enfermedad profesional, según el Real Decreto 1995/1978, que contraiga el trabajador debido a su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la realización del mismo.
  • Las enfermedades o defectos padecidas por el trabajador, que se agraven como consecuencia de un accidente laboral. De este modo, la legislación garantiza una cobertura social y sanitaria para el trabajador con una enfermedad que, no estando listada, esté relacionada con el trabajo. Sin embargo, desde el punto de vista estadístico y epidemiológico no queda reflejada esta situación y queda registrada como accidente de trabajo.
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Enfermedades profesionales más frecuentes

Silicosis

La silicosis es una enfermedad causada por la sobre-exposición a sílice cristalina libre. Las partículas de sílice cristalina causan lesiones en el tejido pulmonar, fibrosis, que dificultan la habilidad de los pulmones para extraer el oxígeno del aire inhalado.

La sobre exposición a sílice cristalina causa también una disminución de la capacidad de las vías respiratorias para luchar contra ciertas infecciones por esa razón los trabajadores que sufren silicosis son más propensos a otras enfermedades como bronquitis y tuberculosis.

Los síntomas característicos de una sobreexposicíón a sílice cristalina son: falta de respiración, tos fuerte, fatiga, piel azulada en los lóbulos de las orejas y en los labios, dolores en el pecho y fiebre.

La sílice es el segundo mineral más abundante en la corteza terrestre y es el principal componente de la arena y roca. Puede encontrarse en forma amorfa o en forma cristalina.

La sílice cristalina adopta distintas estructuras y así nos encontramos con el cuarzo, la tridimita, la cristobalita y el trípoli.

Algunos ejemplos de actividades profesionales en las que existe riesgo de exposición a sílice cristalina son las siguientes:

  • Trabajos en minas, túneles, canteras, galerías.
  • Tallado y pulido de rocas silíceas, trabajos de canterías.
  • Trabajos en seco, de trituración, tamizado y manipulación de minerales o rocas.
  • Fabricación de vidrio, porcelana, loza y otros productos cerámicos
  • Trabajos de desmoldeo, desbarbado y desarenado en las fundiciones.
  • Trabajo con muelas (pulido, afinado) que contengan sílice libre.
  • Trabajos en chorro de arena y esmeril.

Asbestosis

Se trata de una enfermedad progresiva causada por la lesión producida en el tejido pulmonar como consecuencia de la inhalación de fibras de amianto microscópicas.

Tiene un desarrollo similar a las lesiones producidas por la inhalación de sílice cristalina.

El amianto suele encontrarse en materiales de aislamiento acústico y aislamiento de temperatura. Generalmente no representa ningún riesgo cuando está combinado con otros productos que lo mantienen unido de forma que no se desprendan fibras a la atmósfera. Sin embargo si se realizan trabajos de mantenimiento o si se deteriora el recubrimiento que contiene amianto, las fibras pueden pasar a la atmósfera y representar un riesgo de inhalación.

Algunas de las actividades que implican la exposición a amianto están en regresión debido a la normativa específica que restringe o prohíbe su utilización, sin embargo, todavía se producen situaciones de exposición en operaciones de "desamiantado".

Mesotelioma

Además de asbestosis, la exposición a fibras amianto puede producir mesotelioma, un tipo de cáncer localizado en la pleura (recubrimiento de los pulmones) o en el peritoneo (recubrimiento del abdomen). Es muy poco frecuente en la población en general, por lo que cuando se detecta, es muy posible que se deba a la inhalación de fibras de amianto.

Tiene un periodo de latencia muy largo y puede aparecer incluso después de varios años de exposición continuada a fibras de amianto o de exposición a niveles pico de forma intermitente.

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Asma Ocupacional

El asma ocupacional es una enfermedad pulmonar en la que los bronquios reaccionan frente a la exposición a ciertos productos de origen vegetal, animal o a sustancias químicas en el lugar de trabajo.

La exposición a estas sustancias provoca una inflamación de los bronquios que se estrechan y llenan de mucosidad. Síntomas característicos suelen ser: ataques de tos, opresión torácica y silbidos al respirar. Una vez que se ha desarrollado el asma, la exposición a la sustancia causante, incluso a niveles relativamente bajos, puede desencadenar los síntomas.

En algunos casos, los síntomas pueden aparecer después de transcurridas varias horas desde la exposición y cuando la persona ya ha dejado el lugar de trabajo. En las primeras fases de la enfermedad los síntomas generalmente desaparecen o disminuyen durante los fines de semana o vacaciones, y vuelven reaparecen cuando el trabajador vuelve a estar expuesto.

Cuando la enfermedad está más avanzada, los síntomas pueden desencadenarse por la exposición a sustancias irritantes fuera del lugar de trabajo (humo de tabaco, polvo doméstico, etc.).

Existen más de 200 sustancias que se han relacionado con el asma ocupacional, entre ellas:

  • Materiales en polvo de naturaleza orgánica y con altos pesos moleculares, proteínas animales y vegetales tales como las asociadas con polvo de grano o animales de laboratorio, o proteínas presentes en el caucho natural.
  • Compuestos químicos de bajo peso molecular y muy reactivos (por ejemplo, diisocianatos, anhídrido trimellítico, anhídrido ftálico, sales de platino)
  • Sustancias sensibilizantes y con aplicaciones médicas tales como la penicilina, o las cefalosporinas
  • Sustancias no sensibilizantes pero irritantes de las vías respiratorias (cloro, dióxido de azufre, humo de incendio, etc.)

Enfermedades Producidas por Agentes Biológicos

Son enfermedades originadas por el contacto de los trabajadores con vegetales, animales y sus productos que puedan presentar alguna contaminación.

Tuberculosis

Enfermedad producida por el bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis) y que se transmite por vía cutánea y por vía respiratoria a través de aerosoles que contengan el bacilo.

Se trata de una infección bacteriana que suele empezar en los pulmones pero puede transmitirse a otros órganos vitales. A medida que la infección progresa en los pulmones aumentan los dolores en el pecho, la dificultad para respirar y la expectoración. Las actividades profesionales en las que se puede dar riesgo de tuberculosis son: veterinarios, granjeros y personal sanitario, como médicos y enfermeros, en contacto con pacientes que presenten la infección.

Brucelosis (Fiebre de Malta)

Transmitida al hombre por animales domésticos (cabra, vaca, oveja, cerdo, etc.) por la bacteria Brucella. Se transmite por vía cutánea, digestiva y también por vía respiratoria debido a la inhalación de aerosoles en establos, laboratorios y mataderos. Entre los colectivos afectados se incluyen profesiones muy diversas que tienen en común el contacto con animales infectados o con sus tejidos.

Entre estas profesiones podemos incluir los agricultores, trabajadores de mataderos, ganaderos, pastores, transportistas de ganado, personal de laboratorio y veterinarios.

Carbunco (Antrax, enfermedad de los cardadores de lana)

Esta enfermedad es transmitida por el contacto con animales enfermos o tierra en contacto con animales infectados. Su vía de entrada es cutánea, digestiva y también respiratoria, por inhalación de esporas contenidas en el material infectado.

Constituye un riesgo laboral principalmente para los trabajadores que manipulan pelo, pieles, lana y derivados, también veterinarios y agricultores en contacto con animales infectados.

Pulmón del granjero

Se llama también "alveolitis alérgica extrínseca" y está causada por la inhalación de esporas conteniendo ciertos microorganismos (Micropolispora faeni y Thermoactinomyces vulgaris).

Estos organismos se encuentran en el heno y producen un gran número de esporas cuando la temperatura del heno mojado se eleva de 40ºC a 60ºC, como consecuencia del crecimiento de mohos y bacterias. Esta enfermedad es más frecuente durante los meses de invierno y en zonas húmedas.

Bisinosis

Es una enfermedad característica de la industria del algodón causada por la inhalación prolongada de polvo generado durante el procesado, limpieza e hilado del algodón y de otras fibras de origen vegetal. La acumulación del polvo de algodón en el pulmón produce una decoloración y por esa razón la enfermedad también recibe el nombre de pulmón marrón.

La bisinosis se caracteriza por opresión torácica y falta de aire al comenzar a trabajar de nuevo, tras un período de descanso de varios días. La última fase de esta enfermedad, que suele darse después de muchos años de exposición al polvo, es la aparición de síntomas de bronquitis crónica y enfisema pulmonar.

La bisinosis se ha relacionado con las endotoxinas como agente causante. Las endotoxinas pueden estar contaminando la planta del algodón.

Los puestos más afectados por la bisinosis son los implicados en los procesos de preparación de la fibra, prensado de balas, mezcla y cardado. También se han visto casos de bisinosis en: hilanderos y tejedores.

Enfermedades sistémicas

Como enfermedades sistémicas se reconocen los efectos cancerígenos causados por sustancias como el monocloruro de vinilo, el benceno, las anilinas, el cromo y el níquel.

En los últimos años se ha visto una reducción de riesgos ocupacionales clásicos tales como el saturnismo y la silicosis, pero se observa un aumento del riesgo cancerígeno debido a la exposición a gran variedad de sustancias en el lugar de trabajo.

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Control de la exposición

Cuando se sospecha la exposición a alguno de los agentes causantes de enfermedades profesionales, o se realizan actividades como las incluidas en el Real Decreto 1995/1978, no cabe duda que habrá que establecer programas de control de la exposición para garantizar que unos niveles aceptables para que los trabajadores no sufran efectos adversos.

Si queremos reducir la dosis de exposición recibida por los trabajadores podemos influir en el nivel de contaminantes en el ambiente de trabajo a través de controles colectivos (en la fuente o en el medio de propagación), a través de limitaciones del tiempo de exposición de los operarios; o bien a través del uso de equipos de protección individual o de prácticas de trabajo adecuadas.

De acuerdo con los principios de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales son prioritarios los controles en la fuente y en el medio de propagación de cara a controlar la exposición.

Los controles en la fuente se realizan en el foco de contaminación con el objetivo de evitar o reducir la emisión del contaminante al ambiente de trabajo. Se puede sustituir el producto por otro que reduzca el riesgo ambiental, enclaustrar la operación colocando una barrera de interposición, mediante extracción localizada que captura el contaminante en el punto de generación.

Como controles en el medio de propagación podemos recurrir a las medidas de ventilación general o de limpieza de instalaciones.

Los equipos de protección individual son otro método de control que, aunque no eliminan el riesgo, supone una reducción de las consecuencias de la exposición. En algunos casos se hacen fundamentales como ocurre en el caso de la exposición a sustancias cancerígenas o a agentes biológicos. Para los agentes cancerígenos, el objetivo es reducir la exposición al mínimo posible, y aunque existan controles colectivos se recurre al uso de protección respiratoria como elemento de seguridad adicional. En el caso de riesgos biológicos puesto que no existen valores de exposición ambiental definidos, se trata de reducir lo más posible el riesgo de inhalación del agente biológico.

Conclusiones

Con frecuencia resulta difícil identificar el origen laboral de las enfermedades profesionales y a menudo son atendidas por los médicos de familia sin que se reconozca su relación con el ámbito laboral.

En primer lugar es necesario identificar si existe relación temporal con el trabajo. Por ejemplo, si los síntomas respiratorios se inician desde la utilización de un nuevo producto o si los síntomas mejoran los fines de semana o en períodos de vacaciones. Habrá que identificar si en el medio de trabajo existen contaminantes susceptibles de generar la enfermedad como determinados productos químicos, gases, vapores, polvos, fibras o agentes biológicos; y si existe o no exposición. También es importante confirmar si existen otros trabajadores afectados con la misma patología. Esto refuerza la sospecha de relación con la actividad laboral.

Si se desarrolla algunas de las actividades en las que exista exposición a sustancias reconocidas como agentes causantes de enfermedades profesionales, se hace necesario la implantación de medidas de control destinadas a reducir los niveles de exposición a unas condiciones ambientales tolerables por el trabajador para que su salud no sufra alteraciones a lo largo de su vida laboral.

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