Formación en Prevención de Riesgos Laborales. Solados y Alicatados: Colocación de Revestimientos Exteriores e Interiores

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LogoFLC.PNG Nota: Este artículo ha sido creado gracias a la Fundación Laboral de la Construcción en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido pertenece a la publicación 2º ciclo de formación en prevención del IV CGSC: solados y alicatados disponible en el sitio web Fundación Laboral de la Construcción

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Colocación de revestimientos exteriores e interiores

Los revestimientos son las capas o cubiertas con las que se protege o adorna una superficie, sea una fachada, un suelo (Figura 1), una pared interior (Figura 2), etc. Tienen la finalidad de servir como decoración y como protección.

Figura 1. Colocación de solado en una terraza
Figura 2. Alicatado mediante azulejos


Los revestimientos se pueden realizar con una gran variedad de materiales, como baldosa, gres, laja, terrazo, etc.

Antes de proceder a la colocación de los revestimientos hay que comprobar que los soportes se encuentren en perfectas condiciones para recibir el material. En caso contrario será necesario adecuarlos.

Las superficies que van a recibir el revestimiento deben estar limpias (libres de polvo, restos de morteros u otros materiales mal fijados).

Si la superficie soporte no se encuentra en las condiciones necesarias de planicidad, deberá efectuarse una nivelación mediante una capa de mortero o de pasta niveladora. Por otra parte, puede ser necesaria una aplicación de mortero en el caso de que la superficie soporte se disgregue con facilidad. También se le puede aplicar algún producto endurecedor.

Si por el contrario el soporte es muy liso, se puede aumentar la rugosidad de la superficie efectuando un repicado.

Para la colocación de revestimientos no cerámicos (baldosa, laja, etc.) lo normal será extender una capa de mortero sobre la que se irán colocando las piezas para su agarre.

En el caso de los revestimientos cerámicos, se extenderá sobre la superficie que se va a revestir una capa de adhesivo mediante la llana dentada (Figura 3). A continuación, se peina dicha capa (Figura 4) y se colocan las piezas presionándolas contra el soporte (Figura 5). Es conveniente no extender más adhesivo del que se vaya a emplear con el fin de evitar que se endurezca y haya que picar para retirarlo. Si es necesario, se pueden golpear las piezas con un mazo de goma (Figura 6).

Figura 3. Aplicación de adhesivo en la ejecución de solado
Figura 4. Peinado de adhesivo con la llana dentada
Figura 5. Colocación de baldosa cerámica
Figura 6. Golpeo de pieza de solado con el mazo de goma


Cuando las piezas que se van a colocar sean de grandes dimensiones, puede ser necesario aplicar, además de sobre el soporte, otra capa de adhesivo sobre la propia pieza con el fin de conseguir una mayor sujeción (Figura 7).

Figura 7. Aplicación de adhesivo en el reverso de la pieza para conseguir mayor agarre


Para conseguir un mejor acabado se pueden colocar entre las piezas unos elementos separadores (Figura 8) cuyo cometido es que las juntas queden lo más uniformes posible. Posteriormente, se efectuará el rejuntado. Este proceso consiste en rellenar las juntas existentes entre las piezas con una lechada de cemento o con pasta rellenadora (Figura 9). Se realiza mediante el empleo de una espátula de goma o de la paleta de rejuntar para evitar dañar el material.

Figura 8. Piezas plásticas de separación
Figura 9. Relleno de las juntas en un alicatado

Para finalizar, se limpia todo el exceso de material empleado para recibir las juntas antes de que se acabe de endurecer.

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