Encargado de Obra: La Calidad en la Sociedad

De Construmatica

LogoFLC.PNG Nota: Este artículo ha sido creado gracias a la Fundación Laboral de la Construcción en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido pertenece a la publicación Encargado de obra. Parte común. Calidad y medio ambiente y prevención. 1ª Parte: Calidad y medioambiente. disponible en el sitio web Fundación Laboral de la Construcción

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La Calidad en la Sociedad

No hay duda de que en la sociedad los significados que damos a la palabra calidad son variados y, por supuesto, muy diferentes.

No nos escandalicemos por ello; en parte es lógico y es provocado por varias razones:

- Es un término de moda: el uso y abuso de una palabra ha derivado en que cada vez se utiliza con unos matices diferentes y que afectan a su contenido.
- Es un término relativamente nuevo: aunque no lo es la palabra en sí, se ha incorporado hace poco al sector a través de normativas y requerimientos.
- Según el agente que la utilice, será susceptible de ser manipulada e interpretada según sus intereses particulares. Esto es claro cuando se vincula a lo económico: "la calidad cuesta", dirá normalmente el que cobra por ello.


En el lenguaje común la utilizamos en frases como:

- "Es la misma batidora pero no tiene la misma calidad".
- "La minicadena tiene una calidad de sonido impresionante".


Y en el ámbito de nuestra profesión la usamos en frases como:

- "Estos materiales son de primera calidad".
- "Habrá que comprobar que es el mismo que el que figura en la memoria de calidades".
- "Tenemos que comprobar el sello de calidad".


Aunque luego entraremos a analizar desde un punto de vista más profesional las acepciones y connotaciones de este término polisémico, nos vamos a parar un segundo a cuestionar determinadas costumbres que, por falta de análisis o reflexión, pueden acabar convirtiéndose en errores sistemáticos:

  • Error 1:

No es lo mismo calidad que característica o cualidad. La diferencia está en la comparación o no con otros productos de la misma "especie". Si hablamos de "imagen con tecnología digital" o "imagen digital" a secas, hablamos de una característica de la imagen. Pero si decimos "con calidad digital", queremos introducir un término comparativo; en este caso queremos sugerir que es mejor que otras con las que se pueda comparar.

  • Error 2:

La expresión "productos de calidad" es confusa y no debe ser utilizada por incompleta o redundante; todos los productos tendrán calidad, que será alta, baja, superior o inferior a otros según los parámetros establecidos. No obstante, el uso de estas expresiones a veces es común y ya no nos sorprende encontrarnos anuncios de pinturas de colores o refrescos de sabores.

  • Error 3:

"La calidad hay que pagarla". Eso es estrictamente cierto, pero comúnmente se puede entender como que es enemiga de la rentabilidad, y aquí es donde nos equivocamos, al menos parcialmente. ¿Es rentable para un fabricante de automóviles sustituir gratuitamente un componente porque se ha detectado que es defectuoso? Evidentemente no. La calidad tiene un coste y la falta de calidad (no calidad) tiene otro.

  • Error 4:

"Antes se construía mejor, las cosas tenían más calidad". Se confunde en ocasiones la calidad con la durabilidad, lo "macizo" con lo resistente. La calidad pretende que se cubran nuestras necesidades y, desde luego, muchas de las necesidades no quedan cubiertas con las características de las construcciones tradicionales. Nadie recuerda los retejados, los ajustes de la carpintería, el encalado y otras operaciones de mantenimiento que hoy acabarían desanimando a cualquiera. Otra cosa bien distinta es que para lograr un producto óptimo sea muy importante la cualificación profesional de los intervinientes y el dominio de la técnica de los sistemas que se apliquen y, por supuesto, cada época puede tener sus altibajos en este tema.


La calidad es un concepto que siempre existió y que siempre ha sido demandado, en mayor o menor medida, por la sociedad.

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