Aplicaciones de las TIG en las ONG. ¿Para qué?

De Construmatica


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Proyecto SEDIS. Fuente: www.geogra.uah.es/inicio/sedis

Previa a la implantación del WebMapping en AlertNet, una encuesta realizada entre sus miembros y usuarios puso de manifiesto que en materia de aplicación de TIG, el interés se dirigía mayoritariamente hacia escenarios de riesgos naturales (determinación de áreas de riesgo, evaluación de grandes desastres, gestión y mitigación de sus efectos, reducción de la vulnerabilidad de la población, entre otras), sistemas de alerta temprana y producción cartográfica (Shaw, 2003); información confirmada a lo largo de nuestra investigación.

Los trabajos para determinar las necesidades de los usuario en el proyecto SEDIS (geogra.uah.es/inicio/sedis) revelaron que las ONGD participantes veían gran aplicabilidad de estas herramientas, especialmente en el campo de la cartografía de riesgos naturales, insistiendo en sus beneficios para la logística de emergencias, determinación de áreas de riesgo y grados de afección sobre infraestructuras o cultivos, control médico y epidemiológico de la población.

El hecho de ser campo habitual de intervención de muchas ONGD, en el que tienen la oportunidad de desplegar multitud de facetas de su orientación humanitaria, puede ser una de las causas del interés por aplicar los SIG en este tipo de escenarios. Las contribuciones de estas herramientas en este campo han sido numerosas, y pueden servir para ilustrar los muchos beneficios que las mismas pueden tener para las actividades de las ONGD.

Imagen a la derecha: Página electrónica del proyecto SEDIS. Organización de la base de datos.

En principio, sería posible pensar en la utilidad de los SIG para las ONGD como instrumentos para recopilar y, sobre todo, organizar el gran volumen de información que se genera, tanto en sus actividades en las sedes centrales como en los proyectos que desarrollan en el exterior (Bosque et al., 2000).

La adopción e introducción de estas herramientas contribuye a la mayor eficacia y racionalidad en la gestión y distribución de todos sus recursos. Además, los SIG podrían contribuir a racionalizar el uso de la información de la organización, facilitando su localización interna y su trasvase, en tiempo y forma adecuados; potenciar una más efectiva comunicación entre las sedes centrales y los trabajadores sobre el terreno, haciendo así más directa la relación con la población beneficiaria, lo que necesariamente redundará en la mejor identificación de las auténticas necesidades de la misma; o a contribuir a unas relaciones más satisfactorias y transparentes entre la organización y sus financiadores.

En la actualidad, la mayoría de las ONGD que han decidido utilizar SIG lo hacen con el propósito de mejorar la toma de decisiones y la presentación de información relacionada con sus actividades y proyectos de ayuda y cooperación (Douglas-Bate, 2003). Es lógico, pues estos sistemas están muy próximos a los sistemas de apoyo a la decisión espacial, y a otras decisiones a las que se enfrentan a menudo las ONGD.

No obstante, se ha podido constatar cómo la tendencia común es todavía el que las actividades relacionadas con la información geográfica (y en particular las que tienen que ver con el uso de SIG y otras TIG) sean muy puntuales y se centren preferentemente en la elaboración y producción de cartografía.

Contar con una base de datos espaciales bien estructurada es esencial para conseguir una gestión exitosa de cualquier actividad de ayuda o cooperación; pero, más allá de la mera posesión de datos y su representación, también lo es poder analizar la información y establecer relaciones e interacciones que puedan darse entre diferentes conjuntos de datos, o entre éstos y el territorio. Y la herramienta que lo permite es el SIG, ya que ofrece una base sólida para entender determinados fenómenos y procesos, y permite realizar recomendaciones para mejorar métodos de localización o distribución de recursos; por ejemplo, asistir en la localización y distribución de equipamientos y servicios que se consideran críticos y esenciales en la gestión de emergencias humanitarias (Douglas-Bate, 2003), apoyando y mejorando las decisiones que implican las intervenciones de las ONGD.

En cada una de las fases del ciclo de vida de los proyectos de las ONGD, los SIG pueden hacer también aportaciones relevantes (Ver: En Identificación y Planificación. Aplicaciones de las TIG en las ONG).

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