Algunas Conclusiones y Elementos de Reflexión. La Contribución de las Ingenierías en la Reducción de Riesgos

De Construmatica


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  • De aquí al año 2025, más de 5.000 millones de personas vivirán en zonas urbanas, de las cuales más de 2.000 millones se alojarán en barrios de chabolas expuestos a inundaciones, seísmos, o corrimientos de tierra.

Además, de las 100 ciudades mayores del mundo, 70 estarán situadas en zonas de riesgo. Por otro lado, millones de personas serán desplazados o refugiados en entornos rurales con exposiciones a sequías u otras amenazas.

  • Este contexto y una lógica de intervención que busca atacar las causas y componentes que subyacen a la ocurrencia de los desastres, además de garantizar una respuesta adecuada a sus consecuencias, implican un papel

creciente a la componente de la reducción del riesgo a desastres. Este giro progresivo, que ya viene dándose desde los años 90 otorga un papel específico y creciente a la ingeniería como actor en la acción humanitaria.

  • Este papel de la ingeniería en la reducción de riesgos debe ser entendido bajo una triple lógica:
o Necesidad de soluciones técnicas adaptadas y adecuadas al contexto. Pese a la importancia de la componente técnica ingenieril de las soluciones a plantear en cualquier actuación orientada a la gestión y reducción del riesgo en acción humanitaria, es importante garantizar que se integran en el diseño las dimensiones sociales, culturales,

étnicas, económicas, medioambientales y de género. Debe responderse de forma contextualizada y con visión de conjunto; de lo contrario podemos estar planteando soluciones técnicamente adecuadas, pero inadecuadas (incluso inviables o insostenibles) cuando nos alejamos y analizamos la situación en su globalidad.

o Necesidad de salirse de las respuestas centradas en aspectos estructurales y de intervención física directa (obra civil), para integrar y complementar con otro tipo de acciones no estructurales (reformas institucionales, marco legal, formación, planificación, incentivos, uso del territorio, etc.), que pueden ser igualmente eficaces.
o Evitar intervenciones parceladas y concebir la contribución técnica como parte de los programas integrales y pluridisciplinares, con las que debe buscarse la coherencia, la complementariedad y la maximización de impacto.

Los puntos anteriores sugieren, de forma implícita, que la contribución de los perfiles técnicos a la gestión y reducción del riesgo no pasa exclusiva -ni siquiera necesariamente- por la implementación de grandes obras físicas ni inversiones. También desde la creatividad, y mediante la capacidad de adaptación técnica y tecnológica al contexto, es posible encontrar una contribución realmente propia de las ingenierías.

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